En pleno
proceso de selección de candidatos, a los socialistas canarios les debe tener
preocupados la evolución de algunos acontecimientos reprobables en el ámbito de
la política que acentúan el desapego hacia la misma y merman la calidad de la
convivencia democrática. Aunque ya llueva menos, lo prioritario ahora es diseñar
una estrategia corajuda (sobre todo, de comunicación) que impulse la
recuperación de valores y de credibilidad. Porque los datos de seria y buena
gestión (estimados por amplios sectores de población) que han reafirmado la
estabilidad política en las islas se dan de bruces con la apreciación morbosa
hasta de los flecos (apariciones mediáticas tardías de protagonistas empeñados
en enredos y premeditadas o no confusiones a granel). Pero, bueno, hasta al
sensacionalismo barato hay que acostumbrarse.
Y eso que
la dirección federal del PSOE y el Grupo Parlamentario Socialista en las Cortes
comenzó bien su actuación, expulsando de la organización y exigiendo la
devolución del acta de diputado al majorero Fernando Fuentes Curbelo. Todo se
consumó en menos de veinticuatro horas. Ejemplar: lo que había que hacer,
sencillamente. Su ulterior repulsa a
comportamientos individuales carentes de ética que incurren en lo ilícito y
dañan los nobles afanes de quienes, queriendo contribuir a los avances
sociales, ven frustradas sus aspiraciones como consecuencia de conductas que se
alejan del debido desempeño político también es una cabal consecuencia en el
intrincado escenario donde, hasta ahora, hay doce
personas investigadas por la presunta trama de extorsiones a empresarios del
sector primario en las islas (ganaderos y productores de queso) a los que se
les habría exigido el pago de comisiones a cambio de que sus granjas no fueran
inspeccionadas o de facilitarles el acceso a los fondos de la Unión Europea.
Está claro
que, volviendo al espacio canario, procede rechazar –sin perjuicio de la
libertad de información-, el exhibicionismo ilimitado, en medios de
comunicación y redes sociales, de personas que, abusando del principio de la
presunción de inocencia, actúan de forma irresponsable hasta contaminar el
tejido social y poner en peligro su desarrollo. De ahí que tenga razón de ser
un llamamiento a la necesidad de acabar con un proceder muy pernicioso para el
ejercicio activo de la política del que nadie sale beneficiado.
La
pregunta es si la población ya no puede más o va a seguir manteniendo su
confianza en que, pese a todos estos hechos irregulares, ilícitos e indecorosos, va a seguir creyendo en el
adecuado comportamiento, inmensamente mayoritario, de los representantes del
pueblo, no dejándose impresionar por los
bulos, la desinformación o el sensacionalismo de algunos testimonios que
persiguen crear un clima enrarecido y encaminado a debilitar el ejercicio cabal de la política
y la credibilidad de las instituciones. La confianza, por cierto, hay que
extenderla en el sentido de que las investigaciones policiales y judiciales
discurran de forma ordinaria y sean respetadas para contribuir al
esclarecimiento de los hechos, independientemente de la aplicación de medidas
disciplinarias que proceda para erradicar cualquier conducta que transgreda
estatutos y códigos éticos, y no se ajuste a las exigencias con que,
históricamente, los socialistas canarios han venido conduciéndose. La
conclusión es fácil: caiga todo el peso de la ley sobre infractores o
delincuentes probados.
De la
misma forma, hay que poner en consideración el derecho a la defensa de aquellos cargos públicos y representantes
que se vean injustamente atacados para menoscabar su integridad, honestidad y dedicación,
al tiempo que desprestigiar a la organización y al papel que la Constitución
otorga en el funcionamiento del sistema democrático.
1 comentario:
Excelente apreciación sobre la conducta de algunos elementos que con su actitud indisciplinada desprestigian el devenir del Partido Socialista en su trayectoria insular en pos de una democracia soberana.
Vivo ahora mucho más de cerca el desarrollo de la política en las islas y estoy de acuerdo en que hay que corregir determinados comportamientos que comprometen al partido en su lucha por la transparencia política.
Saludos cordiales a todos los que se comprometen con este objetivo.
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