Al calor de las controversias suscitadas (reclamaciones judiciales incluidas) y de los resultados cosechados, la experiencia de los procesos de concesión administrativa, fraguados y decididos en el mandato 2003-07, del servicio municipal de recogida de basuras y de la empresa pública Parque Marítimo S.A. (Pamarsa) -para entendernos: privatización- son la crónica de un fracaso anunciado.
En medio de la crisis a la que recurrir para justificarse, varias causas de distinta naturaleza, como la mala gestión, la carencia de seguimiento, una dejación de funciones para hacer cumplir los contratos respectivos y una respuesta inapropiada por parte de los adjudicatarios han determinado un fiasco descomunal como fórmula escogida para resolver el problema que el servicio y la sociedad representaban y al que, sin duda, había que hacer frente. Esas son las razones visibles: cabe deducir que hay otras que no han trascendido, desde la falta de entendimiento y buena relación entre las partes a los vicios ocultos, exigencias e imposiciones de diverso tipo que los adjudicatarios alegarán en su defensa.
El fiasco, cuyo costo total al pueblo portuense (político, social y económico) aún está por calcular, se plasma en una de las paradojas más insólitas que se recuerdan en la vida política del pueblo y, si nos apuran, del país: los mismos que denostaron y desmantelaron Pamarsa (el mismo alcalde, los mismos grupos políticos, CC y PP) son quienes ahora, en una cabriola inextricable, quieren devolver o traspasar a la empresa pública las prestaciones que, en su día, formaron parte de la concesión.
El intringulis jurídico es de aúpa pues a la declaración de desierto resultante del concurso público convocado, aún con un contrato pendiente de resolución, hay que unir la liquidación de deudas pendientes, la conminación de los órganos municipales para que el adjudicatario devuelva las instalaciones el próximo lunes y la incertidumbre que entraña la restitución de la posesión. Es previsible que durante este fin de semana se intensifique el trabajo de funcionarios y asesores para saber cuáles son los escenarios que se registren en esa fecha. Y cómo hay que actuar entonces.
Todo empezó así
Es interesante volver a los orígenes de este dislate. En el ejercicio de oposición corporativa y como miembro del consejo de administración de la sociedad en el mandato citado, nos opusimos a la privatización y aportamos una alternativa que el gobierno local de entonces, obsesionado por aligerar cargas sin reparar en las consecuencias que, a medio plazo (apenas seis años ha durado la concesión) y a la larga, se podrían generar, ni siquiera intentó considerar.
Todo empezó en el pleno del 20 de octubre de 2003, cuando se planteó la modificación del objeto social y los estatutos sociales de Pamarsa: “La difícil situación económica que atraviesa, en la actualidad, la empresa municipal hace necesario adoptar una serie de medidas de choque que ayuden a paliar la misma y que, en definitiva, contribuyan a seguir haciendo viable la empresa municipal con unos márgenes de beneficios lógicos para este tipo de sociedades. Dentro de tales medidas, es conveniente recuperar la explotación del Complejo Turístico Municipal “Costa Martiánez” para que sea este Ayuntamiento el que gestione, por sí mismo y también directamente, dicha instalación, excluida la Isla Central del Lago y demás instalaciones y locales que, por convenio de fecha 31 de julio de 2003, se han cedido al Casino Taoro, así como los servicios de restaurante, self-service, bares y kioscos que explota, mediante concesión administrativa, la Cooperativa “Costa Martiánez” (COSMAR). Por lo demás, el próximo inicio de las obras de reforma del Complejo, que habrán de realizarse en ejecución del citado Convenio, puede incidir negativamente en los rendimientos de la explotación”, se decía en la propuesta de acuerdo a modo de justificación. Fue aprobada con los votos de CC y PP. La representación del PSOE se abstuvo. La posición del Grupo fue expresada por el portavoz en aquella sesión, Antonio González Pérez. La síntesis de la misma está contenida en el acta. Dice:
· “Con respecto al retorno al Ayuntamiento de los trabajadores del Complejo Turístico Municipal “Costa de Martiánez”, era algo que ya estaba previsto. Si esa es la voluntad de los trabajadores, aceptan, sin ningún reparo el que retornen.
· “Están de acuerdo en que, como consecuencia de las obras de rehabilitación que se van a ejecutar, por fases, próximamente en el Complejo, es muy posible que se produzca una disminución en la recaudación dándose una situación parecida a la que ocurrió en el año 2002 por razones climatológicas.
· “Sobre el uso que se le quiere dar a El Polvorín (turístico-cultural), nada que objetar. Tan válida es la opción en la que había pensado el grupo de gobierno anterior como la que quiere desarrollar el actual.
· “Con respecto al Servicio de Parques y Jardines, están de acuerdo en que lo asuma el ayuntamiento, recordando que, en el mandato anterior, se previó una vía de colaboración a través de un plan para tratar de amortiguar los efectos negativos para la liquidez de la empresa por aquello que a aquel le correspondía.
· “Sobre las cafeterías de Martiánez, recuerdan que en el anterior pleno habían sometido a la consideración de la Corporación Municipal una iniciativa pidiendo se hiciera la ordenación de la franja marítimo-costera; proceso largo en el que, dijeron, había que encontrar, a medio plazo, una solución que no les fue aceptada. Hoy en una propuesta de la alcaldía se introduce como medida correctora a través de la privatización de las cafeterías y les preocupa que algo que es importante, que es vital, como la planificación urbanística, se venga a obviar a través de una concesión administrativa. Rechazan de plano esa vía indirecta. No están de acuerdo en que la ordenación venga a través de la realización de una concesión administrativa. Y no lo están porque respetan las competencias dadas en el actual organigrama municipal al Area de Urbanismo y Medio Ambiente.
· “Sobre este mismo asunto, a pesar de que les parezca legítimo el que por parte de las dos formaciones que conforman el gobierno municipal (CC y PP) se tengan diferentes criterios para afrontar la situación deficitaria de ingresos de las dos cafeterías, no están de acuerdo en que “se empiece a privatizar”. No comparten ese criterio. Eso, a su juicio, sería “abrir la puerta”. Recuerdan que en su día, en una sesión plenaria, todos los grupos expresaron su voluntad de no privatizar nada de lo gestionado por PAMARSA”.
Hasta que se consumó
Las portavoces de los grupos gobernantes, en el pleno citado, negaron intenciones de privatización pero el proceso había empezado su curso que cristalizó en el pleno ordinario de 19 de noviembre de 2005 con la aprobación de la “modificación de la forma de prestación de los servicios de restauración y servicios de temporada, así como del objeto social de la entidad mercantil “Parque Marítimo S.A. (Pamarsa)”. Los concejales de CC, PP y el no adscrito integrado en el grupo de gobierno votaron a favor. Antes, en el consejo de administración de la sociedad del 31 de octubre, habíamos emitido personalmente nuestro voto negativo.
Del acta de la sesión plenaria, extraemos el siguiente clarificador
“RESULTANDO: Que la difícil situación económica que atraviesa en la actualidad PAMARSA, ha motivado que se contrate con una consultora – CORPORACIÓN CINCO, S.L – la realización de un estudio de viabilidad de la empresa municipal (resoluciones de la Alcaldía de fechas 9 de diciembre de 2004 y 8 de agosto de 2005). Redactado el estudio, el mismo aconseja a esta Corporación la adopción de una serie de medidas urgentes para, por un lado, superar la actual situación de quiebra técnica y, por otro, hacer viable la empresa, zanjando definitivamente la dinámica de pérdidas acumuladas a la que le ha llevado la actual forma de gestión así como la naturaleza de los servicios gestionados por la misma, las cuales en caso de mantenerse, no harían sino empeorar tal situación.
En concreto, dentro del segundo grupo de medidas, el aludido informe de la consultora aconseja la modificación de la forma de gestión de los servicios de restauración y servicios de temporada de playas, encargando su explotación a profesionales del sector. Para ello, como trámite previo, se hace preciso que el Ayuntamiento modifique el objeto social de PAMARSA, adoptando el oportuno acuerdo plenario de modificación de los estatutos”.
El acuerdo significaba Transformar el modo de gestión directa –por sociedad mercantil de capital íntegramente municipal- para que los servicios que a continuación se detallan y que actualmente se prestan por PAMARSA, sean gestionados, a través de concesión administrativa.
Los servicios son los siguientes:
Bar Cafetería- Restaurante de la Plaza del Charco.
Zona de Restauración (restaurantes, Self-service, Bares, Cafeterías y Kioscos y Bar Restaurante El Charcón), vestuarios y Servicios de Temporadas en Playa Jardín.
Bar Cafetería El Taoro
Ello suponía “modificar el objeto social de la entidad mercantil Parque Marítimo S. A. excluyendo del mismo los servicios detallados en el punto primero así como el apartado primero del artículo 2º de los estatutos referido a la construcción, explotación económica, prestación de servicios y mantenimiento, en su caso, de las instalaciones del Parque Marítimo Municipal, de forma que el artículo 2º quedará redactado en los siguientes términos:
“Artículo 2.- OBJETO.
1.- La Sociedad tendrá por objeto la explotación económica, prestación de servicios y mantenimiento de las instalaciones siguientes:
Aparcamientos de la Plaza de Europa y dependencias anexas.
Aparcamientos de San Felipe – El Tejar“ (Bajos de la Iglesia Nuestra Sra. de Los Dolores)
Aparcamientos de la Estación de Guaguas
Aparcamientos del Centro Comercial San Felipe- El Tejar (Mercado municipal).
Otros aparcamientos que pueda encomendarle la Corporación Municipal.
Servicios de Temporada en layas del municipio”.
Razones de una oposición
En aquel pleno, en nombre del Grupo Municipal Socialista, expresamos algunas consideraciones que comenzaban en el reconocimiento a los promotores de la sociedad mercantil, una idea no sólo factible sino que se consolidaba en el tiempo.:
La aparición de Pamarsa, en efecto, es un hecho determinante en la economía municipal y en importantes sectores de la sociedad portuense en los años noventa. Fue una auténtica innovación: era la primera gran apuesta que se hacía para fortalecer el sector público local después de aquellas experiencias que significaron las fórmulas de trabajo de cooperativas asociadas, las cuales, por cierto, posibilitaron soluciones a problemas que afectaban a numerosas familias y a la propia institución.
Explicábamos la concepción y la finalidad de la empresa, modificada, dadas las heterogéneas dificultades concurrentes, para desplegar actividades turísticas y de gestión de plazas de aparcamientos. Ello permitió generar empleo, resolver muchas incertidumbres familiares y contribuir, razonablemente bien, a canalizar aspiraciones de conductores y propietarios de vehículos.
Y así fue avanzando hasta aquellos días en que sus responsables de entonces decidieron ponerla en manos privadas. Como miembro del consejo de administración en representación del grupo político al que pertenecíamos, voté en contra de tal decisión: por coherencia, por sentido de la responsabilidad, por seguir defendiendo lo público, por perseverar en la seguridad jurídica de la estabilidad laboral, por consecuencia ideológica, en definitiva.
La postura, como dijimos en el pleno seguía siendo la misma. Pero la voluntad del consejo y del gobierno local era que determinadas prestaciones de la empresa se hicieran desde el sector privado. Discrepábamos de la medida, evidentemente. Nos preguntábamos, en claro plannteamiento premonitorio, si alguien podía asegurar que la gestión privada propiciaría más calidad y mejores condiciones que las ofertadas desde el sector público. Y aludíamos a la inseguridad de los puestos de trabajo, muchos de los cuales desaparecieron a pocos meses de iniciarse la andadura.
Otro vaticinio de aquella intervención: Futuras actuaciones en materia de infraestructuras en el municipio inciden en los restos de “Pamarsa”. Precisamente ahora, en que hay unos avances en la cristalización de tan importantes y anhelados proyectos, la criatura concebida para su desarrollo entra en fase de descomposición. Una lástima: de haber tenido fe –en la empresa, en sus recursos, en sus potencialidades– y de haber acreditado otra capacidad de gestión, podían haber enderezado el rumbo.
Empleábamos ya el término 'fracaso', tal como puede leerse en el enlace: cuando se opta por desembarazarse del problema y pasarlo a manos privadas –que otros resuelvan–, cabe hablar de fracaso. No vale decir que era el único remedio, el clavo ardiente, el único recurso al alcance. Había que demostrar que lo que se decía en otros tiempos, que la crítica acerba de entonces, debía contrastarse ahora con medidas ajustadas y consecuentes. Lo dicho: un fiasco.
A esta discrepancia, leal y sin insultos, y a aquella negativa de entonces unimos la alternativa: la creación de una empresa mixta que permita salvaguardar activos patrimoniales, proporcionar estabilidad a los trabajadores, cualificar la profesionalización y acometer actuaciones futuras con indudable interés general.
Las siguientes son las últimas frases de aquella intervención plenaria:
“Reconvertir “Pamarsa” en una empresa mixta es un objetivo al alcance. Aún se está a tiempo, independientemente de los apremios: si se ha obrado casi en tiempo récord para materializar las decisiones, se puede emplear la misma diligencia y sin excesivos gastos añadidos. Sólo se requiere humildad y voluntad política.”
El tiempo ha venido a darnos la razón. La cosa no ha funcionado bien; demasiados tumbos, muchas alteraciones, recelos crecientes, insatisfacción permanente, calidad de las prestaciones cuestionada, dotaciones y servicios infraexplotados... Y en estos días, los mismos -el mismo alcalde, los mismos grupos políticos- que entonces denostaban a la empresa, los que creían a pies juntillas en la privatización y presumían de haber resuelto un problema al Ayuntamiento “pues éste pasará de pagar e inyectar dinero a ingresar, que buena falta le hace”, los mismos que se la quitaban de encima y la condenaban, sumiéndola en una angustiosa incertidumbre, quieren resucitarla, no importa los costos que quizá nunca se conocerán con exactitud.
¡Qué paradoja, qué insólita paradoja!
Salvador García Llanos
P.S.- Pinchando en el siguiente vínculo (Ctrl+clic), para ampliar información, se puede acceder a un extracto del acta del pleno del 19 de noviembre de 2005.
https://sites.google.com/site/seriepamarsa/p/ARTÍCULOPAMARSA.doc?attredirects=0&d=1
En medio de la crisis a la que recurrir para justificarse, varias causas de distinta naturaleza, como la mala gestión, la carencia de seguimiento, una dejación de funciones para hacer cumplir los contratos respectivos y una respuesta inapropiada por parte de los adjudicatarios han determinado un fiasco descomunal como fórmula escogida para resolver el problema que el servicio y la sociedad representaban y al que, sin duda, había que hacer frente. Esas son las razones visibles: cabe deducir que hay otras que no han trascendido, desde la falta de entendimiento y buena relación entre las partes a los vicios ocultos, exigencias e imposiciones de diverso tipo que los adjudicatarios alegarán en su defensa.
El fiasco, cuyo costo total al pueblo portuense (político, social y económico) aún está por calcular, se plasma en una de las paradojas más insólitas que se recuerdan en la vida política del pueblo y, si nos apuran, del país: los mismos que denostaron y desmantelaron Pamarsa (el mismo alcalde, los mismos grupos políticos, CC y PP) son quienes ahora, en una cabriola inextricable, quieren devolver o traspasar a la empresa pública las prestaciones que, en su día, formaron parte de la concesión.
El intringulis jurídico es de aúpa pues a la declaración de desierto resultante del concurso público convocado, aún con un contrato pendiente de resolución, hay que unir la liquidación de deudas pendientes, la conminación de los órganos municipales para que el adjudicatario devuelva las instalaciones el próximo lunes y la incertidumbre que entraña la restitución de la posesión. Es previsible que durante este fin de semana se intensifique el trabajo de funcionarios y asesores para saber cuáles son los escenarios que se registren en esa fecha. Y cómo hay que actuar entonces.
Todo empezó así
Es interesante volver a los orígenes de este dislate. En el ejercicio de oposición corporativa y como miembro del consejo de administración de la sociedad en el mandato citado, nos opusimos a la privatización y aportamos una alternativa que el gobierno local de entonces, obsesionado por aligerar cargas sin reparar en las consecuencias que, a medio plazo (apenas seis años ha durado la concesión) y a la larga, se podrían generar, ni siquiera intentó considerar.
Todo empezó en el pleno del 20 de octubre de 2003, cuando se planteó la modificación del objeto social y los estatutos sociales de Pamarsa: “La difícil situación económica que atraviesa, en la actualidad, la empresa municipal hace necesario adoptar una serie de medidas de choque que ayuden a paliar la misma y que, en definitiva, contribuyan a seguir haciendo viable la empresa municipal con unos márgenes de beneficios lógicos para este tipo de sociedades. Dentro de tales medidas, es conveniente recuperar la explotación del Complejo Turístico Municipal “Costa Martiánez” para que sea este Ayuntamiento el que gestione, por sí mismo y también directamente, dicha instalación, excluida la Isla Central del Lago y demás instalaciones y locales que, por convenio de fecha 31 de julio de 2003, se han cedido al Casino Taoro, así como los servicios de restaurante, self-service, bares y kioscos que explota, mediante concesión administrativa, la Cooperativa “Costa Martiánez” (COSMAR). Por lo demás, el próximo inicio de las obras de reforma del Complejo, que habrán de realizarse en ejecución del citado Convenio, puede incidir negativamente en los rendimientos de la explotación”, se decía en la propuesta de acuerdo a modo de justificación. Fue aprobada con los votos de CC y PP. La representación del PSOE se abstuvo. La posición del Grupo fue expresada por el portavoz en aquella sesión, Antonio González Pérez. La síntesis de la misma está contenida en el acta. Dice:
· “Con respecto al retorno al Ayuntamiento de los trabajadores del Complejo Turístico Municipal “Costa de Martiánez”, era algo que ya estaba previsto. Si esa es la voluntad de los trabajadores, aceptan, sin ningún reparo el que retornen.
· “Están de acuerdo en que, como consecuencia de las obras de rehabilitación que se van a ejecutar, por fases, próximamente en el Complejo, es muy posible que se produzca una disminución en la recaudación dándose una situación parecida a la que ocurrió en el año 2002 por razones climatológicas.
· “Sobre el uso que se le quiere dar a El Polvorín (turístico-cultural), nada que objetar. Tan válida es la opción en la que había pensado el grupo de gobierno anterior como la que quiere desarrollar el actual.
· “Con respecto al Servicio de Parques y Jardines, están de acuerdo en que lo asuma el ayuntamiento, recordando que, en el mandato anterior, se previó una vía de colaboración a través de un plan para tratar de amortiguar los efectos negativos para la liquidez de la empresa por aquello que a aquel le correspondía.
· “Sobre las cafeterías de Martiánez, recuerdan que en el anterior pleno habían sometido a la consideración de la Corporación Municipal una iniciativa pidiendo se hiciera la ordenación de la franja marítimo-costera; proceso largo en el que, dijeron, había que encontrar, a medio plazo, una solución que no les fue aceptada. Hoy en una propuesta de la alcaldía se introduce como medida correctora a través de la privatización de las cafeterías y les preocupa que algo que es importante, que es vital, como la planificación urbanística, se venga a obviar a través de una concesión administrativa. Rechazan de plano esa vía indirecta. No están de acuerdo en que la ordenación venga a través de la realización de una concesión administrativa. Y no lo están porque respetan las competencias dadas en el actual organigrama municipal al Area de Urbanismo y Medio Ambiente.
· “Sobre este mismo asunto, a pesar de que les parezca legítimo el que por parte de las dos formaciones que conforman el gobierno municipal (CC y PP) se tengan diferentes criterios para afrontar la situación deficitaria de ingresos de las dos cafeterías, no están de acuerdo en que “se empiece a privatizar”. No comparten ese criterio. Eso, a su juicio, sería “abrir la puerta”. Recuerdan que en su día, en una sesión plenaria, todos los grupos expresaron su voluntad de no privatizar nada de lo gestionado por PAMARSA”.
Hasta que se consumó
Las portavoces de los grupos gobernantes, en el pleno citado, negaron intenciones de privatización pero el proceso había empezado su curso que cristalizó en el pleno ordinario de 19 de noviembre de 2005 con la aprobación de la “modificación de la forma de prestación de los servicios de restauración y servicios de temporada, así como del objeto social de la entidad mercantil “Parque Marítimo S.A. (Pamarsa)”. Los concejales de CC, PP y el no adscrito integrado en el grupo de gobierno votaron a favor. Antes, en el consejo de administración de la sociedad del 31 de octubre, habíamos emitido personalmente nuestro voto negativo.
Del acta de la sesión plenaria, extraemos el siguiente clarificador
“RESULTANDO: Que la difícil situación económica que atraviesa en la actualidad PAMARSA, ha motivado que se contrate con una consultora – CORPORACIÓN CINCO, S.L – la realización de un estudio de viabilidad de la empresa municipal (resoluciones de la Alcaldía de fechas 9 de diciembre de 2004 y 8 de agosto de 2005). Redactado el estudio, el mismo aconseja a esta Corporación la adopción de una serie de medidas urgentes para, por un lado, superar la actual situación de quiebra técnica y, por otro, hacer viable la empresa, zanjando definitivamente la dinámica de pérdidas acumuladas a la que le ha llevado la actual forma de gestión así como la naturaleza de los servicios gestionados por la misma, las cuales en caso de mantenerse, no harían sino empeorar tal situación.
En concreto, dentro del segundo grupo de medidas, el aludido informe de la consultora aconseja la modificación de la forma de gestión de los servicios de restauración y servicios de temporada de playas, encargando su explotación a profesionales del sector. Para ello, como trámite previo, se hace preciso que el Ayuntamiento modifique el objeto social de PAMARSA, adoptando el oportuno acuerdo plenario de modificación de los estatutos”.
El acuerdo significaba Transformar el modo de gestión directa –por sociedad mercantil de capital íntegramente municipal- para que los servicios que a continuación se detallan y que actualmente se prestan por PAMARSA, sean gestionados, a través de concesión administrativa.
Los servicios son los siguientes:
Bar Cafetería- Restaurante de la Plaza del Charco.
Zona de Restauración (restaurantes, Self-service, Bares, Cafeterías y Kioscos y Bar Restaurante El Charcón), vestuarios y Servicios de Temporadas en Playa Jardín.
Bar Cafetería El Taoro
Ello suponía “modificar el objeto social de la entidad mercantil Parque Marítimo S. A. excluyendo del mismo los servicios detallados en el punto primero así como el apartado primero del artículo 2º de los estatutos referido a la construcción, explotación económica, prestación de servicios y mantenimiento, en su caso, de las instalaciones del Parque Marítimo Municipal, de forma que el artículo 2º quedará redactado en los siguientes términos:
“Artículo 2.- OBJETO.
1.- La Sociedad tendrá por objeto la explotación económica, prestación de servicios y mantenimiento de las instalaciones siguientes:
Aparcamientos de la Plaza de Europa y dependencias anexas.
Aparcamientos de San Felipe – El Tejar“ (Bajos de la Iglesia Nuestra Sra. de Los Dolores)
Aparcamientos de la Estación de Guaguas
Aparcamientos del Centro Comercial San Felipe- El Tejar (Mercado municipal).
Otros aparcamientos que pueda encomendarle la Corporación Municipal.
Servicios de Temporada en layas del municipio”.
Razones de una oposición
En aquel pleno, en nombre del Grupo Municipal Socialista, expresamos algunas consideraciones que comenzaban en el reconocimiento a los promotores de la sociedad mercantil, una idea no sólo factible sino que se consolidaba en el tiempo.:
La aparición de Pamarsa, en efecto, es un hecho determinante en la economía municipal y en importantes sectores de la sociedad portuense en los años noventa. Fue una auténtica innovación: era la primera gran apuesta que se hacía para fortalecer el sector público local después de aquellas experiencias que significaron las fórmulas de trabajo de cooperativas asociadas, las cuales, por cierto, posibilitaron soluciones a problemas que afectaban a numerosas familias y a la propia institución.
Explicábamos la concepción y la finalidad de la empresa, modificada, dadas las heterogéneas dificultades concurrentes, para desplegar actividades turísticas y de gestión de plazas de aparcamientos. Ello permitió generar empleo, resolver muchas incertidumbres familiares y contribuir, razonablemente bien, a canalizar aspiraciones de conductores y propietarios de vehículos.
Y así fue avanzando hasta aquellos días en que sus responsables de entonces decidieron ponerla en manos privadas. Como miembro del consejo de administración en representación del grupo político al que pertenecíamos, voté en contra de tal decisión: por coherencia, por sentido de la responsabilidad, por seguir defendiendo lo público, por perseverar en la seguridad jurídica de la estabilidad laboral, por consecuencia ideológica, en definitiva.
La postura, como dijimos en el pleno seguía siendo la misma. Pero la voluntad del consejo y del gobierno local era que determinadas prestaciones de la empresa se hicieran desde el sector privado. Discrepábamos de la medida, evidentemente. Nos preguntábamos, en claro plannteamiento premonitorio, si alguien podía asegurar que la gestión privada propiciaría más calidad y mejores condiciones que las ofertadas desde el sector público. Y aludíamos a la inseguridad de los puestos de trabajo, muchos de los cuales desaparecieron a pocos meses de iniciarse la andadura.
Otro vaticinio de aquella intervención: Futuras actuaciones en materia de infraestructuras en el municipio inciden en los restos de “Pamarsa”. Precisamente ahora, en que hay unos avances en la cristalización de tan importantes y anhelados proyectos, la criatura concebida para su desarrollo entra en fase de descomposición. Una lástima: de haber tenido fe –en la empresa, en sus recursos, en sus potencialidades– y de haber acreditado otra capacidad de gestión, podían haber enderezado el rumbo.
Empleábamos ya el término 'fracaso', tal como puede leerse en el enlace: cuando se opta por desembarazarse del problema y pasarlo a manos privadas –que otros resuelvan–, cabe hablar de fracaso. No vale decir que era el único remedio, el clavo ardiente, el único recurso al alcance. Había que demostrar que lo que se decía en otros tiempos, que la crítica acerba de entonces, debía contrastarse ahora con medidas ajustadas y consecuentes. Lo dicho: un fiasco.
A esta discrepancia, leal y sin insultos, y a aquella negativa de entonces unimos la alternativa: la creación de una empresa mixta que permita salvaguardar activos patrimoniales, proporcionar estabilidad a los trabajadores, cualificar la profesionalización y acometer actuaciones futuras con indudable interés general.
Las siguientes son las últimas frases de aquella intervención plenaria:
“Reconvertir “Pamarsa” en una empresa mixta es un objetivo al alcance. Aún se está a tiempo, independientemente de los apremios: si se ha obrado casi en tiempo récord para materializar las decisiones, se puede emplear la misma diligencia y sin excesivos gastos añadidos. Sólo se requiere humildad y voluntad política.”
El tiempo ha venido a darnos la razón. La cosa no ha funcionado bien; demasiados tumbos, muchas alteraciones, recelos crecientes, insatisfacción permanente, calidad de las prestaciones cuestionada, dotaciones y servicios infraexplotados... Y en estos días, los mismos -el mismo alcalde, los mismos grupos políticos- que entonces denostaban a la empresa, los que creían a pies juntillas en la privatización y presumían de haber resuelto un problema al Ayuntamiento “pues éste pasará de pagar e inyectar dinero a ingresar, que buena falta le hace”, los mismos que se la quitaban de encima y la condenaban, sumiéndola en una angustiosa incertidumbre, quieren resucitarla, no importa los costos que quizá nunca se conocerán con exactitud.
¡Qué paradoja, qué insólita paradoja!
Salvador García Llanos
P.S.- Pinchando en el siguiente vínculo (Ctrl+clic), para ampliar información, se puede acceder a un extracto del acta del pleno del 19 de noviembre de 2005.
https://sites.google.com/site/seriepamarsa/p/ARTÍCULOPAMARSA.doc?attredirects=0&d=1
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