Encima
de la mesa/ hay una radio/ y dentro de la radio/ está la SER…
Aquella
fue una adaptación de un célebre tema, ‘Mi casita de papel’, compuesto en 1945
que actualizó cuarenta años después la Radio Topolino Orquesta y sirvió como
sintonía para promocionar su no menos célebre ‘40 Principales’.
Es uno
de los múltiples recuerdos que nos deja el apego al medio, siempre tan
apreciado. Hace nada, esta misma semana, conmemoramos el Día Mundial; y poco
antes, recordamos que el 2 de febrero se habían cumplido cincuenta y cinco años
del comienzo de las emisiones de Radio Popular de Tenerife, a la que estuvimos
activamente vinculados (deportes, música, informativos y espacios generalistas)
durante tantos años.
La
radio, siempre la radio.
Ahora es
la Sociedad Española de Radiodifusión (SER) la que conmemora su primer
centenario cuyos actos iniciales se celebraron en la tarde-noche del pasado
miércoles. Montserrat Domínguez, directora de contenidos de la cadena, dijo que
el propósito es celebrar, con los oyentes y en la calle, “el gran valor
cultural y social de la radio”. La de esta cadena, en la que también
colaboramos durante algún tiempo (en Radio Club Tenerife, concretamente) es una
historia compartida desde una centuria a la que ahora se incorporan ahora
nuevas generaciones de oyentes.
Este
2024 marca un hito en la historia del
medio: se cumplen cien años de la primera retransmisión radiofónica en directo
de los Juegos Olímpicos, precisamente cuando van a volver a celebrarse en
París. Este acontecimiento nos recuerda que la radio, desde que surgió a
finales del siglo XIX, nos sigue acompañando y uniendo en torno a emociones
compartidas y momentos importantes. Desde hace más de un siglo, la radio nos
informa, nos entretiene, pero también nos educa, como subraya el tema de este
año. Escribe Sonia Domarco en Radio Player que “esto es aún más cierto hoy en día, pues, a
pesar de la creciente influencia de Internet y de las redes sociales, la radio
sigue siendo una fuente primordial de información y entretenimiento: su número
de oyentes se estima en más de cuatro mil millones de personas. La radio es,
además, el medio que llega donde otros no lo hacen: mientras que casi un tercio
de la población, en 2023, no tiene acceso a una conexión decente a Internet
—una proporción que llega incluso a la mitad en las zonas rurales—, la radio
constituye un medio más inclusivo y accesible, sobre todo en situaciones de
crisis”.
Como la vivida aquel 23 de febrero de 1981, cuando
perpetraron un golpe de Estado en el
mismísimo Congreso de los Diputados. Aquella noche inolvidable, plagada de
incertidumbres hasta que apareció el Rey Juan Carlos con su mensaje tranquilizador, la SER
desempeñó un papel informativo primordial, hasta con una de sus figuras de
entonces, José María García, incorporado al relato informativo en directo en el
que era su habitual franja horaria hablando de deportes.
En estas fechas tan señaladas, compartimos la
impresión de Domarco: la radio es algo más que un medio técnico de difusión,
encarna una cierta idea de la información, la diversidad cultural y la
educación para todos. Por qué no decirlo: la radio puede y debe ser un medio
humanista. Su vasta y dilatada trayectoria, la fuerza de las ondas y los
avances más recientes, aún frescos y aún por saborear, han de servir para
construir y transmitir la posibilidad de un mundo mejor.
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