No nieva ni llueve.
La lotería volvió a pasar de largo.
No hay estación de guaguas ni está abierta la nueva biblioteca.
Sigue cerrado el polideportivo de La Vera y al 'Manolo Santaella' los usuarios acceden o salen por un báculo y una apertura natural.
Han llegado los recibos de los servicios básicos con los incrementos de la tarifas recién aprobados.
Hay batucadas que apagan en la calle el canto menguado a Lo Divino mientras se hace cada vez más complicado el tránsito por la vía pública cuya ocupación aparece cada vez más anárquica.
Menos mal que siguen viniendo turistas, que uno de los hoteles cerrados ha encontrado comprador, que la iluminación escapa, que los voluntarios se estructuran formalmente, que a los peques les sigue ilusionando la feria del muelle, que los comerciantes continúan quejándose y que ciudadanos de las localidades limítrofes prefieren bajar al Puerto, a la plaza o a la avenida, a lucir ropa de abrigo y a pasear... Menos mal.
Es Navidad. Pese a los imponderables y a los insensatos, pese a los atascos, pese a los bloqueos...
Un recuerdo para los ausentes y una sensibilidad para quienes menos tienen o están abocados a soledades.
Un sentimiento, sí, de solidaridad y de ánimo.
Es Navidad.
La lotería volvió a pasar de largo.
No hay estación de guaguas ni está abierta la nueva biblioteca.
Sigue cerrado el polideportivo de La Vera y al 'Manolo Santaella' los usuarios acceden o salen por un báculo y una apertura natural.
Han llegado los recibos de los servicios básicos con los incrementos de la tarifas recién aprobados.
Hay batucadas que apagan en la calle el canto menguado a Lo Divino mientras se hace cada vez más complicado el tránsito por la vía pública cuya ocupación aparece cada vez más anárquica.
Menos mal que siguen viniendo turistas, que uno de los hoteles cerrados ha encontrado comprador, que la iluminación escapa, que los voluntarios se estructuran formalmente, que a los peques les sigue ilusionando la feria del muelle, que los comerciantes continúan quejándose y que ciudadanos de las localidades limítrofes prefieren bajar al Puerto, a la plaza o a la avenida, a lucir ropa de abrigo y a pasear... Menos mal.
Es Navidad. Pese a los imponderables y a los insensatos, pese a los atascos, pese a los bloqueos...
Un recuerdo para los ausentes y una sensibilidad para quienes menos tienen o están abocados a soledades.
Un sentimiento, sí, de solidaridad y de ánimo.
Es Navidad.
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