¿Pero quién iba a decir que Agatha Christie alargaría su leyenda en el Puerto de la Cruz? Al cabo de ocho ediciones del festival que lleva su nombre, está plenamente consolidado y, lo que es mejor, ha ido impregnado un espíritu muy aprovechable, sobre todo en aquellos ambientes o círculos donde mejor se puede hablar de la escritora y su obra, independientemente de la proyección turística, que para eso está el Centro de Iniciativas y Turismo (CIT) de la localidad y debe afrontar en primera persona (entidad, mejor) esa faceta, además de la colaboración puntual prestada por el Consorcio de Rehabilitación Turística, Turismo de Tenerife, el Instituto Canario de Desarrollo Cultural y Gobierno de Canarias.
La prueba más reciente es esa intervención en la edición finalizada el pasado domingo del alumnado de la Escuela de Arte y Superior de Diseño ‘Fernando Estévez’ que se inspiró en el desempeño de la “dama del crimen” para hacer una adaptación artística en el mo biliario urbano del paseo de San Amaro, en la urbanización La Paz, que ya acoge otras actuaciones que se han venido desarrollando a lo largo de las últimas convocatorias.
Lo hemos repetido hasta la saciedad: se trata de que la población haga suyo el festival y se identifique con él. Algunas iniciativas anteriores, de distinta índole, fracasaron o se vieron interrumpidas precisamente por eso, por creer la ciudadanía que esto no iba con ella, que era cosa de otros, de chicos o de personas que cultivaban ciertas aficiones. Que se hable de Agatha Christie en centros educativos, que la información verbal se vaya transmitiendo para un más amplio conocimiento de su personalidad y de su producción bibliográfica, es muy positivo. La autora ya no será conocida solo por su breve estancia en el municipio, en el lujoso hotel Taoro de entonces, por su incomodidad para nadar en Martiánez, por sus paseos desde el parque hasta el atractivo litoral y por haber situado en una señorial mansión de La Paz un episodio de “El enigmático señor Quin”, un libro de cuentos relacionados entre sí, publicado en 1930, unos tres años después de su estancia en aquel Puerto que ya mostraba sus inclinaciones turísticas.
Tanto el alcalde Marco González, como la concejala de Turismo Carolina Rodríguez y el presidente del CIT, Juan José Hernández, han querido poner en valor el trabajo de los jóvenes, alumnos de la “Fernando Estévez”que, poco a poco, van dotando al encuentro de una identidad presente en este rincón de la ciudad, muy visitado por residentes y turistas, y que busca seguir profundizando en el binomio turismo y cultura que tan buenos réditos está dejando dentro de la recuperación de la actividad económica.
La presencia en el festival de escritores británicos como Andrew Wilson (autor de una ambientación en el Puerto de la Cruz e Icod de los Vinos) o Mark Aldridge, académico e historiador, ha fortalecido su cartel y sus atractivos. Como en ediciones anteriores, las rutas guiadas en inglés se desarrollaron con mucha expectación, dada la gran demanda que tienen entre los centros educativos y escuelas oficiales de idiomas. También se realizó una importante actividad de dinamización y participación de dichos centros para que se sumen a las actividades y desarrollen durante las fechas del festival, actividades dentro de sus programaciones docentes.
A escala nacional, por cierto, participó la escritora icodense afincada en Madrid, Yanet Acosta, con la que fue inaugurada esta edición mediante una novedosa cena novelada; además de Miguel Aguerralde, profesor de primaria y escritor de novelas y relatos del género negro. Para los más jóvenes estuvo presente Francisco de Paula Fernández González, que bajo el seudónimo de Blue Jeans, presentó su último libro “El Campamento”, inspirado en la novela de Agatha Christie, “Diez Negritos”.
En total, unas sesenta actividades. No está nada mal para brindar unos contenidos llamativos que sirvan a la ciudadanía portuense y tinerfeña para identificarse con esta convocatoria que hace aún más inmortal la figura de Agatha Christie.
Agatha, forever (por siempre).
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