lunes, 7 de noviembre de 2011

ESOS PRECIOS...

Buenos registros, tranquilidad en el sector. Las cifras positivas se suceden, índices satisfactorios para la productividad económica. Dentro de nada, cierre de ejercicio: veamos si esas cuentas de explotación permiten hablar de una recuperación y que, incorporadas a los balances globales, confirman que el turismo se sigue comportando bien hasta el punto de resistir la contracción general y de augurar alentadoras perspectivas futuras.

Los datos favorables más recientes los ofrece el barómetro de rentabilidad y empleo de Exceltur, la asociación que, sin ánimo de lucro, integra un creciente número de grupos y empresas españolas de distintos subsectores. Señala que, entre junio y septiembre pasados, el turismo ha generado más de veinte mil nuevo empleos en los ciento cinco destinos españoles más relevantes que significan el 70% de la actividad turística del país. Los ingresos de hoteles en zonas del litoral aumentaron un 10%, debido, seguro, a la inestabilidad social y política en destinos competidores del Mediterráneo oriental, lo que confirma que seguimos contando con un elevado número de turistas prestados. El citado barómetro indica que el crecimiento en los índices de rentabilidad económica derivada del turismo (empleo e ingresos del turismo, identificados como Rev-PAR) reflejan una tendencia clara a favor de los destinos vacacionales antes que los urbanos. Adeje y Arona, por Tenerife; Yaiza y La Oliva en Lanzarote y Fuerteventura, salen muy bien parados en este estudio, con registros positivos de rentabilidad. No tanto Puerto de la Cruz que, pese a haber mejorado, presenta los ya conocidos problemas de madurez con necesidades de reconversión y reposicionamiento, acuciadas, según el mismo informe, por la obsolescencia de sus instalaciones y espacios turísticos, en los que, a pesar de haber experimentado mejoras en su Rev-PAR, los bajos niveles de ingresos alcanzados por debajo de los 45 euros de media por habitación disponible y una muy escasa rentabilidad no han sido suficientes para residenciar los efectos multiplicadores a otros sectores relacionados, con lo que solo se pueden apreciar ligeros aumentos en actividades de restauración, comercio y ocio.

Una de las conclusiones obtenidas en el barómetro de Exceltur abunda en el ya viejo dilema de los precios, es decir, la mejora de ingresos y de generación de empleo trae causa de una mayor afluencia de turistas y ocupación y no por una recuperación de los precios. Ahora que por la proximidad electoral tanto se habla de modernizar nuestra economía y de mejorar la competitividad de los principales sectores productivos, bueno sería tener en cuenta esta última apreciación, sobre todo si se quiere seguir abogando por la rehabilitación integral de destinos costeros maduros, sabiendo que ello pasa no solo por determinadas actuaciones urbanísticas o por cualificar las prestaciones de servicios sino por estimular la innovación contínua y la iniciativa empresarial, especialmente a la hora de concebir y desarrollar nuevos productos turísticos, aptos para competir por diferenciación y no sólo por precios, como hace años que venimos sosteniendo.
Sólo así será posible hablar con fundamento de planes de empleo específicos para el sector turístico, o lo que es igual, impulsar de verdad la creación de trabajo estable que, por profesionalidad, esté en consonancia con las exigencias del mercado laboral, las cuales, por si alguien no se ha enterado y sigue confiando en una política de precios que malbarate productos, van a seguir apremiando.

Las fases de bonanza como ésta y los barómetros como el comentado deberían sevir para reflexionar sobre estas cuestiones del presente y futuro inmediato.

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