Los noticiarios de televisión han reiterado imágenes estos días de niños fallecidos en Gaza. Menores que fallecen ¡de frío! Qué manera de morir. Es terrible. En la sección internacional de El País puede leerse: “Seis bebés mueren por hipotermia en Gaza en las últimas horas. Tres de los fallecidos tenían dos meses de vida. Al menos otros tres menores están en estado crítico por la ola de frío polar que sufre la Franja en los últimos días”.
El relato de los horrores se prolonga, es un sinfín de aniquilamiento y destrucción. La guerra cruel a la que el mundo asiste casi impasible. Las cámaras se encargan de meter en las casas las huellas de la masacre y del desastre. Las agencias de noticias ofrecen cifras sobrecogedoras. La ONU, según ‘France Press’, emitió un informe el pasado mes de noviembre en el que señala que casi el 70 % de las víctimas mortales de la guerra en curso en Gaza que ha verificado son mujeres y niños. En el reporte, rechazado por Israel, la organización denuncia "una violación sistemática de los principios fundamentales del derecho internacional humanitario".
Todos los demás datos son similares. La guerra en Gaza ha sido devastadora para los niños: más de 13.000 han sido asesinados, se estima que 25.000 han resultado heridos y al menos otros 25.000 han sido hospitalizados por desnutrición, según agencias de Naciones Unidas.
Los niños de Gaza no eligieron esta guerra. Sin embargo, han pagado o están pagando el precio máximo. ¿A qué sonará la palabra paz?
Una foto de dos niños muertos en un ataque de un misil israelí en Ciudad de Gaza, tomada por el fotógrafo sueco Paul Hansen del periódico ‘Dagens Nyheter’, ganó recientemente el certamen World Press Photo. La foto muestra a un grupo de hombres que llevan en brazos los cadáveres de Suhaib Hijazi, de dos años, y su hermano Muhammad, de tres, cuando eran trasladados a la mezquita para su funeral.
Son testimonios escalofriantes de un conflicto cruento, irremediable, una parte de la Humanidad se desangra, todo es incomprensible. Las imágenes de una tristísima realidad se suceden. La suerte de los niños en Gaza es una fatalidad. Mueren de frío. ¡Qué manera! Gira, el mundo gira.
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