miércoles, 27 de abril de 2011

VALIENTE COSPEDAL, PERO SIN RAZÓN

Valiente sí que ha estado María Dolores de Cospedal, secretaria general del Partido Popular, al cuestionar, en vivo y en directo, en uno de sus programas estelares, la imparcialidad de Televisión Española (TVE). Con serenidad, convencida de lo que decía (“mi opinión es en representación del partido”, vino a afirmar), desahogó su descontento, el de los suyos. Lo hizo de frente, en el tono adecuado, como hay que hacer las cosas.
Otra cosa es que tenga razón. No se ha quejado mucho el Partido Popular del tratamiento que recibe en los informativos de la televisión pública, en la televisión de todos. Y se comprende: el pluralismo está más que contrastado. No hay informativo en que sus planteamientos se hayan visto deformados o maltratados. Al contrario, hasta es probable que en algunos momentos parecieran recibir mejor consideración que los del mismo Gobierno. Hasta estas confesiones de Cospedal, el PP no parecía atravesar aguas televisivas turbulentas.
Fueron un reto personal de Rodríguez Zapatero las transformaciones en TVE y lo ha superado. Quizá por esa misma razón, la secretaria general de los populares dijo lo que dijo, poniendo en tela de juicio la imparcialidad del medio público. Pero el tiempo terminará reconociendo la obra del presidente del ejecutivo en una asignatura que, legislatura tras legislatura, se había convertido en un arma arrojadiza de primera. Desde la deuda a la financiación, desde el ERE a la supresión de centros territoriales. TVE, pocos lo dudan, ha ganado en pluralismo, independencia, rigor y credibilidad.
Por eso replicó con seguridad y entereza Ana Pastor, la conductora del espacio “Los desayunos informativos”. Mencionó la libertad con que ahora se trabaja como timbre de orgullo de los profesionales y señaló que “las encuestas y todos los premios que han recibido los [espacios] informativos de la cadena no dicen que sea como otras épocas anteriores, con el PP o del PSOE”.
Que las manifestaciones de María Dolores de Cospedal -se cuidó, claro, de salvar a los profesionales- estén dando pie a una nueva confrontación política es bastante lógico. La secretaria general de los populares olvida que en las comunidades donde gobiernan, si hay algo que figure en los primeros puestos de los planos críticos es precisamente el papel y la gestión de las televisiones públicas. Los escándalos habidos en Madrid y Valencia, a propósito de ciertos casos de presunta corrupción política y de cobertura de algunos acontecimientos, están frescos en memoria y hemerotecas. Por ahí le lloverán comparaciones y su opinión, que es la del partido, según sus palabras, se tambalea, de modo que su valentía en el directo ante Ana Pastor quedará en eso: en una cualidad accidental.

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