miércoles, 27 de diciembre de 2023

Actualización del Diccionario

 

La Real Academia Española (RAE) ha dado a conocer recientemente la actualización 23.7 del Diccionario de la lengua española (DEL) que incorpora cuatro mil trescientas ochenta y una novedades, nuevos términos, nuevas acepciones de entradas recogidas con anterioridad, enmiendas a artículos ya existentes y supresiones. Pero la principal novedad de este año es la inclusión, por primera vez en los casi trescientos años de historia del diccionario académico, de la consulta de sinónimos y antónimos. Todas las novedades se encuentran ya disponibles en el sitio web die.rae.es que cuenta con el apoyo de la Fundación “la Caixa”.

 

Como decimos, la inclusión de los principales sinónimos y antónimos de las voces del español es una sustanciosa aportación que refleja la riqueza y la evolución dinámica de nuestro idioma.  Se han identificado, seleccionado y agregado los sinónimos o afines y los antónimos u opuestos de numerosas voces del diccionario. Un total de 42.882 artículos del diccionario contienen sinónimos o afines y 9.790 contienen antónimos u opuestos en algunas de sus acepciones. De todos estos artículos, sale un sumatorio de 260.188 sinónimos y 20.091 antónimos.

Esta nueva información se muestra en el diccionario de dos maneras: vinculada a acepciones concretas y, en bloque, al final del artículo. Así, el consultante podrá acudir a la página web del diccionario para encontrar el DLE de siempre, ahora enriquecido con sinónimos y antónimos de acepción, o también podrá hacerlo en busca de un diccionario de sinónimos y antónimos en estrecha relación con el DLE.

La actualización incorpora en esta ocasión novedades de ámbitos tan diversos como la ciencia, las nuevas tecnologías, el deporte, la gastronomía o el derecho. Entre los nuevos artículos encontramos palabras como alienchundachundageorradar, oscarizarregañá, supervillano, tecnociencia videoarbitraje y el acrónimo VAR. También formas complejas, es decir, aquellas compuestas por más de una palabra, como fila cero, línea roja, masa madre o pobreza energética.

Se incorporan también extranjerismos que se han popularizado en nuestra lengua, como big datacookie o banner, tan presentes en la era de la información, como aquaplaning, bracket o bulldog.

Según la propia Academia, el medioambiente también suma nuevas entradas al Diccionario de la lengua española, como biocapacidad o descarbonizar, o las formas complejas corredor ecológico, huella de carbono, huella ecológica o huella hídrica.

En el ámbito de la sexualidad y el género, se agregan al diccionario en su versión 23.7 términos como no binario disforia de género. En el campo de la salud, el DLE añade nuevas voces como cardiocirculatorio, hormonación,implantología o presoterapia.

NUEVOS SIGNIFICADOS

En su actualización anual, el Diccionario de la lengua española no solo incluye nuevos términos. También se incorporan nuevas acepciones a palabras que ya estaban recogidas, a las que se han sumado nuevos significados.

El término porsiacaso, que hasta ahora solo se encontraba recogido como propio de Argentina y Venezuela para denominar un tipo de alforja, consigna ahora también el sentido «cualquier cosa que se tiene o se lleva en previsión de necesitarla».

Algo parecido ocurre con el término tóxico, que ya no se aplica únicamente a una sustancia, también a aquello «que tiene una influencia nociva o perniciosa sobre alguien».

En el ámbito de la gastronomía, viudo registra una acepción para referirse a un alimento «que se guisa o se toma sin ingredientes que le den sustancia». Asimismo, pico contiene una nueva acepción culinaria usada en el habla de España para referirse a un «colín de pan pequeño».

El Diccionario de la lengua española cuenta con la participación de las 23 academias de la lengua española presentes en todo el mundo, lo que hace de esta obra lexicográfica una referencia panhispánica.

La convivencia de las distintas variedades lingüísticas de nuestro idioma común lo enriquece. Algunos términos anteriormente marcados como americanismos prescinden en esta actualización de su marca geográfica, debido a su popularización en el resto de las áreas hispanohablantes. Es el caso de acalambrar, como ‘producir un calambre’, o mordida en su segunda acepción, que pierden la marca «América» y pasan a mostrarse como propias del español general.

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