Ultimo día en el destino, gabinete de la alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria. Punto final a tres años de intensa actividad, de aprendizaje, de tareas municipalistas realizadas desde la óptica de la gran ciudad. Culminación de otra etapa en la vida pública, interesantísima, pese a la inesperada suerte final. Limpieza, embalaje, despedidas, una nueva mudanza que agregar a las ya experimentadas en otros lugares, en otros destinos.
Palabras de gratitud y reconocimiento. Obligadas. Por el respeto dispensado, por los afectos desplegados. Por la predisposición y por la paciencia. Con nosotros se queda ese montón de cualidades que concejales, funcionarios, colaboradores, personal de otros departamentos y compañeros atesoraron para hacer más provechoso el trabajo y más llevadero el trajín cotidiano, ese que no conoce límites de horarios ni dedicación.
Y con nosotros también la relación con directores de medios de comunicación, con redactores y locutores, con cámaras y fotógrafos.
Los plenos, los actos de entrega de honores y distinciones, la inauguración de la sede consistorial de Santa Ana, el consejo de ministros celebrado en la capital grancanaria, las comparecencias informativas, el desgarro tras el accidente de Barajas, las negociaciones, el Carnaval desde dentro, las visitas de autoridades, las relaciones interinstitucionales, los informes de última hora, la primera criba en Madrid para ser Capital Europea de la Cultura 2016…
Son unas cuantas cosas, ciertamente.
Sin lágrimas, sin resquemores... Siempre nos quedará Las Palmas.
Palabras de gratitud y reconocimiento. Obligadas. Por el respeto dispensado, por los afectos desplegados. Por la predisposición y por la paciencia. Con nosotros se queda ese montón de cualidades que concejales, funcionarios, colaboradores, personal de otros departamentos y compañeros atesoraron para hacer más provechoso el trabajo y más llevadero el trajín cotidiano, ese que no conoce límites de horarios ni dedicación.
Y con nosotros también la relación con directores de medios de comunicación, con redactores y locutores, con cámaras y fotógrafos.
Los plenos, los actos de entrega de honores y distinciones, la inauguración de la sede consistorial de Santa Ana, el consejo de ministros celebrado en la capital grancanaria, las comparecencias informativas, el desgarro tras el accidente de Barajas, las negociaciones, el Carnaval desde dentro, las visitas de autoridades, las relaciones interinstitucionales, los informes de última hora, la primera criba en Madrid para ser Capital Europea de la Cultura 2016…
Son unas cuantas cosas, ciertamente.
Sin lágrimas, sin resquemores... Siempre nos quedará Las Palmas.
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