En los siete primeros meses de 2021, 9,8 millones de turistas visitaron nuestro país, un 25,8 % menos que los 13,2 millones que llegaron en el mismo período del año anterior. El gasto producido por esos viajeros entre enero y julio fue de diez mil novecientos noventa y seis millones de euros, lo que representa un 23,2 % menos respecto al mismo período del año anterior cuando se ingresaron catorce mil trescientos veintidós millones de euros. Las cifras, comparadas con el mismo período de 2019, antes de la crisis COVID-19, son todavía menos favorables: de enero a julio de 2019, el desembolso de los viajeros internacionales ascendió a cincuenta y dos mil ciento noventa y tres millones de euros.
Los registros de las encuestas de Movimientos Turísticos en Fronteras (Frontur) y de Gasto Turístico (Egatur), incluidas en el Instituto Nacional de Estadística (INE), de las que se desprendía que España recibía en julio pasado unos 4,4 millones de extranjeros, un 78 % más, eran celebrados con alborozo por la ministra a Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, y no tanto por el sector que se basa en los siguientes datos para analizar con más cautela: 9,8 millones de turistas extranjeros frente a los 48,1 que llegaron en los mismos meses de 2019. Hasta julio solo ha recuperado el 21 % del gasto que hicieron los turistas extranjeros en ese tiempo dos años atrás.
Para la ministra, los datos “reflejan la gradual recuperación del turismo internacional y muestran que España ha conseguido ser percibida como un destino seguro por millones de viajeros”.
Para el presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT), Jorge Marichal, “ha sido una temporada atípica, con un gran aporte de turistas nacionales que han decidido quedarse en el propio país. La mala noticia es que los internacionales han hecho lo mismo: se habrán quedado en sus países por las restricciones y tal cono evolucionaba la pandemia”, Al respecto, Marichal apunta que la compensación de viajeros nacionales viene a ser un espejismo con vistas a la temporada otoño-invierno, así como para Navidad y la próxima Semana Santa.
No se queda ahí el presidente de esta patronal. Cree que con el fin del verano, “este aporte se va a acabar. Va a bajar la ocupación y esta vez no tenemos todavía la contribución del turismo internacional a un volumen que pueda compensar esa caída”. Cree Marichal que se avecina un mes de septiembre bastante complicado pues la recuperación en la llegada de extranjeros es complicada, con lo que algunas modalidades de alojamiento (hoteles de tres estrellas, por ejemplo) van a acusar el desequilibrio.
En fin, que habrá que seguir remando hasta poder ver los horizontes más claros, de modo que las futuras promociones en mercados emisores tengan la orientación adecuada. Lo importante, a nuestro juicio, es no resbalar o dar pasos en falso que frenen las tendencias de reactivación del negocio que, por lo demás, pese al escepticismo empresarial, parecen claras en algunos destinos.
Remar y remar: se sabía que la recuperación iba a ser costosa. Se está comprobando.
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