Si lo dicho hubierra ocurrido en primavera, recurriríamos al lugar común de la sangre alterada estacionalmente para justificarlo. Como ha sido en agosto, en el breve plazo de dos o tres semanas, pues habrá que pensar en los efectos de los calores caniculares.
No es para sorprenderse mucho tampoco pues a estos vaivenes se ha costumbrado el personal con absoluta naturalidad o con actitud verdaderamente indolente, pasota en lenguaje coloquial.
Pero bueno, en plenas convulsiones veraniegas, en ese sinvivir de las oscilaciones bursátiles y de los gobiernos económicos que vienen, en esas reacciones furibundas y en esas violencias desatadas, llama la atención en las islas que un dirigente político, Ignacio González, presidente del Centro Canario Nacionalista (CCN), haya pasado de solicitar que la organización política con la que está asociada su partido concurra en las próximas elecciones legislativas aliada con el Partido Popular (PP), a manifestar públicamente, en el único periódico que aboga, querencias independentistas.
Y claro, cuesta entenderlo. No es un salto del cero al infinito pero sí es, cuando menos, contradictorio. ¿En qué quedamos? ¿Integrados o aliados con un partido estatal de corte netamente conservador y que viaja al centro cada vez que desempolvan las urnas; o alineados con la "iluminada" opción soberanista? Es fácil advertir algún contrasentido pero bueno, eso, en Canarias, entre la desmemoria y el desapego, entre la indiferencia y el desconcierto, se impone sin que tiemblen las crujías.
Tras un par de sorbos para mitigar los calores añadidos, la conclusión es que, aún respetando todas las posturas y todas las ideas, estas del presidente del CCN revelan que, búsqueda de identidades aparte, seguimos lejos, bastante lejos de la coherencia elemental.
No hay comentarios:
Publicar un comentario