sábado, 28 de enero de 2012

MUJERES MUNICIPALISTAS

La recordamos dando instrucciones a los trabajadores, en el perímetro interior de la plaza del Charco, donde se sentaban las parejas a enamorar. La política, entonces, no interesaba mucho pero era llamativo que una mujer desplegara tareas de concejal. Por eso, en los primeros años de la década de los setenta del pasado siglo, cuando supimos que Conchita, Concepción Rodríguez García, era responsable municipal del área de parques y jardines, empezamos a tratarla con mucho respeto y consideración, factores acentuados progresivamente, a medida que trazábamos el recorrido profesional y coincidíamos a menudo en convocatorias institucionales, especialmente aquellas galas en el parque San Francisco que nos tocó presentar y dirigir durante un largo período de tiempo.
Luis Febles, en Diario de Avisos, rescata su figura, los “recuerdos de una mujer comprometida”, en realidad la primera concejala en la historia del Puerto de la Cruz (1973-79). El compromiso lo extendió, durante muchos años después, a su quehacer social en la Asociación de Amas de Casa y a su fe religiosa en la Hermandad de la Virgen del Carmen. Por si fuera poco, también ejerció como Juez de Paz -ni concejala ni jueza se empleaban entonces; hoy se las cita como edilas-, antes de que la Ley de Planta y Demarcación, ya en tiempos democráticos, propiciara la dotación de juzgados de instrucción en el término municipal.
Es entrañable la licencia nostálgica de Conchita Rodríguez en las páginas del decano. Rememora a personas, recuerda hechos que, sin duda, incidieron en el desarrollo de una ciudad que afirmaba, año tras año, su indeclinable vocación turística. Estaba esa nota pendiente, Luis, sí señor.
En unos momentos singulares de la política, como fueron los correspondientes a los últimos años del régimen preconstitucional y los de la Transición, Rodríguez estuvo a la altura. Ella fue pionera en labores edilicias. Abrió el camino a las mujeres que, ya en la democracia, se incorporaron al Ayuntamiento en representación de distintas formaciones políticas, con diferentes responsabilidades y con otras funciones que, de alguna manera, iban marcando el paso de las aspiraciones de igualdad que en buena medida se han ido materializando en el transcurso de los nueve mandatos municipalistas.
Conchita Rodríguez, en una época en la que no se hacían o importaban muy poco las estadísticas, fue la primera. Hoy, por fortuna, las cosas han variado muchísimo hasta el punto de que puede afirmarse que los ayuntamientos ya no son solo cosa “de ellos”. En efecto, casi el 41 por ciento de los representantes consistoriales canarios corresponde a mujeres, según datos procesados por el instituto Canario de Estadística (Istac) tras los comicios municipales del pasado año.
El incremento, por cierto, ha sido notable: en 1995, quinto mandato, había un 18,30 por ciento de mujeres entre los ediles. En 2007 ya se había elevado al 38,27 por ciento. Pero no sólo han aumentado las concejalas. También hemos pasado del 2,5 por ciento de alcaldesas canarias en 1995, al 19,32 por ciento en el año 2011. Puerto de la Cruz, por cierto, también tuvo su primera regidora: en 2007 fue elegida Dolores Padrón Rodríguez.
La pionera y sus continuadoras, en el Puerto y en las ciudades y los pueblos de las islas, han acreditado su vocación y su compromiso político. Desde las últimas décadas del pasado siglo a los primeros años del presente se han incorporado a la vida pública con ánimo emprendedor y con ganas de aportar el sello que tanta falta hace.
Prosiguen en su afán de conquista. Dicen que la igualdad aún queda lejos.

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