La Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP) publicó
un comunicado en ocasión del Día Internacional por los derechos de la mujer, en
el que denuncia el deterioro que sufren las trabajadoras de los medios de
comunicación en su situación laboral y profesional, que no solo no avanza hacia
la igualdad de derechos sino que es cada vez más acentuada.
Pasan los meses y esas condiciones no mejoran. Las
mujeres no se agotan y siguen luchando, pese a los reveses pero, por los
testimonios que vamos recogiendo y contrastando, las más jóvenes, las recién
licenciadas o las que quieren incorporarse, buscando un hueco en el mercado
laboral, empiezan a desesperar. No ya porque la conquista del puesto de trabajo
es muy dificultosa sino porque luego, si acceden, las condiciones de trabajo
son muy sufridas y muy costosas.
La crisis económica está afectando de manera especial
a las mujeres periodistas porque, además de padecer los mismos recortes que toda
la ciudadanía, sufren más directamente la falta de medidas eficaces para
conciliar la vida laboral y familiar, ven más reducidas sus posibilidades de
promoción profesional -ocupan muy pocos puestos directivos en los medios, pese
a ser en número más de la mitad de la profesión- y, en algunas empresas, son
consideradas trabajadoras de segunda categoría frente a sus compañeros varones
con la misma capacitación y perciben salarios inferiores.
La FeSP reclama a las empresas que no utilicen la
crisis como excusa para aumentar la brecha salarial entre los trabajadores y
las trabajadoras y que pongan en marcha medidas para favorecer la conciliación,
planes de igualdad eficaces y acceso a los puestos directivos cuando les
corresponda por sus méritos.
La Federación se ha sumado a las protestas de la
mayoría de las organizaciones de la sociedad contra las limitaciones y el
recorte de derechos de las mujeres, protestas que también se han extendido para
propiciar la igualdad y favorecer unas mejores condiciones de trabajo que
pongan fin a discriminaciones y situaciones reprobables.
Mención especial merece la grave situación de las
mujeres que trabajan como periodistas a la pieza, que no sólo han visto
recortados sus ingresos sino que, al trabajar sin cobertura legal o con una
fragilidad evidente que condiciona sus avances –en tanto que las condiciones en
el ámbito de la Unión Europea (UE) han ido mejorando-, las empresas prescinden
de su trabajo y a veces ni siquiera tienen que indemnizarlas. Es claro entonces
que una tarea inmediata para las organizaciones de periodistas es la
reivindicación y la revisión del estado de empleo de calidad para las mujeres
periodistas. También somos partidarios de dar continuidad e impulso a las
políticas de paridad dentro de las empresas periodísticas, no solo para
cumplimiento de los convenios internacionales sino para promover una lucha
coordinada y valiente contra el acoso laboral y toda clase de discriminación
con base en el género. Hay que perseverar, en fin, en los convenios internacionales
que procuran la igualdad de las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad de
nuestros días
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