“Hoy no basta con contar la verdad. Hay que defenderla. Las campañas de desinformación son más sofisticadas, más veloces y más peligrosas que nunca”, advirtió Leticia Rodríguez, directora general de Comunicación Estratégica de la Universidad de Cádiz y vocal de la Conferencia de Rectores y Rectoras de las Universidades Españolas (CRUE), en la que actualmente están integradas setenta y siete universidades españolas (cincuenta públicas y veintisiete privadas) y cuyo papel primordial es fomentar la cooperación entre ellas y las administraciones públicas, así como las relaciones con las universidades extranjeras y con los agentes sociales, durante la ponencia que dirigió recientemente en la segunda edición de Campus Media, de la Asociación de la Prensa de Jerez y la Universidad de Cádiz. En esta convocatoria fueron analizadas las principales tácticas de desinformación y su impacto en procesos electorales y en la reputación de empresas e instituciones.
La profesora Rodríguez, titular del Departamento de Marketing y Comunicación y directora general de Comunicación Estratégica de la Universidad de Cádiz, es una de las voces más autorizadas en el análisis del fenómeno de la desinformación en España. Con más de cincuenta publicaciones sobre el tema y autora del libro ‘Propaganda digital: comunicación en tiempos de desinformación’, Rodríguez ha trazado un mapa claro y contundente de las nuevas formas de manipulación digital que amenazan tanto a la democracia como a la reputación institucional y corporativa.
Del estudio que ha hecho Leticia Rodríguez, se desprende que la desinformación presenta una nueva cara: la que se plasma en tuits, memes y sitios web falsos. “¿Puede un simple mensaje reenviado en ‘whatsapp’ alterar unas elecciones?”, se preguntó en su intervención, en la que siguió interrogando: “¿Puede un ‘deepfake’ (un término combinado de aprendizaje profundo y falso, (en inglés deep learning y fake) son imágenes, videos o audios que son editados o generados utilizando herramientas de inteligencia artificial, y que pueden mostrar personas reales o inexistentes?”
Su explicación: “¿Son un tipo de medio sintético y una forma moderna de broma mediática hundir la reputación de una empresa? ¿Y si detrás de un medio de comunicación aparentemente real se escondiera una fábrica de mentiras? La desinformación ya no es cosa de guerras frías ni de espías con gabardina: hoy se disfraza de tuit, meme o web clonada”, expuso la profesora Rodríguez en cuya producción investigadora hay que consignar la coordinación de un glosario con ciento veinticinco términos clave sobre este fenómeno de la comunicación de nuestros días.
Durante su intervención, analizó prácticas como el ‘astroturfing’ (corrientes de opinión falsas en redes sociales), los pseudomedios, las clonaciones de web y el uso de ‘deepfakes’ en campañas de desprestigio, espionaje corporativo o manipulación electoral. También abordó el fenómeno de la ‘Dark PR’, donde algunas agencias han hecho de la mentira una estrategia comercial, incluyendo el ‘greenwashing’ (la ecoimpostura, ecopostureo, ecoblanqueo o lavado de imagen verde, una forma de propaganda en la que se realiza una suerte de “marketing verde” de manera engañosa para promover la percepción de que los productos, objetivos o políticas de una organización son son respetuosos con el medio ambiente para, por consiguiente, aumentar los beneficios).
Rodríguez, por último, alertó también del creciente desencanto ciudadano con las instituciones, según datos del Edelman Trust Barometer 2024 -una parte de cuyas conclusiones comentamos en ediciones pasadas- y advirtió del vacío de confianza que alimenta la credibilidad de estas narrativas manipuladas.
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