martes, 4 de abril de 2023

Gánigos en El Mazapé

 

Todo lo necesario para que la cita resultase un éxito estaba entre los asistentes, allá arriba, en El Mazapé, en los altos de San Juan de la Rambla. Un vaso de vino, unas sabrosas especialidades culinarias, una conversación, unos cánticos. Un intercambio, sobre todo ganas de hablar de los asuntos que nos interesan y apasionan. La cultura, en cualquiera de sus vertientes; la amistad que se reafirma al cabo de reencuentros; poderse abrazar. Todos, cuando se cumplían cuarenta y cuatro años de la primera vez que los españoles elegían  en democracia a sus representantes locales. 

Las costumbres y las novedades que pasan o salen al capítulo de los desusos. Un buen rato de charla, de alegría canora, de reconocer las cualidades y las trayectorias. Ese es el culto a la amistad. Lo dijo el escritor italiano, Alberto Moravia: “La amistad es más difícil y más rara que el amor. Por eso hay que salvarla como sea”.

Hasta allí acudieron, en efecto, a reír con los chistes, aunque no fueran tan buenos; y a condolerse de los problemas, aunque no fujeran tan graves.

Los promotores y organizadores de la convocatoria, integrantes del colectivo Gánigo, donde el encanto de las medianías se brinda en todo su atractivo, se esmeraron para que, sin alharacas, disfrutásemos y cultivásemos la amistad como a lo largo de muchos años han ido haciéndolo con mayor o menor intensidad. Agradecimos la oportunidad que nos ofrecían Felipe, Juanelo, Antonio García Fleytas y todos ellos para acompañarles y convivir como uno más en esta jornada.

Nos congratulamos de haber compartido estos sentimientos con dos colectivos, ‘Cestos y Bollos’, de Santa Bárbara, en Icod de los Vinos; y ‘Los Alzados’, de Icod el Alto, con su creatividad inagotable y contagiosa.

Con Tino Aguiar, intérprete, compositor y arreglista; y con el profesor Manuel Lorenzo Perera, acaso el mayor estudioso contemporáneo de la cultura tradicional canaria, premio Canarias,  nos satisface reconocer valores y exaltar, desde dentro, con el estilo desenfadado y sin alharacas que caracteriza las celebraciones canarias, una parte, unas manifestaciones y unos destacados exponentes del acervo cultural de las islas.

A los que se sumó Elfidio Alonso, siempre con ganas de saborear una parranda y de seguir siendo sujeto activo de toda esa expresión de alegría y desenfado que va brotando con fuerza allí donde se convoca.

Hubo tiempo hasta para recordar que Los Sabandeños, por iniciativa del sin par Juanelo, vieron rotulada con su nombre una calle del municipio ramblero. Con razón entregó al director eterno de Los Sabandeños el recuerdo del gánigo.

Y con razón las medianías, en tan alegre fecha, se vieron inundadas con música y cánticos que siguen dando vida al genuino folklore de la vertiente norte de la isla.

 

No hay comentarios: