viernes, 7 de marzo de 2025

Aeropuerto como hogar

 

El sinhogarismo va alcanzando niveles inquietantes poniendo de relieve la gravedad del problema de la escasez de viviendas. Los ‘sintecho’ se amontonan en aeropuertos, al menos en algunos donde el número de refugiados aumenta a diario, tal como reflejan las noticias fechadas en Madrid, Barcelona y Palma. He ahí la primera gran paradoja: en el segundo país con más turistas del mundo, los aeropuertos se han convertido en hoteles (quizá sea demasiado ostentoso emplear este término) para quienes no disponen de casa o alojamiento estable. Esto es lo cierto: cientos de personas duermen a diario en algún espacio de los edificios terminales de los aeropuertos de esas ciudades. Se supone que alguna medida (no exclusivamente de desalojo policial) deberían haber tomado las administraciones competentes pero no ha trascendido.

El problema es especialmente grave en Barajas, donde se dan cita diariamente medio millar de 'sin techo' . Los trabajadores del aeropuerto madrileño dicen que están hartos de esta situación y aseguran que las cuatro terminales del aeropuerto se han convertido en una "ciudad sin ley". Aseguran, según hemos podido leer, que en las instalaciones aeroportuarias campan a sus anchas mafias, delincuentes y prostitutas, mientras Aena dice que no puede hacer nada y espera que el problema sea resuelto por los servicios sociales del Ayuntamiento de Madrid, ya saben la administración más cercana.

A medida que pasan los días y no se aprecian medidas correctoras, la realidad, más que la imagen, va complicándose y exige que por parte de quien corresponda o de forma coordinada se ponga freno a este fenómeno emergente en emplazamientos clave para el funcionamiento del país. Los testimonios, por ejemplo, sobre la situación que está viviendo Barajas muestran un aeropuerto sin ningún control. "Hay gente que no tiene casa y duerme en el aeropuerto, pero también hay indigentes que roban a los pasajeros", ha manifestado una de las trabajadoras de este recinto.

Desde el sindicato Alternativa Sindical afirman que los ‘sintecho’ hacen sus necesidades en los mostradores de facturación, escondidos, mientras otros han sido pillados en los aseos consumiendo droga. En el aeropuerto con más tráfico aéreo de España, los mendigos llegan a dormir en los ascensores e impiden el paso a los pasajeros, pero nadie hace nada.

En el aeropuerto de Barcelona se vive una situación parecida a la de Madrid, pero no tan grave. En el Prat calculan que un centenar de personas duermen todas las noches a cubierto en las terminales. Algunos 'sin techo' sufren problemas mentales, otros adicciones, y las instituciones no se ponen de acuerdo sobre lo que tienen que hacer para resolver el problema, aunque da la sensación de que nadie quiere asumir esta responsabilidad. Como en Madrid, las instituciones se lavan las manos.

En Palma duermen a diario decenas de sintecho en el aeropuerto. Hasta hace poco lo hacían en uno de los aparcamientos, pero ahora  duermen repartidos en la terminal de salida. Por la noche se organizan y se juntan en un mismo espacio para sentirse más seguros. Dicen que algunos pasajeros les increpan y molestan mientras duermen.

¿Y qué dice Aena? Pues alega que no puede hacer nada para evitar la presencia de mendigos en el aeropuertos ya que las competencias sociales son de comunidades autónomas, ayuntamientos y otras instituciones que, teóricamente, deben atender y resolver la situación de estas personas. Y mientras los sin techo no alteren la operativa del aeropuerto, no pueden tomar ninguna medida. Pero lo cierto es que resignarse o cruzarse de brazos no parece lo más positivo ni edificante.


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