lunes, 4 de diciembre de 2023

Perfiles falsos creados por inteligencia artificial

 

La publicación especializada Futurism inserta en su último número un interesantísimo análisis sobre el debate abierto en torno a un hecho que casi pone los pelos de punta en torno a la inteligencia artificial: la veterana revista Sports Illustrated ha venido publicando recientemente contenidos atribuidos a autores que, sencillamente, no existen. Todos ellos habrían sido creados mediante esa tecnología, igual que una parte incierta de los artículos que firman. El grupo editorial al que pertenece la revista atribuye tales contenidos a un proveedor externo cuyo origen no ha sido desvelado y ha asegurado que ha rescindido su contrato con  él.

Fuentes conocedoras del proceder han confirmado a Futurism la existencia de “un montón” de perfiles de ese tipo, dotados de imágenes creadas mediante una aplicación dedicada a vender fotos que recrean primeros planos de personas inventadas. Las descripciones profesionales que las acompañan son muy genéricas y en los artículos asociados se pueden detectar estilos de escritura identificables con el resultado que ofrece actualmente la inteligencia artificial generativa. La prevalencia de esa producción ha sido igualmente constatada a la publicación especializada por una segunda fuente cercana a la situación.

En todo caso –según se lee en la edición digital de Dircomfidencial- ese rastro ha desaparecido justo después de que la publicación se dirigiera al grupo editor ‘The Arena Group’ al que pertenece Sports Illustrated para recabar más información. “En un primer momento -informa- no hubo respuesta, pero después de que Futurism difundiera el artículo en el que explicaba la anomalía, difundió un comunicado en el que atribuía el problema a un proveedor externo llamado AdVon”.

Según esa explicación, piezas variadas de esa empresa se venían publicando en diferentes webs del grupo bajo la garantía de que eran escritas y editadas por humanos, pero ‘The Arena Group’ no sabía que utilizaban seudónimos en algunos artículos para proteger la privacidad del autor. Como consecuencia de la repercusión negativa, y con una investigación interna en marcha, ha decidido rescindir su contrato.

Este caso se une a otros en los que Futurism ha detectado el uso de inteligencia artificial generativa para publicar contenido que a menudo resulta problemático o de baja calidad. Previamente lo había descubierto en CNET y Bankrate, dos cabeceras del editor Red Ventures que vagamente revelaban el origen de contenidos que además mostraban errores factuales e incluso plagios. La tendencia de reducción de costes humanos mediante automatización también ha llevado a G/O Media a desmantelar la redacción de la versión en castellano de Gizmodo y publicar en su lugar versiones traducidas con poca exactitud de piezas originales en inglés. BuzzFeed o Gannett son otras compañías que están experimentando con esa tecnología, también con resultados mediocres.

En fin, que cada vez podemos fiarnos menos. La inteligencia artificial, que ha venido para quedarse, se presta a componendas como la que hemos comentado y mucho habrá que idear para garantizar la pureza de los contenidos y de las autorías. Esto de los perfiles falsos  desborda cualquier límite ético y lógico.

 

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