domingo, 2 de enero de 2022

Los listones, muy altos

 

Pocos retos más importantes para la Unión Europea (UE) en el año que se estrena que gestionar el alza de los precios en el sector energético. Sí, ya sabemos, que no es la luz, que es el gas, y entonces el problema es más complicado: no hay muchas perspectivas, en efecto, de que la situación mejore mientras el precio del gas siga fluyendo en máximos históricos pues ello se refleja automáticamente en la factura eléctrica de los consumidores.

Así las cosas, podemos seguir hablando de la recuperación económica como un reto o un objetivo de máximos. Recordemos que hay una cantidad elevada, ochocientos mil millones de euros, conceptuada como fondo de recuperación que debe servir para relanzar la productividad económica maltrecha por la emergencia sanitaria que va encadenando oleadas y exprimiendo respuestas de atención, e impulsar las transiciones ecológica y digital. La puesta en marcha, por cierto, de este fondo de recuperación coincide con un momento de despegue amenazado por la inflación y la actual crisis de suministros que, aunque considerados temporales, lventan temporales en Bruselas por su evidente impacto.

O sea, que no está fácil desde cualquier lado que se mire pues no hay que olvidar las reglas fiscales cuyos debates se reanudarán a la espera de alcanzar un acuerdo sobre los límites a la deuda y el déficit públicos. El empeño de la propia Unión Europea para poner punto final a tales debates antes de que termine el presente año, colisiona con el recelo de muchos Estados miembros reflejados en la división que separa a los países del norte y del sur de la Unión.

La digitalización es otra asignatura pendiente. En el primer trimestre de 2022, intentará aprobar sus dos principales leyes para limitar el poder de las grandes plataformas de internet, llamadas a regular la libre competencia, al exigir mayor transparencia en sus algoritmos y a fijar la responsabilidad de las tecnológicas a la hora de eliminar y moderar contenido ilegal.

En cuanto a la descarbonización de la economía, otro de los asuntos que en el marco comunitario dará mucho que hablar, habrá que estar atentos al desarrollo legislativo para reducir las emisiones nada menos que en un 55 % en 2030 respecto a 1990 como opción para ese objetivo de aquí a mitad de siglo.

Lo dicho: en la Unión Europea han puesto los listones muy altos.

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