Se ve bien al sector turístico. Los vientos soplan a favor a pesar de que las circunstancias de la guerra en Ucrania hacían temer lo contrario. Ahí lo tenemos, no solo resistiendo sino con capacidades hasta para abrir nuevos mercados.
La revista digital especializada, preferente.com, publicaba
ayer una información en la que se afirma que Canarias encara el periodo
otoño-invierno de manera inmejorable. Sectores empresariales de las islas
explican que el inicio de su temporada alta ha traído consigo una fuerte
demanda por parte de los turistas extranjeros. Esto podría dejar un fin de año
con unas cifras mejores que las del verano, e incluso por encima de las previas
a la pandemia. Hasta sobresale ese aspecto no tan colateral como es el alza de
la energía para pescar turistas en el mercado alemán.
De los buenos augurios se hace eco también el periódico Canarias
7 que, con opiniones de los primeros responsables de las patronales
sectoriales, estima el optimismo en la
segunda quincena de octubre y los meses de noviembre y diciembre. “Creemos que
podemos llegar a cifras de 2019. Por ahora va muy bien”, destacó el presidente
de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Las Palmas (Feht),
José María Mañaricúa.
Por su parte, el máximo directivo de Ashotel, Jorge Marichal,
también espera que las cifras del tercer trimestre sean “muy parecidas” a las
de hace tres años. “A pesar de la crisis, hay mucha gente decidida a seguir
viajando este invierno”, apuntó, celebrando que la marca Canarias “está
funcionando”.
De este modo, de acuerdo con la información de preferente.com, pretenden
continuar con la línea de crecimiento vista durante el período estival. Según
los últimos datos del ejecutivo regional, en julio, la isla recibió un 2,7 %
más de turistas internacionales que en 2019, mientras que en agosto fueron un
1,8 % más, y en septiembre un 0,3 %.
Con todo ello, Canarias podría ser la comunidad española que más crezca durante este año
gracias a la recuperación del turismo. Un informe elaborado por BBVA Research
revela que el PIB del archipiélago crecerá en torno a un 9,3 %, doblando la
media nacional, que será de un +4,4 %. No obstante, vaticina una ralentización
durante el 2023, que podría crecer sólo un 1,9 %.
Claro que se adivinan algunas
sombras, especialmente en el ámbito laboral. Por eso preocupan algunas
declaraciones, como las del presidente de CEOE, Antonio Garamendi. Según él, los salarios no se vincularan al IPC, ni ahora
ni nunca. O seáse, “ni ni”. Parece ser que afectaría a la competitividad.
La experiencia nos indica que competitividad vinculada a salarios nos convierte en un país casi tercermundista… Salarios bajos, productos de mediana calidad, ‘todo a 100’… A ver si acabamos exportando a China e incrementando allí las cifras del paro.
Lo normal es que los precios se vinculen a la inflación, de forma automática, sin esperar a que acabe el convenio firmado. Por qué no los salarios y que bajen después o no, entra en el terreno de lo esotérico. Hablaríamos de productividad y calidad de producto; pero, claro, eso exige inversión, modernización continua, formación de los empleados… También podría ser que todo eso afectara al margen de beneficios.
Por ahora, se trata de esquivar la recesión.
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