En un verano ciertamente convulso, con días de auténtica incertidumbre en los que parecía que iba a producirse un 'crack' de consecuencias catastróficas para el universo mundo, con la práctica quiebra de los Estados Unidos salvada 'in extremis', con el euro tambaleándose a la espera de que alguien, algún poder político reaccionara, y con las oscilaciones bursátiles semejando una auténtica montaña rusa, mientras la mano invisible que mece la cuna de los desharrapados y de los recortados proseguía sus movimientos mecánicamente, el titular de una edición digital de contenidos económicos, El blog Salmón, llamaba la atención: Especuladores ganan 11.000 millones de euros en diez años operando contra la deuda pública española.
No sólo lo releímos sino que, atraídos por tan suculento reclamo, nos metimos de lleno en los contenidos de la información. Y claro, cuando los autores desvelan que hace ahora once años, en el 2000, un selecto comité de inversores comenzó a operar con deuda pública española al amparo de los mercados financieros y el gran casino en el que se han convertido, el interés -pese a ser materia en la que no estamos duchos- sólo iba incrementándose. El siguiente párrafo era demoledor: “Este grupo de especuladores tiene instrumentado un fondo de inversión especulativo en deuda pública que no tributa absolutamente nada por los beneficios que obtiene y se dedican a hacer operaciones indiscriminadas contra la deuda pública española fundamentalmente. Se permiten el lujo de ordenar compras en el mercado secundario por varios miles de millones de euros algunos días con el objetivo de alterar los tipos de interés de cotización de nuestra propia deuda pública. Su funcionamiento, nada tiene que envidiar al mejor Soros con sus operaciones con la libra esterlina”.
Tremendo, tremendo. Por las cantidades y por el modus operandi, digno de la ingeniería financiera más alambicada. Y escapando, por lo que se ve, a controles y auditorías. Todo muy legal, dirían si alguien osara cuestionar un porcentaje, qué porcentaje, una oferta pública hostil o unos dividendos o una fusión de firmas. ¿Qué no habrán hecho, desde luego, en esas sombras inextricables, para nutrir la voracidad insaciable que se traduce en las más sórdidas ganancias mientras cierran centenares de empresas y se destruyen miles de puestos de trabajo?
Los editores de la información aludida explican detalladamente el alcance de esta descomunal operación. Sus fuentes consultadas les permite poner de manifiesto “cómo realizando una inversión inicial de 600 millones en el año 2000 y sucesivas aportaciones y recapitalizaciones, han conseguido más de 11.000 millones de euros de beneficios en intereses de la deuda pública española a lo largo de 10 años, intereses de nuestra deuda pública que tenemos que pagar a costa de mayores impuestos y pérdida de prestaciones sociales. Actualmente, este fondo tiene en su cartera 54.000 millones de euros en deuda pública española, cantidad que representa el 5% del PIB español y el 10% sobre el total de la deuda pública española en circulación”.
La conclusión es sencilla: estos fondos ilimitados de especuladores y estas prácticas abominables están produciendo una auténtica sangría y están dilapidando el Estado de bienestar. ¿Comprenden ahora el por qué de tantos recortes en pilares como la sanidad o la educación, el cierre de centros de salud o la supresión de becas? Si alguien tenía dudas de la existencia de los poderes fácticos capitalistas, de sus largos y ominosos tentáculos y de su carencia absoluta de escrúpulos para explotar, quebrar y arruinar, que se vaya desengañando por muy defensor que sea de los postulados neoliberales.
Unos cuantos números más y una tabla ilustrativa para comprender mejor la dimensión de lo que escribimos. Según El blog Salmón, en 2010 el fondo de especuladores contra la deuda pública española había realizado adquisiciones de letras, bonos y obligaciones en el mercado primario por importe de 4.650 millones de euros y compras en el mercado secundario que se elevaron a 13.090 millones de euros. “Para ser exactos -concluye la información- estos especuladores han adquirido el 32,3% del aumento de deuda pública durante el año 2011, por importe de 17.650 millones de euros. Es decir, un tercio de las emisiones totales han finalizado en manos de estos fondos buitres que colocan a las finanzas españolas contra las cuerdas”.
Viendo algunas de sus operaciones y órdenes de inversión, nos acercamos a la envergadura de las operaciones. Son cifras que asustan y métodos que quitan el sueño. Siempre se dice lo de la mano negra y no terminamos de creerlo pero alguien tiene que estar detrás de todo esto. Manipulan, juegan, sesgan, exprimen, ahogan... ¿Qué no harán? Ya no es sólo con los contribuyentes, los inversores o los ahorradores sino con los mismos Estados. Al menos, algunos se han convencido de que los mercados son verdaderamente perversos. Y de que, tristemente, estamos a su merced. Como hojas muertas.
(Publicado en Tangentes, número 38, ag/sep 2011)
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