sábado, 14 de octubre de 2023

Juicio oral para una operación

 

Ya se verá cómo discurre el juicio y hasta donde alcanzan las responsabilidades de los encausados pero pinta feo o pinta mal el último paso de la denominada ‘Operación Kitchen’, consistente en la apertura de juicio oral para esclarecer lo ocurrido con una trama ejecutada presuntamente por la cúpula policial del Partido Popular (PP) para controlar los secretos del ex tesorero más famoso del partido, Luis Bárcenas, objetivo principal de la trama.

El magistrado de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, en efecto, ha dictado un auto en el que envía al banquillo al exministro del Interior del PP Jorge Fernández Díaz, y el que fuera su mano derecha, el exsecretario de Estado de Seguridad,  Francisco Martínez. Durante la fase previa se archivó el procedimiento tanto para la ex secretaria general del PP María Dolores de Cospedal como para su marido, Ignacio López del Hierro. 

El escrito refleja los diversos delitos que han atribuido las acusaciones, como descubrimiento y revelación de secretos, prevaricación, omisión del deber de perseguir los delitos, cohecho, tráfico de influencias, malversación, encubrimiento, contra la intimidad y obstrucción a la Justicia. La Fiscalía Anticorrupción solicita quince años de prisión para Díaz y su segundo y considera que la operación irregular se tuteló desde el Ministerio del Interior, encabezado por el exministro y su secretario de Estado de Seguridad junto al ex director adjunto operativo (DAO), Eugenio Pino. "Se ideó una ilícita operación policial de inteligencia dirigida a obtener tanto información como pruebas materiales que pudieran resultar incriminatorias para el Partido Popular y sus máximos dirigentes en el procedimiento que se seguía en el Juzgado Central de Instrucción Número 5 de la Audiencia Nacional, conocido como caso Gürtel", dice.

La información reproducida es indicativa de la gravedad de los hechos. Este fuego con el que gustaba jugar al PP, este movimiento en las cloacas, cuando se termina yendo de las manos, cuando no se controla –a veces por una simple filtración o por un chivatazo- se complica hasta no se sabe dónde. Bueno, en este caso, hasta involucrar ni más ni menos que al mismísimo ministro y a sus colaboradores más cercanos.

Naturalmente, es un procedimiento sujeto a muchas presiones e influencias. Todos pondrán en práctica el célebre ‘yo no fui’ o ‘yo me limité a transmitir órdenes de la superioridad’, todos quitándose de en medio. pero lo cierto es que hay un partido político involucrado y las evidencias de que el mismísimo aparato interno del Estado son numerosas. Pero falta el juicio, claro. Carta difícil para el PP, aunque muchos encausados ya están fuera de la circulación política y cotidiana. Pero queda huella y en democracia, dada su naturaleza, alguna es difícil de borrar.

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