miércoles, 5 de octubre de 2011

CÁNTICOS INASUMIBLES

Unos insensatos -aunque fueran pocos, se dejaron notar- hicieron unos cánticos vamos a decir de mofa en el encuentro Atlético Madrid-Sevilla. Aludieron a Puerta, el malogrado futbolista sevillano que cayó fulminado en el Sánchez Pizjoán y no pudieron reanimarle. Estábamos acostumbrados a coros o expresiones racistas -condenables desde todos los puntos de vista- pero no a este tipo de chirigotas, absolutamente inapropiado e inaceptable.


Los que "protagonizaron" tienen que estar arrepentidos y habrán comprobado la reacción del personal, la del club madrileño incluido, aunque su presidente dijera que no lo percibió. La reacción de la repulsión, del rechazo: un respeto a la memoria, oigan. Y a las mismas circunstancias que concurrieron en el fallecimiento del joven profesional sevillista.


Hay que manifestar pues la reprobación a esos que se empeñan en desnaturalizar el espectáculo desde las gradas. Si quieren cantar, pues tienen variables a granel. Máxime una afición tan leal y tan participativa como la del Atlético de Madrid que, aunque vaya mal clasificado y sume más de arena que de cal, siempre tendrá incondicionales que lo considerarán glorioso. Precisamente, las virtudes de esa afición no pueden ser empañadas por el irresponsable comportamiento de unos pocos. El resto, los sensatos y los respetuosos, deberían haber sido los primeros en acallarles, primera fórmula de los posibles antídotos.


Después están las que aporte el club, con una condena expresa del hecho y con una invitación clara, cordial pero contundente, a que no se repitan.


Los árbitros deberán estar atentos también y hasta advertir al delegado de campo para que por megafonía cesen los cánticos... (es difícil encontrar calificativos).


Y por último, el comité de competición, que sí penaliza a los clubes por el comportamiento de sus hinchas, debería incluir entre los factores punitivos los "productos" de estas corales que se recrean en la desgracia ajena de forma burlesca.


La tristeza del episodio, desde luego, invita a que no quede impune.


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