miércoles, 3 de agosto de 2011

ZOZOBRA

Horas, días de zozobra. Ni el gigante estadounidense ha escapado. En plena canícula, Europa se tambalea. Prima de riesgo, techo de endeudamiento, agencias de calificación, mercados, especuladores, rescate... Los nuevos conceptos, el lenguaje de la crisis. Se acentúa la incertidumbre y ya es cuestión de ir pensando que cualquier cosa puede ocurrir.

Si a todos los problemas se añade esa suerte de anhelo macabro que en nuestro país acreditan algunos medios y algunos portavoces políticos, ese extraño deseo de que las cosas empeoren y que se consume una situación de esas que ya han vivido otros países, crece la zozobra.

La batalla se libra en varios frentes: la voracidad insaciable de quienes aún quieren exprimir más se convierte en un arma determinante. Y los gobiernos, los teóricamente todopoderosos gobiernos se tambalean. Declaraciones, análisis, expectativas, cotizaciones, índices... Muy pocas noticias positivas. Todo puede suceder. El euro, en peligro. La Unión Europea se tambalea. Los líderes apenas saben qué decir, qué hacer. Hay mucho en juego.

Si se habla, con pleno fundamento, de un martes negro, este miércoles y los días venideros también pintan con color hormiga.

El caso es que, con el agua al cuello, no hay muchos más recursos para seguir respirando. La gran depresión.

Persiste la zozobra.

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