César, César Sar o cesarsar.com se presentó en CajaCanarias con todo lo que puede esperarse de un emprendedor, de alguien que considera acabada una etapa de su vida profesional y se lanza a la aventura de ir por su cuenta. Con ideas propias, con un proyecto propio labrado al calor de su misma experiencia profesional pero también al de sus gustos y preferencias.
César Sar anduvo en Teidevisión Canal 6 hasta hace muuy poco. Ha sido el rostro de ese medio, curtido en cientos de entrevistas, en decenas de programas (uno de ellos, La luna, de considerable audiencia) y en múltiples apariciones. Por no hablar del otro trabajo, el que no se ve en la pantalla, que también es importante y sustantivo.
Unos cuantos años aprovechando el tiempo, asistiendo al nacimiento de la Televisión Digital Terrestre (TDT) y asimilando las nuevas tecnologías en cuyo personal se ha embarcado para dar forma a ese proyecto de autónomo, a esa producción basada en todo lo que le gusta hacer.
Eso fue lo que reveló en la presentación ante sus amigos y allegados. A veces, con aires de "showman", aunque sin esa intención; en todo momento con originalidad y desenfado, que son dos cualidades esenciales en un emprendedor que se lanza a recorrer caminos, en este caso, los del mundo, que puede sonar pretencioso pero que es su iniciativa.
Le gusta comer, comer bien; y viajar, conocer otras culturas, otras costumbres, otros modos de vida. Va a combinar esas dos apetencias con el trabajo, que también le atrae, para sentirse bien y divertirse. Más que combinar, entonces, va a ensamblar: press, travel, cook, los tres pilares sobre los que descansa la marca, el producto resultante de una vuelta al mundo, perfectamente planificada, trazada, ajustada a los contrastes de lo que un profesional ambicionaría para su propia realización.
Seguro, desenvuelto, ágil, espontáneo...
Este César que se nos va, como Phileas Fogg o como tantos otros que ya iniciaron aventuras similares, va a emprender, en un momento clave de su vida, el viaje a la emprendeduría con el bagaje de su experiencia y de sus aficiones. ¿Un bon vivant? No, un periodista que se lanza, que no se conforma, que quiere probar y quiere incursionar pese a las incertidumbres que despierta el paso dado.
La presentación de su idea fue un alarde de originalidad, una performance en consonancia con el alcance o la dimensión de aquélla. Rompiendo esquemas y convencionalismos, abriendo surcos y estimulando a quienes quieren emprender o no se resignan a que otros resuelvan por uno.
Necesitará suerte.
La va a tener.
César Sar anduvo en Teidevisión Canal 6 hasta hace muuy poco. Ha sido el rostro de ese medio, curtido en cientos de entrevistas, en decenas de programas (uno de ellos, La luna, de considerable audiencia) y en múltiples apariciones. Por no hablar del otro trabajo, el que no se ve en la pantalla, que también es importante y sustantivo.
Unos cuantos años aprovechando el tiempo, asistiendo al nacimiento de la Televisión Digital Terrestre (TDT) y asimilando las nuevas tecnologías en cuyo personal se ha embarcado para dar forma a ese proyecto de autónomo, a esa producción basada en todo lo que le gusta hacer.
Eso fue lo que reveló en la presentación ante sus amigos y allegados. A veces, con aires de "showman", aunque sin esa intención; en todo momento con originalidad y desenfado, que son dos cualidades esenciales en un emprendedor que se lanza a recorrer caminos, en este caso, los del mundo, que puede sonar pretencioso pero que es su iniciativa.
Le gusta comer, comer bien; y viajar, conocer otras culturas, otras costumbres, otros modos de vida. Va a combinar esas dos apetencias con el trabajo, que también le atrae, para sentirse bien y divertirse. Más que combinar, entonces, va a ensamblar: press, travel, cook, los tres pilares sobre los que descansa la marca, el producto resultante de una vuelta al mundo, perfectamente planificada, trazada, ajustada a los contrastes de lo que un profesional ambicionaría para su propia realización.
Seguro, desenvuelto, ágil, espontáneo...
Este César que se nos va, como Phileas Fogg o como tantos otros que ya iniciaron aventuras similares, va a emprender, en un momento clave de su vida, el viaje a la emprendeduría con el bagaje de su experiencia y de sus aficiones. ¿Un bon vivant? No, un periodista que se lanza, que no se conforma, que quiere probar y quiere incursionar pese a las incertidumbres que despierta el paso dado.
La presentación de su idea fue un alarde de originalidad, una performance en consonancia con el alcance o la dimensión de aquélla. Rompiendo esquemas y convencionalismos, abriendo surcos y estimulando a quienes quieren emprender o no se resignan a que otros resuelvan por uno.
Necesitará suerte.
La va a tener.
2 comentarios:
Me hubiese encantado estar. Todas las buenas ideas de gente brillante y de bien, hacen bien al resto.
Yo que si estuve en la Presentación del Proyecto, y solamente quiero decirte Salvador que has plasmado fielmente la esencia del mismo y la personalidad de César. ahora nos queda esperar la llegada de sus vídeos ¿ semanales, quincenales?, y ver el resultado final dentro de doce o trece meses.
César, te deseo mucha suerte. Salvador, gracias por tu excelente reseña del acto
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