viernes, 5 de diciembre de 2025

Insultos de Trump

 A este paso, se va a convertir en noticia que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, conceda entrevistas o haga declaraciones a bordo del Air Force One, sin descalificaciones personales ni proferir insultos a los periodistas que hacen la cobertura. Su última “hazaña”, llamar cerdita a una reportera. Y se quedó tan pancho. Total, una más. No debe asombrar, siguiendo su proceder. Como está acostumbrado a que nadie le tosa y como a cada ‘boutade’ le sigue otra mayor que tapa la anterior, hasta le sonríen las supuestas gracias. Tiempo de indiferencia y de indolencia.

Bien es verdad que algunos periodistas reprobaron sus dichos y repudiaron su actitud. Por ejemplo, Catherine Lucey, corresponsal en la Casa Blanca de la agencia Bloomberg, había preguntado al presidente sobre la desclasificación de los documentos del caso del pederasta Jeffrey Epstein cuando el republicano le ordenó que se callara.  «Silencio. Silencio, cerdita», respondió Trump apuntando con el dedo a la reportera, quien le cuestionó por sus evasivas sobre el caso Epstein si los documentos no contienen «nada incriminatorio» contra él.  Jake Tapper, uno de los presentadores estrella de la cadena CNN, calificó en la red social X la actitud del presidente de «repugnante y completamente inaceptable».  La ex presentadora de Fox News, Gretchen Carlson, también tachó el comentario de «repugnante y degradante». Bloomberg emitió un comunicado en el que afirmó que sus periodistas en la Casa Blanca «prestan un servicio público esencial, formulando preguntas sin temor ni favoritismos». «Seguimos centrados en informar sobre asuntos de interés público de manera justa y precisa», añadió.

Los ataques e insultos de Trump contra periodistas por no gustarle las preguntas que le formulan son habituales en sus ruedas de prensa, en las que suele acusarlos de difundir «fake news» (noticias falsas). Días pasados, llamó «pésima reportera» a Mary Bruce, de ABC News, durante una rueda de prensa en el Despacho Oval con el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán. La periodista le preguntó por qué no ordenó al Departamento de Justicia publicar los papeles de Epstein, un antiguo amigo suyo, y esperó a que lo aprobara el Congreso.  «Creo que eres una pésima reportera», dijo Trump, quien además amenazó con retirar la licencia de operación a la cadena ABC. La inteligencia estadounidense ha afirmado que el ataque se llevó a cabo por orden del príncipe. “No tienes por qué avergonzar a nuestro invitado haciendo una pregunta así”, dijo Trump a la periodista Bruce, de ABC News, refiriéndose después a su consulta como “una pregunta horrible, insubordinada y simplemente terrible”. Trump ha invocado ese insulto de patio escolar en el pasado: Alicia Machado, ex Miss Universo, ha dicho que Trump la llamaba “Miss Piggy” (“piggy” significa “cerdita”, en inglés), el personaje de los Muppets, cuando la instaba a adelgazar. 

Insatisfecho total y hurgando en los instintos de venganza, el presidente se refirió a la ABC como una “empresa asquerosa” y dijo que la licencia de emisión de la cadena “debería ser suprimida”. Señaló que su máximo regulador en materia de radiodifusión, Brendan Carr, cuyo organismo concede licencias a las emisoras locales, “debería examinar eso”.

Trump pareció profundamente frustrado con Mary Bruce, corresponsal jefe de ABC News en la Casa Blanca. Volvió a insultarla después de que ella formulara otra pregunta sobre por qué Trump no había ordenado de manera unilateral la publicación de los archivos relacionados con el financiero caído en desgracia, Jeffrey Epstein. “No es la pregunta lo que me molesta; es tu actitud”, dijo Trump a Bruce, en tono de regaño. “Creo que eres una periodista terrible. Es la forma en que haces esas preguntas”. Y añadió: “Eres una persona terrible y una periodista terrible”.

Como todavía queda escoria patriótica (frase atribuida al comandante Fidel Castro), el Club Nacional de Prensa criticó las declaraciones de Trump en un comunicado afirmando que la muerte de Khashoggi fue “un ataque directo a la libertad de prensa”. “Las declaraciones que parecen minimizar o excusar el asesinato de un periodista tienen consecuencias en el mundo real”, dijo el grupo. “Pueden socavar el principio esencial de que los periodistas deben poder trabajar sin miedo a la violencia ni a las represalias”Trump, con innumerables desplantes e irrespetuosidades múltiples, denigra habitualmente a la prensa. Así quería lucir el Nobel de la 

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