Está previsto que el próximo 8 de agosto entre en vigor la Ley Europea de la Libertad de los Medios de Comunicación (EMFA). La supervisión de la aplicación de la norma, concebida para garantizar la pluralidad, transparencia e independencia de los medios, estará a cargo de un grupo de trabajo creado por el Parlamento Europeo (PE), integrado por varios diputados de la Comisión de Cultura y Educación y presidido por la eurodiputada alemana Sabine Verheyen (Grupo Popular), quien ya tuvo un papel destacado en esta materia en la legislatura anterior al llevar el peso de la negociación con los gobiernos de los Estados miembros de la Unión Europea (UE).
De esta Ley se habló bastante hace unos meses, cuando el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, anunció que emprendía una iniciativa legislativa que, entre otras cosas, regulara y exigiera responsabilidades a los medios difusores de bulos.
Su principal responsabilidad será supervisar que la Ley cobre vigencia de manera oportuna y eficaz, para lo cual está previsto que se reúnan cada dos meses y realicen debates con las partes interesadas y representantes de la UE. También se encargarán de supervisar la creación del Consejo Europeo de Servicios de Medios de Comunicación, y de verificar la idoneidad de las normas en los Estados miembros de la UE, para garantizar que la Ley de Libertad de Medios se aplique correctamente este año.
Algunos acontecimientos políticos, las mismas elecciones en Alemania y el fenómeno creciente de la desinformación han despertado notables expectativas, siquiera para contrastar que los males tienen remedio y que un periodismo mejor, más sano, es posible. La EMFA, que supone un hito en la legislación europea, tiene como objetivo mejorar la integridad del mercado de los medios de comunicación, garantizando su pluralidad y la libertad de prensa en Europa. En ese contexto, la norma reconoce y protege el doble papel de los medios: como empresas y como guardianes de la democracia.
Según ha publicado esta misma semana la española Asociación de Medios de Información (AMI), esta normativa tiene en cuenta que la libertad y pluralismo de los medios garantizan el flujo de información, desempeñan un papel clave a la hora de exigir responsabilidades a los poderes políticos, y son fundamentales para el Estado de Derecho.
Después de la constitución del aludido grupo de trabajo, la eurodiputada Verheyen aseguró que “nunca se insistirá lo suficiente en la importancia de la pluralidad de los medios de comunicación para el funcionamiento de la democracia. Pero la libertad de prensa está amenazada en todo el mundo, también en Europa. El asesinato de Daphne Caruana Galizia en Malta, la erosión de la libertad de prensa en Hungría y otros muchos ejemplos ponen de manifiesto esta alarmante realidad”. La Ley EMFA también se creó para exigir a los Estados miembros de la Unión Europea que salvaguarden la libertad editorial, proteger las fuentes periodísticas contra el uso de programas espía, y garantizar un funcionamiento independiente de los medios, con recursos financieros adecuados, sostenibles y previsibles.
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