miércoles, 2 de agosto de 2023

Periodismo en picado

 

La pasada campaña electoral, que por motivos personales hemos seguido a cierta distancia, arrojó algunos episodios en los que, lamentablemente, salieron malparados algunos periodistas que, seguro, hubieran preferido otra consideración mucho más discreta  o menos notoria a la vista de la repercusión que tuvieron en el desempeño de su cometido. A su pesar, hubiera añadido Gonzalo Torrente Ballester.

Tal es así que, la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) hubo de salir al quite en algunas controversias, con profesionales de por medio, que llamaron poderosamente la atención. La APM llegó a rechazar de manera categórica las manifestaciones de dirigentes políticos en las que descalificaban la labor de los periodistas y medios de comunicación  cuando estos, en el ejercicio de la libertad de expresión y del pluralismo informativo, emitieron opiniones o informaciones críticas con la actuación de los partidos políticos.

Como cualquier ciudadano, señala la Asociación, los políticos tienen derecho a opinar y criticar a su vez a los periodistas y medios de comunicación, pero no a tratar de desprestigiarlos por realizar su trabajo, que incluye en numerosas ocasiones la petición de explicaciones a los líderes de las formaciones políticas, ya estén en el Gobierno o en la Oposición.

La APM ha aprovechado para recordar a todos los políticos que la labor de los periodistas de los medios de comunicación, tanto públicos como privados, es ofrecer a sus lectores la mejor información posible y, en el caso de las entrevistas a los candidatos de uno u otro signo, indicar, si las hubiera, las contradicciones que se pongan de manifiesto en sus discursos

Finalmente, la APM insistió en que el señalamiento de periodistas y medios de comunicación por parte de responsables políticos, que ha sido denunciado en reiteradas ocasiones por esta Asociación, lleva a que los profesionales no puedan ejercer su trabajo sin dificultades y a que se repitan casos como el sucedido en los Sanfermines, en Pamplona, en que compañeros de Televisión Española fueron increpados por algunas personas cuando desarrollaban su labor, situación repetida en algunos actos públicos o convocatorias realizadas por organizaciones políticas.

Las experiencias vividas tienen que resultar, tienen que se provechosos en el más positivo de los sentidos. Cierto que la polarización política que se vive en el país, el clima de encono que lo envuelve, los intereses políticos y de todo tipo así como comportamientos inadecuados e irresponsables –que ya han propiciado auténticos especialistas- reflejados también en las prestaciones profesionales, contribuyen al desprestigio de del ejercicio periodístico. Pero hay que corregir lo que sea sea manester. So pena de que el periodismo siga en picado.

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