Se cumplen hoy cincuenta años de la ordenación del presbiterado de Domingo Ponce Álvarez. La ceremonia tuvo lugar en la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción, en La Orotava, siendo obispo de la Diócesis Nivariense, Luis Franco Cascón. Ponce es hoy titular de la parroquia de Nuestra Señora de Dolores en el sector San Felipe-El Tejar, del Puerto de la Cruz, a la que se incorporó un 2 de septiembre de 2005.
Desde entonces, el trabajo pastoral de Domingo Ponce ha sido incesante. Tan comprometido y abnegado, que la feligresía reconoce en él al cura tenaz y constante, al sacerdote serio y comprensivo que tiene la palabra justa y el mensaje adecuado para cada momento.
Aún recordamos su pregón de las fiestas de La Orotava (junio de 2011), cuando glosó, en honor de Isidro y María de Las Cabezas, “el arte efímero y sublime” de la Villa en la conmemoración del Corpus Christi. Esa noche, habló de Villa Eucarística, la Villa por antonomasia, caracterizada por dos cualidades: nobleza y lealtad. La Eucaristía de entonces, según su relato pregonero, convertida en alfombra ciudadana.
Pero la dedicación de Domingo Ponce se ha reflejado también en otros destinos. Ya en 1973 fue vicario parroquial en la Concepción de La Orotava. Luego estuvo cuatro años en La Frontera (Hierro), hasta que en 1977 fue designado párroco de San Lorenzo, Nuestra Señora de la Paz y San Martín en Valle San Lorenzo, en el sur de la isla. En 1986, ocupa la parroquia de El Salvador, en La Matanza; y dos años después, fue nombrado vice-arcipreste de Tacoronte.
Nuestra Señora de Dolores, su actual destino, para el que ha sido prorrogado en dos ocasiones, fue el siguiente en su largo recorrido pastoral, que compatibiliza con su condición de vice-arcipreste de La Orotava. En 2015, fue designado párroco de Santa Rita de Casia, en Punta Brava, donde también es administrador parroquial. Y en 2009, también hay que consignarlo, asume la dirección espiritual de la Legión de María.
Domingo Ponce, de verbo pausado y reflexivo, ha impreso su sello para dinamizar la parroquia de la que se ocupa en El Tejar. Allí funcionan los grupos de Cáritas y catequesis y los parroquianos también se desenvuelven en los locales donde intercambian vivencias mientras adquieren conocimientos o reciben algún tipo de asistencia psicológica.
Ponce cumple hoy cincuenta años de sacerdote. A las siete y media de la tarde, habrá una ceremonia, seguro que sencilla y austera, como él las prefiere, sintiendo en el alma la gratitud, el apoyo y la sensibilidad de los fieles, a los que se ha ganado con seriedad y perseverancia, las que él acredita cada vez que tiene ocasión.
Ya lo dijo en aquel pregón villero: “Hemos de emprender, desde el diálogo, para que sea punto de encuentro y de justicia, caminos que nos lleven a la unidad, a través de la diversidad y pluralidad que enriquecen, compartiendo un bien común y social”.
-Enhorabuena, cura.
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