El
Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico (PEPCH) del Puerto de la
Cruz se convierte en una herramienta esencial para garantizar la protección y conservación del patrimonio histórico, arqueológico,
arquitectónico y cultural de una ciudad o región.
Si convenimos en que el objetivo principal de los PEPCH es
garantizar la conservación y restauración de los bienes patrimoniales,
promoviendo su uso sostenible y dando acceso al público para su disfrute y
conocimiento, se colige que este instrumento de planeamiento permite articular medidas para ordenar y
revitalizar la ciudad, facilitando la vida de las personas residentes,
favoreciendo el emprendimiento y agilizando la tramitación de licencias.
El concejal del área de Ciudad Sostenible y Planificación, David
Hernández, explicaba días pasados que“con el PEPCH estamos asegurando el pan
para mañana, es importante tener una visión a largo plazo, la regulación para
el desarrollo urbano ayuda a evitar daños al patrimonio preservándolo para las
generaciones futuras”.
Claro que interesan todas aquellas iniciativas con las que
consolidar un modelo de ciudad. El Puerto de la Cruz viene intentando desde
hace unos cuantos mandatos fijar las directrices de su personalidad
urbanística. Eso requiere compromiso y dedicación. No ha habido mucha suerte y
el propósito se ha ido estancando.
Ahora, el PEPCH ha sido redactado con un enfoque participativo,
que incluyó la perspectiva de género y el criterio de sostenibilidad entre
otros. El edil Hernández destaca que “la participación ciudadana fue un aspecto
clave en el proceso de elaboración del PEPCH”. Recuerda que se llevaron a cabo
varias sesiones de consulta pública, en las que se invitó a los vecinos y
vecinas portuenses a participar en talleres, paseos, entrevistas y foros de
debate que ayudaron a definir las medidas de protección y conservación del
patrimonio histórico del Puerto de la Cruz. Además, se estableció un canal de
comunicación abierto para recibir sugerencias y comentarios durante todo el
proceso.
Entre las mejoras que introduce el PEPCH se incluyen: medidas para
la conservación y restauración de los bienes patrimoniales; Normas y
regulaciones para el desarrollo urbano y la construcción en el área del
conjunto histórico; Programas de promoción y accesibilidad del patrimonio
histórico para el disfrute y conocimiento de la ciudadanía además de medidas
para garantizar el uso sostenible del patrimonio histórico y reducir el impacto
ambiental.
Los trabajos fueron encargados en 2020 al inicio de mandato
a la empresa pública Gesplan, adscrita a la Consejería de
Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación
Territorial del Gobierno de Canarias, quién tiene la calificación de medio
propio del Ayuntamiento de Puerto de la Cruz y han supuesto una inversión
municipal de 274.558,40 euros.
Que veamos los frutos. Si no, otro intento baldío.
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