miércoles, 8 de octubre de 2025

Recogida ¿y prensado? de residuos

En una céntrica cafetería del Puerto de la Cruz entra una señora que viene a solicitar la firma de los propietarios de aquélla para expresar su queja y el propósito de cambiar el horario y el sistema de recogida domiciliaria de residuos. Los titulares del establecimiento prestan su conformidad y después de advertir que ello no servirá para nada, insertan su rúbrica en los pliegos de firmas que irán dirigido a la alcaldía y terminarán en algún despacho municipal, posiblemente sin surtir efecto positivo.

Se trata, en efecto, de otra antiestética estampa de la geografía local portuense. Determinados puntos o zonas (que recordemos, tres: en la Punta del viento, en la mitad de la calle La Hoya acceso a Cólogan y en la calle José de Arroyo, cercanías de la plaza del Charco) en donde hace años que fueron instalados por los servicios municipales unos sistemas de prensado de residuos subterráneos orientados a una más operativa recogida y posterior distribución.

Sobra decir que funcionaron mal o no funcionaron. Al revés: quedaron encasquillados y con el paso de los días, sobresaturados. Han pasado meses y años en que, salvo la limpieza puntual externa, la visibilidad del sistema ofrece un impacto negativo, aderezado, con más frecuencia de la debida, con la acumulación de todo tipo de residuos en los alrededores de la instalación.

Estábamos -nunca mejor expresado el tiempo verbal- ante la experimentación con el sistema de prensado de residuos subterráneos que ya funcionaba en otras localidades turísticas peninsulares. Veamos cómo, a grandes rasgos:

El sistema se activa mediante una serie de buzones de vertido conectados a un punto de captura desde donde se realiza una aspiración del circuito. Los buzones de recogida se pueden ubicar en el interior de las viviendas, en áreas comunitarias dentro de los edificios o en áreas públicas exteriores. Los residuos vertidos en los buzones caen por gravedad hasta las válvulas en niveles inferiores, donde se acumulan temporalmente hasta que se realiza el proceso de aspiración. Existen por cierto, dos sistemas para realizar este proceso: estático y móvil, El primero cuenta con una central fija de recogida y una computadora que coordina los programas de vaciado periódicos. El sistema móvil, por su lado, utiliza bajantes verticales conectados a contenedores que aspiran los residuos de forma periódica.

En la actualidad, algunas ciudades están adoptando sistemas neumáticos subterráneos de recogida de residuos para transportar y recoger la basura sin realizar actividades en superficie. El sistema consta de una red de vacío completamente cerrada, lo que significa acabar con los malos olores y la suciedad de las salas de recogida de basuras en los sótanos de los edificios y los contenedores en las calles. Este sistema se está adoptando rápidamente en muchas ciudades. Las ventajas son numerosas para las ciudades modernas, pero también para los centros históricos de las zonas urbanas más antiguas. 

El problema es que, actualmente, la basura se tira en contenedores situados en zonas de paso. Los servicios de recogida municipales degradan la ciudad, porque para la recogida hacen falta camiones muy grandes que pueden deteriorar fácilmente calles antiguas. Con la introducción de la recogida neumática, los anticuados contenedores de la calle han cedido su lugar a unas trampillas más modernas con forma de buzón, y los camiones ya no tienen que entrar en el centro de la ciudad, mejorando así las condiciones de salud, higiene y ambientales en general. Los sistemas neumáticos subterráneos, según expertos y técnicos, tienen un funcionamiento muy complejo, pero eficiente. 

En el caso del Puerto de la Cruz, la disyuntiva para la corporación municipal se plantea así: reiniciar, mediante la oportuna renovación, el sistema comenzado hace unos años y que ha devenido en rotundo fracaso; o proseguir con el convencional, en ese supuesto retirando o suprimiendo los restos de antiguas instalaciones en cuyos fondos no queremos ni pensar lo que pueda encontrarse. 


lunes, 6 de octubre de 2025

Especializar para contar mejor

 

En Mérida (Extremadura), han celebrado el VIII Congreso de Periodismo de Migraciones, un espacio para conversar con profesionales que elaboran información de calidad en este ámbito, en el que se reclama también una especialización “para contarlo mejor”. Participaron cerca de un centenar de periodistas de países como Jordania, México, Colombia y Estados Unidos.

Estamos ante uno de los grandes fenómenos sociales de nuestro tiempo. La reivindicación de una política migratoria bien estructurada sigue siendo una de las asignaturas pendientes de la Unión Europea (UE), de ahí que la convocatoria de la capital extremeña fuera esperada con notorio interés a la espera de una aportación sustantiva para ir forjando esa política.

La experiencia es una base sólida para entender las estretelas del fenómenos. Así, la directora ejecutiva del evento, Patricia Macías, ha definido esta especialización como un fenómeno transversal pues, “la economía, la parte social, la actualidad hablan de migraciones”, aunque ha asegurado que para informar sobre migraciones “con criterio y calidad, necesitas estar especializado para poder acceder a fuentes que normalmente son mucho más opacas y entender los datos”.

El evento cuenta con ponentes como Sebnem Arsu (corresponsal de Der Spiegel en Estambul), Rawan Damen (directora de Arab Reporters for Investigative Journalism), Dounia Mseffer (RMJM, Marruecos), Eromo Egbejule (The Guardian, Nigeria), Andrei Popoviciu (periodista freelance en África Occidental), Gabriela Sánchez (eldiario.es) y Pepe Naranjo (corresponsal de El País en África Occidental), entre otros.

Respecto a esta especialización, el periodistas y escritor grancanario Pepe Naranjo ha solicitado que se mire “a lo que está pasando en los países de origen” para comprender las razones porque, de lo contrario, “no estaremos entendiendo nada”.

Al publicar para medios fundamentalmente españoles pero vivir en Senegal, ha incidido en la necesidad de un filtro mental, estar muy atento a la actualidad, crear una red de fuentes y periodistas locales para, después, tratar de vender temas, a su juicio “la parte más difícil”.

En este sentido, ha subrayado que no se puede perder de vista África en general, y Senegal en particular, pues “son un poco la marginalidad informativa”

En la versión de la agencia EFE, se cita también a José Bautista, periodista de investigación y coordinador del área de periodismo de investigación de la Fundación PorCausa, quien destacó la dificultad de cubrir este tipo de informaciones porque, a menudo, se trata de países “donde el periodismo es una profesión de riesgo o directamente está prohibido”.

Martina Madaula, cofundadora de la revista Yemaya, especialista en vulneración de derechos humanos con perspectiva de género, abordó los impactos de la externalización fronteriza de Europa hacia las mujeres.

Hemos explorado las diferentes manifestaciones de esta violencia, superexplícitas, violencias sexuales y físicas, hasta mucho más psicológicas que impactan, sobre todo, cuando tienes cargos reproductivos como mujer”, explicó.

Al evento también asistió Montserrat Domínguez, antigua trabajadora en la Cadena SER y actual 'freelance', quien recalcó la oportunidad “única” de este congreso para poder conocer de primera mano el trabajo de muchos compañeros en algo que, “en países ricos como los nuestros, no queremos ver o saber cómo otros se encargan de expulsar a los inmigrantes o de encerrarles en cárceles, porque es algo ante lo que nosotros preferimos estar ciegos”.

Su conclusión fue clara: “Precisamente por eso, se llevan la gestión de las fronteras a países donde no hay democracia, donde no hay control por parte de la prensa libre y ese es el reto que tenemos los periodistas. Si no tenemos ojos ahí, no lo podemos contar”.


domingo, 5 de octubre de 2025

Triunfo en medio del caos

Agradecemos, en primer lugar, a la autora y al Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias, la oportunidad de introducir esta novela, ‘Todas las nubes’ (Nectarina Editorial, 2025), la primera de María Nieves Pérez Cejas (Puerto de la Cruz, 1975), que resultó ser finalista el pasado año del premio de novela Benito Pérez Armas de la Fundación CajaCanarias y narra la historia de Greta, una agente de la Guardia Civil, una mujer de fuerte carácter y presencia imponente que no pasa inadvertida.

Sin embargo, su vida personal dista mucho de ser sencilla: debe criar sola a un hijo cuyo padre no lo ha reconocido, un hombre que continúa influyendo negativamente en su vida.

La historia se inicia con el traslado de tres reclusas desde la isla a bordo de un barco, misión que Greta realiza junto a su compañero Romeo Roque, un guardia civil en prácticas, inexperto, inseguro y propenso a marearse desde la infancia.

La trama se desarrolla en torno a una operación de contrabando de piedras preciosas expulsadas por un volcán submarino activo. En esta red ilegal están implicados diversos personajes singulares: un excéntrico capitán de barco, apodado por Greta como "La Nariz", un extranjero procedente de Sarajevo llamado Mathias, y el ex amante de Greta, cuya identidad permanece sin ser mencionada directamente y que además es el padre de su hijo.

Con el volcán como telón de fondo, la autora entrelaza los acontecimientos —fortuitos o no— que conducen al descubrimiento de las actividades ilícitas vinculadas al comercio de gemas, encubiertas bajo el negocio aparentemente inocente de inmersiones turísticas al cráter submarino.

La autora demuestra una notable meticulosidad en la construcción y descripción de los personajes, logrando dotarlos de una profundidad tal que el lector no solo los comprende, sino que empatiza con ellos. Este ejercicio de caracterización se refleja especialmente en las tres mujeres reclusas -Laura Deisy, Rosario y María del Carmen-, cuyas historias personales son presentadas con sensibilidad y detalle, revelando los motivos que las condujeron a prisión. Lejos de esbozarlas como meras delincuentes, la narración ofrece una visión humana y compleja de sus vidas, cargada de matices y contradicciones. Es lo que la escritora denomina indefinición consciente: “Hay algunos [personajes] que parecen estar definidos por el bien, por lo bueno, por la bondad, mientras que otros serían justo sus opuestos”, expone Pérez Cejas. “Sin embargo, hay momentos en los que esa oposición desaparece, en los que esa división entre lo bueno y lo malo se diluye”, precisa.

Durante el traslado de las reclusas en barco, la autora aprovecha para mostrarnos otra faceta de Greta: su humanidad. En dos ocasiones, libera momentáneamente a dos de las presas de sus celdas, otorgándoles breves instantes de libertad. Primero a María del Carmen, la “Dorremí”, a quien lleva a cubierta para que sienta el aire salado del mar, bajo el pretexto de que solo pedía un café. Luego a Rosario, la gitana de piel aceitunada, a quien invita a la cena de gala del capitán en sustitución de Romeo, que se encontraba indispuesto debido a los vaivenes de las olas. Estos gestos no solo relevan la empatía de Greta, sino también su capacidad para entender que, en ocasiones las circunstancias vitales pueden conducirte a tomar decisiones erróneas. Al mismo tiempo, muestran una Greta decidida, audaz, incluso temeraria, capaz de traspasar los límites de la legalidad cuando su instinto así lo dicta.

Esa misma impulsividad se manifiesta cuando, al recibir la resolución judicial que dictamina una custodia compartida con el padre ausente de su hijo, Greta toma la determinación de no entregarlo. La decisión, aunque cuestionable desde el punto de vista legal, se presenta como una reacción comprensible y profundamente humana ante una situación de injusticia emocional.

Con el desarrollo de los personajes femeninos, la autora propone una exploración de la mirada femenina como eje articulador del relato. Tal como ella misma señala, su intención ha sido otorgar a las mujeres una presencia significativa dentro de la narración, en tanto representan una forma particular de comprender la vida y de establecer vínculos con los demás. Esta perspectiva surge, además, de su propia experiencia vital y de su entorno más cercano: “Soy mujer, tengo muchas amigas y no deja de llamarme la atención cómo viven sus historias”, afirma.

Mención destacada merece Romeo Roque, el compañero novato de Greta. En sus inicios es retratado como un joven al inmaduro, que vive aún con su madre y parece más preocupado por causarle orgullo a ella que por cumplir con las exigencias de su profesión. Sin embargo, a lo largo de la trama, Romeo experimenta una evolución significativa: crece en confianza, agudiza su instinto policial y, finalmente, desempeña un papel clave en el descubrimiento de la red de contrabando que operaba en el pantalán número 5 del muelle. 

Otro personaje determinante es el ex amante de Greta, padre de su hijo y principal fuente de su sufrimiento emocional. La autora lo perfila como un hombre con un instinto mujeriego y un ego devastador. A través de episodios particularmente intensos -como la escena en la que Greta descubre sus infidelidades al leer los mensajes de su teléfono, o aquella en la que, en pleno parto, él la humilla diciendo: Greta, ay, Greta, si que nada sabes, mujer inútil, nada entiendes, si que por no saber, no sabes ni parir”- el lector experimenta una cascada de emociones: odio, repulsión, rechazo hacia él, y compasión, pena y solidaridad hacia ella. Esta carga emocional alcanza su punto álgido cuando él, tras años de ausencia, pretende recuperar la custodia de su hijo. La angustia de Greta se transmite de forma tan visceral que resulta imposible no sentirla como propia.

De esta historia hay que hablar también de Dalibor, un hombre que llega a la isla escapando de una ciudad que estaba siendo devastada por la guerra: Sarajevo. Su presencia está marcada por una fuerza silenciosa y por unos ojos azules que no pasan desapercibidos, especialmente para Greta, a quien logra cautivar desde su primer encuentro. Coinciden por casualidad -o al menos eso parece- al sentarse juntos en un vuelo con destino a la isla. A partir de ese momento, una serie de encuentros aparentemente fortuitos comienzan a entrelazar sus caminos, aunque con el tiempo se hace evidente que ambos, impulsados por una atracción mutua, buscan provocarlos con la excusa del azar.

Dalibor desempeña un doble papel en la narración: es, por un lado, una pieza clave -aunque no completamente consciente de ello- en la resolución de la trama del contrabando de piedras preciosas; y, por otro, el catalizador que devuelve a Greta la esperanza, el deseo; y, en última instancia, la capacidad de volver a sentir. La relación entre ambos en intensamente pasional, marcada por una atracción física que no solo despierta en Greta emociones largamente reprimidas, sino que activa en ella una especie de renacimiento personal. En este sentido, la pasión entre Greta y Dalibor establece un potente paralelismo simbólico con la erupción del volcán submarino: una fuerza interna que llevaba su tiempo acumulándose y que finalmente estalla, transformando todo a su alrededor. Dalibor no solo representa el alivio moral o emocional de Greta, sino también una figura de redención en una historia plagada de heridas, traiciones y cicatrices. 

No solo los personajes están cuidadosamente delineados; también lo están los escenarios. La descripción de los paisajes, y en particular del volcán submarino y su entorno, está elaborada con tal precisión que permite al lector situarse mentalmente en el lugar. Las excursiones submarinas son narradas con una riqueza sensorial que convierte el entorno volcánico -ese desierto de tonos ocres, silencioso, inhóspito, salpicado de burbujas de sulfuro- en un escenario casi tangible: Un entorno que, de pronto, se había convertido en un páramo, en un desierto de sal y de burbujas de sulfuro”.

La autora, en fin, entreteje todos estos elementos con gran destreza, construyendo una narración ágil y absorbente, que mantiene al lector en vilo. La constante amenaza de una erupción volcánica añade un trasfondo de tensión que se intensifica hasta el final, logrando que el lector no pueda abandonar la lectura hasta conocer el desenlace.

Y, finalmente, se alcanza un cierre que bien podría definirse como feliz, aunque matizado por la imperfección inherente a la vida real. Si bien algunos personajes, como la “Dorremí”, encuentran un final trágico, otros -como Rosario y la propia Greta- experimentan una forma de redención y justicia, especialmente tras el encarcelamiento del ex amante y la posterior paliza que recibe en prisión, símbolo de una venganza cumplida. A través de la caracterización de los personajes principales, es posible advertir un proceso de evolución y maduración, el cual ha sido explicitado por la autora al afirmar: “Los personajes evolucionan, y, en ese proceso, la madurez que adquieren responde en buena medida a las relaciones que establecen unos con otros, que al principio pueden parecer azarosas”.

La autora apunta: “Es una novela caleidoscópica, de personajes que, según aparecen, da la impresión de que no tienen nada que ver unos con otros, que cada uno de ellos no se ubica junto al resto”.

Y sin embargo, comienzan a surgir vínculos, afectos, que van modulando esa madurez”. De manera que en ‘Todas las nubes’ podría decirse que hay un viaje a través de dos caminos: el existencial y el emocional”, apostilla Pérez Cejas. 

El lector cierra el libro con una sensación de alivio y satisfacción, consciente de que, aunque no todo ha salido bien, lo esencial se ha restaurado: el equilibrio emocional de una mujer que ha luchado -y vencido- en medio del caos.

Gracias otra vez. Y que sea el primero de muchos éxitos bibliográficos.


N.del A.- Texto leído en la presentación de la novela 'Todas nubes', de Mari Nieves Pèrez Cejas, que tuvo lugar el pasado viernes 3 de octubre en el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC)




viernes, 3 de octubre de 2025

Goodall

 

Jane Goodall, fallecida en Estados Unidos, a los 91 años de edad, tampoco verá culminado el proyecto de reconstrucción de la Casa Amarilla, en el Puerto de la Cruz, causa que abrazó sin reservas cuando desde la universidad de La Laguna, conscientes de la importancia que había tenido en el estudio y experimentación de los chimpancés, promovieron la iniciativa. La última vez que vimos a Goodall fue en el programa ‘La Revuelta’ (RTVE), en una entrevista interesantísima de David Broncano, a quien se veía fascinado por la sabiduría de la científica.

La doctora Goodall, Mensajera de la Paz de la Organización de Naciones Unidad (ONU) y fundadora del instituto que lleva su nombre -treinta oficinas en todo el mundo-, falleció debido a causas naturales. Se encontraba en California, una de las estaciones de la denominada gira de oraciones en los Estados Unidos. Los descubrimientos de la doctora Goodall como etóloga revolucionaron la ciencia, y ella fue una defensora incansable de la protección y restauración de nuestro mundo natural, según se afirma en una nota del instituto.

Goodall es una figura relevante en el mundo de la zoología. Dedicó gran parte de su vida profesional al estudio de los chimpancés salvajes en Gombe (Tanzania), siendo considerada por la comunidad internacional como la mayor experta mundial en estos animales y sus complejas estructuras sociales. La trayectoria de Jane Goodall en el estudio de los chimpancés comenzó en el año 1960 cuando ella y su madre, Vanne, llegan a las orillas de la reserva de chimpancés de Gombe Stream, en el oeste de Tanzania, siendo en 1963 cuando sus investigaciones llegaron por primera vez a la revista ‘National Geographic’ (NG) bajo el titular Mi vida entre los chimpancés salvajes

La película documental del mismo título también llegó en 1965, doce años antes de la creación del Instituto Jane Goodall, para continuar con sus investigaciones sobre los chimpancés, así como para ampliar los esfuerzos en materia de protección, conservación y educación ambiental de estas especies. En 1992, creó el Centro de Rehabilitación de Chimpancés Tchimpounga, que ahora cuida a más de ciento cincuenta chimpancés para brindar un hogar y cuidado a los chimpancés huérfanos debido al comercio ilegal de carne de animales silvestres y de mascotas. En 1994, Goodall lanzó trabajos de conservación comunitaria en el oeste de Tanzania. Este programa, conocido como Reforestación y Educación de la Cuenca del lago Tanganica (TACARE), fue diseñado como un proyecto piloto para abordar la pobreza y apoyar medios de vida sostenibles en las aldeas alrededor del citado lago. deteniendo al mismo tiempo la rápida degradación de los recursos naturales, especialmente en el bosque indígena restante.

La doctora Goodall conoció del proyecto de la Casa Amarilla gracias a un psicólogo portuense, Melchor Hernández Castilla, que se esmeró, junto al profesor Mas, en la recuperación de un recinto que albergó, allá en el límite del término municipal con La Orotava, y en las primeras décadas del siglo XX, el primer centro de investigación primatológica. Hernández no cejaba en su empeño pero, seguramente, se habrá cansado de tanta incomprensión y de tantas puertas cerradas, intentando abrirlas infructuosamente Gratificaba verle conferenciar, reciclando material y aportando cualquier testimonio novedoso.

Sin duda, tenía mucho que ver en sus estudios la figura del célebre psicólogo alemán Wolfgang Khöler uno de los principales teóricos de la Escuela de la Gestalt y que estuvo allí sobre los terrenos de aquel inmueble del sector La Paz. Khöler y cuanto le rodeó, que no es poco, incluso alguna novela que imprime más interés a sus importantes investigaciones en el comportamiento de los primates.  Melchor amasa prudentemente su sueño de ver reconstruida la Casa Amarilla que, ahora mismo, tiene el mismo aspecto ruinoso y destartalado que conocemos desde hace años. Una prudencia que no quiebra cuando tiene que hablar del doctor Mas, de su colegio profesional, de Jane Goodall -que llegó a visitar la casa-, de Manuel ‘el de los machangos’ o de cualesquiera otras autoridades científicas con las que ha ido relacionándose para acentuar su entusiasmo y sus ganas. El empeño es que el Puerto de la Cruz renueve la sede del que fuera primer laboratorio de investigación de los chimpancés.  Jane Goodall también quería pero no, no podrá ser. Lastimosamente.


jueves, 2 de octubre de 2025

Urbanización frustrada en el Puerto

 

Se va prolongando -y sin marchamo de solución- otra estampa de la geografía local portuense que es un impacto negativo desde cualquier ángulo que se contemple. Hablamos de una urbanización frustrada, localizada junto a los hornos de cal en Las Cabezas o en las faldas del Taoro. Por no tener, no tiene ni nombre.


Cuando se inició la actuación urbanística, parecía que llevaba buen rumbo. Es más, delimitados los viales y establecidas las cotas, todo daba a entender que solo faltaba conectar las luminarias y empezar a construir. A la espera de que ello se produjera, Juan Carlos Marrero, siendo concejal delegado del área, activó gestiones con los promotores e impulsó algunas medidas provisionales de adaptabilidad, entre ellas un cerramiento de puertas metálicas de generosas dimensiones con el fin de impedir el estacionamiento y la accesibilidad rodada, a la espera de ir ejecutando y completando los dotacionales. Se tomó muy en serio este cometido que a punto estuvo de cristalizar. El problema es que los portalones, tras romperse y sufrir desperfectos -por supuesto, nunca reparados- ya no cumplen la función para la que fueron concebidos e instalados, de manera que la ancha zona de acceso quedó abierta y ya aparcan los conductores que descubren el espacio y hasta penetran por él a cualquier hora.


Parece ser que los propietarios de casas y terrenos colindantes han pleiteado sin haber consensuado todavía posibles cauces de entendimiento. Las consecuencias saltan a la vista: urbanización inacabada, paralización del proyecto o de los proyectos si es que los terrenos iban a poblarse con viviendas unifamiliares… e impacto visual negativo, muy negativo. Antes se decía adefesio y más recientemente, pegote o emplasto. Y los responsables municipales que bastante habrán hecho, seguramente, con agotar todas las vías -menos las de la urbanización frustrada- para desbloquear la situación y reemprender la materialización del proyecto, parecen haber arrojado la toalla.


El caso es que, ya lo hemos dicho, no se vislumbran soluciones. La vía no es solo urbana, es prácticamente el primer kilómetro de la TF-132, que si no ha sido modificado el nomenclátor, se corresponde con la Carretera General de Las Arenas y termina precisamente en los alrededores de la montaña de La Horca o Las Arenas. El tráfico es intenso a cualquier hora, regulado por la rotonda de la superviviente estación de servicio, y conecta con los accesos a la zona comercial del polígono de Las Arenas así como con los del populoso barrio de La Vera y autovía del norte, dirección Realejos-Icod.


En fin, el paso por la zona -donde, por cierto, en el distribuidor de tráfico se registró un accidente de notorias proporciones, aunque sin víctimas- permite visualizar otro prolongado impacto negativo en el Puerto. Urbanización frustrada, sí. Ya van años.



miércoles, 1 de octubre de 2025

Adiós al 'Track' de Mauro

 

Ayer por la tarde cerró sus puertas, al cabo de veintiséis años, “Track”, una popular cafetería de comida rápida que regentaba el herreño Mauro Armas Padrón, a quien acompañaba su gentil esposa, Leida Pérez Reboso. “Track”, durante todo ese tiempo, vino a mantener la efervescencia y el movimiento constante de gente que se registraba en el célebre “Capitan corner”, por donde fluían muchas inquietudes y discusiones portuenses.

Mauro llegó de El Hierro, después de pasar por Venezuela, para integrarse. Y vaya si lo hizo. Terminó siendo un portuense más, cercano, diligente, predispuesto a echar una mano. Creó empleó , propició el primer trabajo para muchos jóvenes de ambos sexos que buscaban y encontraron una oportunidad, sirviendo cortados, infusiones, helados, hamburguesas, cervezas y bebidas refrescantes.

Como los buenos patrones, estaba allí, en el bar, desde muy temprano, atendiendo a los clientes y vigilando a sus empleados, a quienes enseñaba y corregía en el trato, ocupándose de las mesas del exterior casi siempre ocupadas, a cualquier hora. Mauro y esposa aún tenían cuerda para rato pero han emprendido la retirada, porque a todos nos llega esa hora de disfrutar de hijos y nietos, de las bajadas sin estar pendientes de los billetes de avión para llegar a la hora y abrir la persiana. Una franquicia, tras la debida reforma, se hará cargo del establecimiento, aún no se sabe si con el mismo nombre.

Un recuerdo, confesado ayer mismo, cuando las prisas del punto final ya dominaban: en “Track” desayunamos, con familiares y compañeros, aquel lunes después de la jornada electoral en que ganamos la alcaldía del municipio. Dice Mauro que lo recordaba y participó de la alegría que “yo veía en el pueblo que se acercaba”.

Un buen hombre, un trabajador, un emprendedor herreño trasterrado que colaboró con fiestas y celebraciones portuenses, que estaba predispuesto para ser uno más y que iba a todos lados con su pequeña motocicleta. “Track” ha formado parte de la geografía urbana del Puerto de la Cruz, del entorno de una plaza que para todos nosotros, Mauro incluido, ha sido una suerte de universo de la pequeña gran urbe.

A disfrutar, suerte.