La
cátedra de Turismo de la Universidad de La Laguna fue distinguida
ayer con el Drago de Honor que concede el Centro de Iniciativas y
Turismo de Icod de los Vinos (CIT), presidido por Antonio García
Fleitas. El acto tuvo lugar en el Parque del Drago, con asistencia
del alcalde de la localidad, Javier Sierra Jorge (Alternativa
Icodense), técnico superior en Información Turística y Guía
Turístico; Isabel Karely León Pérez, vicerrectora de la
universidad lagunera y el mismo presidente del CIT.
Nos
correspondió leer una semblanza de la cátedra galardonada, con el
siguiente texto, titulado “Del voluntarismo al rango universitario”.
Este fue su contenido:
Expresamos,
en primer término, nuestra felicitación al titular y a los
integrantes de la cátedra de Turismo de la Universidad de La Laguna
que hoy, en este emblemático recinto, es distinguida con el Drago de
Honor que otorga el Centro de Iniciativas y Turismo de la ciudad de
Icod de los Vinos.
Esta
fuente de riqueza que los canarios descubrieron mediados los años
cincuenta del pasado siglo, cuando la vieja Europa se reponía de las
dolorosas heridas de la Segunda Guerra Mundial y emprendía nuevos
rumbos en su propia construcción hacia horizontes tecnológicos y de
convivencia completamente desconocidos. De hecho, cuando empezaron a
desarrollarse, se comenzó a hablar de la industria sin chimeneas,
primera de las definiciones que han ido engrosando el concepto.
Quienes
integran la dirección del CIT icodense, seguro que quienes han
asistido a ediciones anteriores de este acto, saben con qué mimo,
con qué esmero se prepara este acto, primero por la entidad o la
categoría de los galardonados. Luego, por la proyección que tiene,
especialmente en el universo turístico que se enriquece cuando
trasciende su aportación, individual o colectiva, profesionalmente
hablando.
En
esta oportunidad, el Drago de Honor, obra escultórica de la que es
autor el artista Javier Huerta Gómez, recae en una cátedra
universitaria, un hecho que, en sí mismo, condensa los avances que
durante décadas ha experimentado el sector, cada vez más
científico, cada vez más tecnificado, mejor estructurado, mejor
estudiado e interrelacionado y de indiscutible creciente
participación en los esquemas del Producto Interior Bruto (PIB). Es
algo más que un salto cualitativo y de ello debemos congratularnos.
Hemos pasado de aquella industria sin chimeneas al empleo de la
Inteligencia Artificial (IA) y gestiones económico-financieras
avanzadas.
La
institución universitaria lagunera ha sido sensible y ha desempeñado
un papel activo en este desarrollo del negocio o del hecho turístico.
De facto, sigue abierta y en plena proceso de colaboración con un
colectivo de veteranos profesionales y empresarios del sector,
agrupados en torno a la denominación ‘Calínico’ de la que hemos
hablado en anteriores ediciones.
En
ella y en los círculos más cercanos, se habla de la turismología,
explicada en “Wikipedia” como la ciencia social que se
centra en el estudio del turismo desde el punto de vista social,
económico y espacial, ocupándose del fenómeno en su totalidad.
El turismólogo es
el profesional universitario que conoce e investiga el turismo,
considerando su campo de análisis como una ciencia social en
constante desarrollo metodológico y relacionada con las ciencias
económicas. Las funciones de un turismólogo son planificar,
gestionar, desarrollar el sector turístico y administrar la
industria del turismo. Además de que una de sus ventajas es
asegurarse de que su organización tenga una estrategia sostenible a
largo plazo.
Un
turismólogo tiene que ser un experto en turismo, debe de conocer el
turismo desde un ámbito social, geográfico, económico, cultural,
entre otros, y es un profesional que debe tener una visión más
amplia que abarque múltiples actividades.
La turismología tuvo
su aparición para que todos los componentes y fuerzas del turismo no
fuesen estudiados aisladamente, sino con una visión sistemática y
holística. La turismóloga uruguaya
Margarita Barretto ya define esta actividad:
«La turismología es
el estudio del fenómeno turístico en cuanto a hecho social (en el
sentido dado a esta expresión por Émile Durkheim en el siglo
XIX). El turismo es el fenómeno en sí [pero] son dos cosas
diferentes: el fenómeno y el estudio del fenómeno».
En
sus primeros tiempos, el geógrafo yugoslavo Zivadin Jovicic,
considerado el padre de la turismología, ya había definido ésta
como aquella ciencia que busca definir las distintas dimensiones
espaciales, sociológicas y económicas del turismo, estudiando la
correlación existente entre lo general y lo particular. El término
fue popularizado cundo el mismo Jovicic fundó la revista del mismo
nombre en 1972.
El
consideraba que ninguna de las ciencias existentes podía realizar el
estudio del turismo en toda su dimensión (ni la geografía ni
la economía ni la sociología), por considerar que sus aportaciones
son unilaterales. Esto permitiría la creación de una ciencia
independiente, denominada así la turismología.
Según
Jovicic:
"El
turismo es un fenómeno único y ninguno de sus componentes
puede ser estudiado aisladamente, ya que para poder estudiar
aisladamente cualquier aspecto del fenómeno es indispensable conocer
su esencia, su naturaleza profunda, pues, de lo contrario, se corre
el riesgo de presentarlo desde un ángulo unilateral o
desnaturalizado (cayendo en el economicismo, el geografismo o el
sociologismo.
Turismología
fue, para Jovicic y otros científicos, el nombre perfecto para
nombrar a la nueva ciencia del turismo, porque es simple y acertado
desde el punto de vista lingüístico.
En
el año 2001, el licenciado mejicano Rafael Balseca Rendón, declara
el Turismo o la Turismología como ciencia. Según su publicación
‘Turismo y ciencia’: "El turismo es una ciencia social de
carácter fáctico dado por las motivaciones, desplazamientos y uso
del espacio turístico por parte del homo turisticus".
En
Francia, fue el profesor Jean Michel Hoerner quien en el año 2000
popularizó el término ‘tourismologie’, especialmente en sus
obras:
Anteriormente,
el propio Hoerner había ya utilizado con frecuencia la palabra, en
especial, en la revista "Espaces, tourisme & loisirs".
En
junio de 2005, el profesor Hoerner publicó en el número 227 la
citada revista "Encore un pas vers la tourismologie..." en
donde aborda la turismología desde el punto de vista epistemológico.
Claude
Origet du Cluzeau,
vicepresidente de la Asociación Francesa de Expertos Científicos de
Turismo, es otro de los investigadores que también se ha dedicado a
investigaciones relacionadas con el aspecto epistemológico de la
turismología.
En
habla portuguesa, "turismología" es una palabra muy
difundida y utilizada desde hace años (en especial, en Brasil). Es
muy numerosa la cantidad de universidades que ofrecen cursos,
títulos y posgrados de turismología (Universidade de Caixas do Sul,
Universidade de Fortaleza y otras. Entre los turismólogos más
destacados, se encuentra la ya citada doctora Margarita Barreto.
En
“Wikipedia”, el ingeniero americano John Tribe
ha
argumentado que una de los mayores problemas de la turismología es
su indisciplina para crear saberes homogéneos, ya sea por una
Academia que no dialoga con los cuerpos generados de saber turístico,
o por la falta de paradigmas básicos para configurar el objeto de
estudio del turismo.
Por
su parte, en el mismo sitio, Francisco Muñoz de Escalona, doctor en
Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense
de Madrid que ha dedicado su investigación a la Economía y
Planificación del Turismo, advierte que la falta de un objeto
específico ha llevado a una confusión fatal por parte de los
primeros turisperitos (es la primera vez que empleamos este
término) quienes confundieron la maduración de una ciencia con
la cantidad de trabajos, publicaciones o departamentos destinados a
investigación en las universidades, en lugar de prestar atención a
los postulados básicos de la disciplina. La producción académica
no parece ser un criterio suficiente en la consolidación de una
ciencia.
En
los últimos años, diversos estudios han avanzado en la expansión
de la turismología como disciplina científica. No obstante, la
disciplina aún es sustentada por las ciencias sociales.
Por
su parte, Alexandre Panosso Netto, estudioso de la teoría y práctica
del pensamiento turístico brasileño, y las investigaciones del
profesor mejicano Marcelino Nechar, sugieren que el turismo debe ser
considerado una institución social total de naturaleza reflexiva que
moldea las experiencias y las cosmologías de los turistas. En los
últimos años, una corriente crítica ha enfatizado en los problemas
y limitaciones conceptuales de la investigación aplicada en turismo
y hospitalidad. En este sentido, existe una visión excesivamente
comercial del mismo enfatizando la figura del turista como el único
vector de información frente a otros actores y otras metodologías.
Los investigadores comúnmente realizan encuestas y entrevistas sobre
los turistas que luego son tabuladas estadísticamente, esta práctica
relega a otros actores que forman parte del sistema.
A
este grupo académico se lo conoce como corriente critica del turismo
(‘critical turn’).
La
critica de los especialistas sobre la epistemología del turismo
versa en el hecho que en un sentido la experiencia del turista no
denota causalidad científica sino su propio mundo interno.
Metodológicamente hablando, lo que el turista manifiesta habla de su
interpretación pero no de una causalidad real entre variables.
Algunos
turismólogos prefieren hablar de “ciencia del turismo” (como el
italiano Alberto Sessa), o “turismografía” (como el también
italiano Umberto Fragola), en lugar del neologismo "turismología".
De
todos modos, hoy en día, el término turismología es la expresión
más popular entre los turismólogos y es cada vez más popular en el
ambiente de la disciplina.
El
turismólogo o licenciado en Turismo no solo se dedica al
estudio científico-académico del turismo, sino que es un
profesional que debe tener una visión más amplia, tendiente a
múltiples actividades.
El
término turismólogo surgió en la década de 1970, con el
objetivo de brindar un nombre a la categoría de profesionales del
área del turismo, disciplina que mostraba en ese entonces un
enorme desarrollo. Una de las características de un turismólogo es
que es un experto en el turismo, debe de conocer el turismo desde un
ámbito social, geográfico, económico y cultural. Es un profesional
que debe tener una visión más amplia, capaz de abarcar múltiples
actividades.
En
la actualidad o era moderna del sector turismo, se dispone de
diferentes especialidades, la más común, licenciado en Turismo. A
las mismas se atribuyen funciones y conocimientos en diversos campos
del turismo, es decir, variadas profesiones son las que pueden
dedicarse a la actividad turística, puesto que la oferta académica
de las universidades, facultades e institutos superiores, determina
su enfoque y objeto de estudio.
Ello
es consecuencia de que en las décadas de 1990 y las primeras del
nuevo milenio, la oferta de servicios turísticos, infraestructura,
planta turística, supraestructura y declaraciones de Patrimonios de
la Humanidad, se han sucedido de forma constante, por lo que la
necesidad de nuevos especialistas y profesionales de este sector ha
sido primordial.
A
continuación, enumeramos, a título enunciativo, las carreras o
licenciaturas más importantes, que se desempeñan en el ámbito
turístico:
Licenciatura
en Gestión Turística.
Licenciatura
en Administración Hotelera.
Licenciatura
en Artes Culinarias y Pastelería.
Licenciatura
en Administración de Bares y Restaurantes.
Licenciatura
en Administración del Tiempo Libre y Hospitalidad.
Licenciatura
en Administración Turística con Especialización en:
¿Y
cuál es el perfil del turismólogo?
El
que se dedique al turismo o administración turística se destaca por
la importancia de esta actividad a nivel de algunos países o en
carácter internacional, a su constante desarrollo. Ofrece
conocimientos, actitudes y habilidades para satisfacer las
necesidades relacionadas con las actividades y objetivos de los
usuarios turísticos.
Cada
uno de los Patrimonios de la Humanidad universal deben de ser
admirados profesionalmente, porque -recalcamos- representan un enorme
potencial para el desarrollo económico y promueve las relaciones
culturales de diversas regionales mundiales.
El
turismólogo está educado para que pueda ser partícipe en el
fenómeno turístico, reconocer el contraste entre formas diversas de
ser y pensar; tener conocimiento y comprensión de la riqueza
cultural y natural del mundo entero.
Y
lo que es más, hay un elenco de funciones o tareas adicionales que
puede desarrollar:
La
elaboración y asesoría en políticas de turismo nacionales
municipales, comunitarias o insulares;
Elaborar
el planeamiento del espacio turístico;
Analizar
y elaborar planes para el desarrollo del turismo de un modo
sustentable, basándose en factores sociales, culturales,
ambientales y económicos, presentes en cada región;
Coordinar,
desarrollar y orientar trabajos de selección y clasificación de
zonas y áreas destinadas al turismo;
Coordinar
actividades relacionadas con el ocio para la demanda turística;
Brindar
consultoría a organizaciones del sector turístico;
Planear
y organizar circuitos turísticos y gestionar agenciasd de viajes;
Fundamentos
del turismo y docencia;
Administración
y contabilidad de las empresas turísticas;
Ingeniería
del servicio y logística en eventos sociales, grupos y
convenciones;
Preparación
de alimentos y bebidas.
Economía,
finanzas y derecho para las empresas turísticas.
Control
y operación del traslado y hospedaje del usuario turístico.
Mercadotecnia de
servicios y promoción de productos turísticos.
Relaciones
internacionales y gestión de duanas.
Participación
y operación de Servicios Complementarios en Turismo alternativo.
Recorridos
como guías de turistas por medio de museología, historia del arte
y arquitectura.
Planificación
de itinerarios en ecoturismo y rutas culturales o de aventura.
Organización
y dirección de grupos de trabajo y turistas.
Expresión
de varios idiomas para desenvolvimiento en actividades turísticas,
vocación de servicio, liderazgo, creatividad, iniciativa y
proactivo.
Conocimientos
de gastronomía, viticultura, etnografía, tradiciones y coctelería.
Los
estudios de turismo se inician en Canarias en el año 1966 con las
Escuelas de Turismo de Tenerife y de Las Palmas, propiedad de Antonio
Pedro Tejera Reyes, recientemente fallecido en Perú, además de una
segunda en la capital grancanaria, de titularidad perteneciente a la
Caja Insular de Ahorros, que así se denominaba entonces.
Eran
tres años de carrera que se revalidaban a través de un examen con
profesores que venían de la Escuela Oficial de Turismo de Madrid.
Superada esta reválida, era posible obtener el título de Técnico
de Empresas y Actividades Turísticas.
En
1980, la Escuela Oficial de Turismo de Madrid promueve, con rango
universitario, la carrera de Técnico de Empresas y Actividades
Turísticas (grado medio). En 1983 se da la oportunidad a todos los
titulados anteriores para que puedan convalidar, a través de un
examen a realizar en Madrid en la Escuela antes mencionada.
Dada
su importancia y orgullo para Tenerife, me permito introducir que en
esta convalidación realizada, como decía anteriormente en 1983,
nuestro amigo hotelero y coordinador general de Calínico, hoteleros
por Tenerife, Eduardo Solís García Talavera, fue el único en
obtener la calificación de “10”, entre más de quinientos
examinandos provenientes de toda España.
Veintidós
años después, en el curso académico 1988-1989, la universidad de
La Laguna incorpora los estudios de diplomatura de Técnico de
Empresas y Actividades turísticas, comenzando a titular a jóvenes
que lo estudiaban.
En
1999, el Proceso de Bolonia o Plan Bolonia, dio inicio a un ciclo de
convergencia que tenía como objetivos facilitar el intercambio de
titulados y adaptar el contenido de los estudios universitarios a las
demandas del mercado, en la Unión Europea. Los estudios de turismo
adquieren rango superior con Grado Turismo. Empezaban a quedar atrás
el voluntarismo, el cambio de la azada por la bandeja, los idiomas
autoaprendidos solo con la base fonética, los botones uniformados y
aquella recordada y siempre bien ponderada mano corriente de
conserjerías y recepciones. Ese voluntarismo, por cierto, no fue
exclusivo de Canarias, bien es verdad que el archipiélago se
adelantó a otras regiones. En Cataluña, en 1975, era expedido el
título de director de hotel con un certificado de experiencia, real
o no, firmado por una empresa.
Un
diplomado en Empresas y Actividades Turísticas (o Gestión/Dirección
de Empresas Turísticas), ya lo hemos dicho, supone poseer
una formación que capacita profesionales para la gestión,
dirección y optimización de negocios en el sector turístico. Ofrece
habilidades en estrategias comerciales, gestión financiera,
marketing y liderazgo, preparando a los egresados para puestos como
gerentes de hotel, consultores, directores de agencias de viajes, y
para emprender en el sector. También se enfoca en la promoción
del turismo responsable y sostenible, preparando para los retos de un
sector dinámico y global.
La
cátedra de turismo de la universidad lagunera, a la que hoy
agasajamos, se crea en el año 2012 con el apoyo de la Caja General
de Ahorros y ASHOTEL, siendo el profesor catedrático Raúl Hernández
Martín, su primer y único Director.
Expresamos
nuestra enhorabuena, agradecemos la atención dispensada y confiamos
en que el turismo siga siendo esencial para el presente y el porvenir
de Tenerife y de Canarias.