Se nos fue José Miguel Morales Sánchez, comerciante afincado en el Puerto de la Cruz, dirigente del Rotary Club en distintas fases, hijo de aquel que caricaturista y escritor tacorontero, José Morales Clavijo, a quien conocimos como corrector de pruebas en el vespertino La Tarde. Las circunstancias han querido que hayamos podido dar el último adiós a ambos.
Los que conocimos a Pepe Morales contrastábamos bien dos cualidades: su talante y su predisposición para ayudar cuando entendía que la causa merecía respaldo sin distingos de ningún tipo. Su bonhomía le llevó a emprender muchas acciones altruistas. Luego, él mismo se encargaba de llevar una nota y una foto al periódico, o pedía que la revisáramos para enviarla a la publicación de los rotarios.
Dotado de un singular sentido del humor, hablaba en serio cuando en realidad bromeaba. Pero tammbién bromeaba hablando en serio. Era un hombre informado, comentaba la actualidad sin reservas. Y cuando había una conversación sobre una materia en la que no estaba impuesto, prefería guardar el silencio de los prudentes.
Había estado en Venezuela y República Dominicana, países de los que hablaba con orgullo y admiración, por lo bien que le trataron. Hizo de visitador médico y ejerció otros oficios, hasta que retornó y se hizo un hueco, con toda dignidad, en el ramo de la joyería. Llegó a disponer de su propia tienda, con Ana, su esposa, en las cercanías del muelle portuense. Allí atendía con la elegancia de un gentleman y con la perspicacia de un vendedor experimentado.
Sus ratos con los amigos eran muy gratificantes. Bromista, dicharachero, ocurrente... Con Pepe y esos amigos compartimos algunos de esos ratos. Como también las convocatorias del Rotary, de las que siempre fue un puntual y gentil remitente. A Morales se le deba la proyección del nombre del Puerto de la Cruz en los ámbitos nacionales y extranjeros de esa respetable institución, por la que trabajó con denuedo.
Un infarto de miocardio acabó con su vida en vísperas navideñas. Todos sus familiares, allegados y conocidos lo están lamentando. Descanse en paz.
1 comentario:
Ahora que leo el escrito me doy cuenta lo tanto que nos parecemos. Abuelo, haces mucha falta. Te quiero
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