“Eres de plastilina”, “tienes sangre de horchata, “más flojo que el tabaco holandés”… frases coloquiales, del habla común, también en el intraperiodismo, aquel que se vivía en las redacciones donde se acumulaban situaciones insólitas, donde palidecen las vibraciones mientras Internet es omnipresente.
Aquellos que no se movían, los que no completaban sus
tareas, quienes carecían de garra para titular… eran esos principiantes o
profesionales noveles que habrían de curtirse entre llamadas de atención y
correcciones.
En cualquier caso, la salud mental de los periodistas era
un asunto que, hasta no hace mucho, apenas generaba debates y no inspiraba
demasiados artículos ni investigaciones exhaustivas.
Pero es cierto que el estrés se acumula, como que hay
exceso de tareas. La presión y la fatiga se han hecho evidentes pero había que
cuidar la viña y se tragaba con muchos de esos factores con tal de llegar a fin
de meses y no amontonar deudas. El agotamiento psicológico se hizo, más que
frecuente, habitual.
Es
verdad que a raíz del coronavirus la situación ha cambiado. Algunos periodistas
españoles, como Mar Cabra, vienen desde hace algún tiempo una interesantísima
labor con el fin de que sea más visible el problema de la salud mental en el
periodismo. En efecto, este asunto ya se trata en las agendas de los grandes
eventos y pareciera que hay más foros dispuestos a hacerlo.
Hace
unos días, dentro del ciclo de seminarios ‘Global Journalism’, del Reuters
Institute, John-Allan Namu, uno de los mejores periodistas de investigación de
África, y director ejecutivo de Africa Uncensored, una productora de periodismo
de investigación, ofrecía
cinco consejos extraídos de situaciones que él ha vivido y que le han
ayudado a proteger su salud mental como periodista. Vamos a
reproducirlos, pues se trata de un relato muy provechoso. Son los siguientes:
“1. Recuerda que tu trabajo importa. Una de las cosas que
ayudó a John-Allan a superar un momento difícil en el que se cuestionaba su
carrera fue reflexionar sobre el trabajo que estaba orgulloso de haber
realizado, especialmente en la investigación de ‘Pandora Papers’. En esos
momentos John-Allan recordaba que el trabajo era ya de dominio público y que
eso no tenía vuelta atrás. «La gente puede intentar enterrarlo o hacer todo
tipo de cosas, pero realmente ya no hay vuelta atrás», escribió.
“2. Encuentra tus pilares. “Encuentra tus
pilares, las personas que son tus pilares de los que puedes sacar provecho en esas
situaciones específicas en las que sientes que tu pozo está vacío”, aconsejó
John-Allan, explicando que, en situaciones difíciles, un pilar en su vida ha
sido su esposa.
“3. Cuidado con las historias peligrosas. “Especialmente cuando
se trata de historias peligrosas, lleva a cabo evaluaciones de riesgos,
averigua cuáles son los riesgos y la disposición del terreno antes de entrar.
Pero también, debes tener en mente que, si una historia es demasiado peligrosa,
simplemente aléjate y estarás bien. Descubriremos otras formas de poder contar
la historia”, dijo John-Allan, y luego agregó: “Es mejor perder la historia que
perder la vida”.
“4. Construye relaciones con periodistas de investigación
en tu región. Es importante establecer contactos en la
región para obtener apoyo mutuo, dijo John-Allan. “Sé que algún día tendré que
llamar a algunas de estas personas en caso de que el entorno legal en Kenia
cambie, pero también porque sé que otros están pasando por ciertos tipos de
restricciones o están informando en climas particularmente difíciles que puede
que no entienda, pero que necesito apoyar”. Ofreció un ejemplo de una vez en la
que administró la cuenta de Twitter de un colega ugandés que estaba sufriendo
un corte de Internet.
“5. Si eres editor, protege a tus reporteros. John-Allan recordó
cómo la protección de un editor salvó su carrera cuando cometió un
desafortunado error en sus reportajes, y cómo esta experiencia lo motivó a
hacer lo mismo cuando se convirtió en editor. “Creo que lo que debes hacer es
estar disponible para ellos como líder, editorialmente, y mostrarles que no lo
haces solo en persona cuando estás con ellos sino en público, que apoyas el
trabajo que hacen y que los apoyas a ellos. Uno de mis antiguos editores me
dijo que el trabajo de un editor consiste en dos cosas: guía, para orientar a
un periodista cuando se equivoca, y protección. Y lo que significa protección
es literalmente que debes protegerlos cuando están bajo ataque, especialmente
de manera injusta”, dijo John-Allan.
Sigamos estas
recomendaciones. Por nuestra salud.
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