El Informe sobre Alfabetización Mediática en España, elaborado por la Fundación Luca de Tena, arroja dos llamativas conclusiones merecedoras de análisis en tiempos convulsos para la comunicación. En efecto, por un lado, de una encuesta realizada a cien docentes en todas las comunidades de España, se desprende que, según la percepción de profesores de primaria y secundaria, se ha avanzado poco (47 %) o nada (13 %) en alfabetización mediática en los últimos cinco años. Por otro, el 75 % de los profesores en España estiman que sus alumnos están desinformados y un 67 % señala además que no se ha invertido recursos en impartir alfabetización mediática en las aulas, para enseñar a los alumnos a tener una actitud crítica frente a la información.
Preocupan esos porcentajes. Que más de la mitad de los encuestados consideren que en los últimos cinco años en nuestro país apenas se haya avanzado en el aprendizaje de las herramientas fundamentales para la comunicación de nuestro tiempo, es inquietante. Un 40 % de los encuestados considera que no se ha invertido nada, y un 27 % que se ha invertido poco en recursos e infraestructura necesarios para impartir alfabetización mediática, mientras que un 26 % cree que se ha invertido algo. El 73 % de los encuestados cree que internet contribuye mucho a la desinformación y un 60 % considera que los medios de comunicación también contribuyen mucho y bastante a la desinformación.
Dicho así, el panorama, salvo que se produzcan cambios estructurales a buen ritmo, es bastante oscuro, principalmente en lo que atañe a la desinformación y al propósito de lograr que los alumnos sean capaces de amasar una actitud crítica frente a la información o sepan distinguir de forma que aprecien los sesgos y la tendenciosidad.
Y eso que, a pesar de que mayoritariamente el profesorado considera que la alfabetización mediática es una clara solución al problema de la desinformación (un 27 % considera que es muy efectiva, y un 39 % que bastante), y pese a que corroboran que el alumnado está muy afectado por la desinformación (un 41% considera que mucho, y un 34% que bastante), los docentes señalan de que no se están llevando a cabo las inversiones necesarias para impartirla.
Acaso sea ella la peor de las impresiones pues no parece que, así lo corroboran: un 40 % de los encuestados considera que no se ha invertido nada, y un 27 % que se ha invertido poco en recursos e infraestructura necesarios para impartir alfabetización mediática, mientras que un 26 % cree que se ha invertido algo. El 73 % de los encuestados cree que internet contribuye mucho a la desinformación y un 60 % considera que los medios de comunicación también contribuyen mucho y bastante a la desinformación.
El Informe analiza el contexto actual, la legislación comparada y las estrategias en diferentes países de la UE y recoge numerosos casos de éxito, como el del Proyecto ‘Lumières sur Sevran’, en Francia donde periodistas organizaron actividades para grupos vecinales y jóvenes con el objetivo de ayudarlos a “desacreditar” noticias falsas.
Otras iniciativas se consignan en el estudio, como el proyecto finlandés que usa métodos profesionales de verificación de datos para entornos escolares de primaria y secundaria en un contexto electoral, el proyecto ‘Navigate’, desarrollado por cuatro universidades europeas para alfabetizar mediáticamente usando videojuegos entre sus estudiantes de humanidades, así como iniciativas de organismos internacionales como la ONU, la OEA, la UNESCO que han despegado estrategias en América Latina o empresas como Meta y Apple.
En el caso de España, se detallan experiencias como las de las asociaciones de la prensa de Andalucía y el Colegio Profesional de Periodistas que, junto a la Junta de Andalucía, han impartido talleres de Alfabetización Mediática a casi medio centenar de colegios en el proyecto ‘Desenreda’; el programa ‘Educac’, que en 2022 puso en marcha una prueba piloto de alfabetización mediática en buses escolares de Cataluña o las diferentes iniciativas de Meta, empresa matriz de Facebook, como el curso gratuito para mayores de cincuenta junto a las verificadoras Mediawise y Newtral o el programa GeneraZión sobre seguridad en Internet y alfabetización mediática para jóvenes.
En fin, que mucho queda por hacer en este campo. Consejos escolares, docentes, editores y los propios medios de comunicación deben esmerarse para corregir los déficit apuntados y acercarnos a niveles más consecuentes si valoramos, por fin, el pensamiento crítico. las cosas, la situación vaya a mejorar. Otros porcentajes de la encuesta así lo
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