lunes, 26 de agosto de 2024

RECHAZO AL TURISMO, PELIGRO

 

El Instituto Nacional de Estadística (INE) se descolgaba el pasado viernes con el dato de los cuarenta y cuatro millones de pernoctaciones registradas en los hoteles españoles. Repitamos: cuarenta y cuatro millones, un 2,2 % más que en el mismo mes del pasado año y la cifra más alta de la serie histórica, por encima de los niveles previos a la pandemia. No importa que los precios hayan subido más de un 7 % en el último año: han dormido aquí cuarenta y cuatro millones. Las quejas, ahora, son de este signo: hay demasiada gente.

Los buenos datos de julio coinciden con un aumento del turismo internacional. La llegada de residentes en el extranjero a los hoteles aumentó en julio un 5,2% respecto al año pasado, hasta rozar los siete millones de turistas, su cifra más alta de la serie histórica. Los viajeros procedentes de Reino Unido y Alemania concentraron el 24,8 % y el 16 %, respectivamente, del total de pernoctaciones de no residentes en julio. Por su parte, la presencia de turistas residentes en España bajó un 3,4 %, aunque sigue por encima de los niveles previos a la covid.

Según el INE, Los destinos principales de los viajeros españoles fueron Andalucía (el 23,4 % de todas sus pernoctaciones), Cataluña (14,6 %) y Comunidad Valenciana (13,2 %). Por su parte, los principales destinos de los no residentes fueron Illes Balears (concentraron el 34% de sus pernoctaciones), seguida de Cataluña (21%) y Canarias (18%). Los puntos turísticos con más pernoctaciones fueron Barcelona, Madrid y Calvià.

Atentos a la subida de precios. Las cifras revelan cómo la inflación turística no está frenando las ganas de viajar. Los precios hoteleros subieron en julio un 7,2 % respecto al mismo mes del año pasado, con aumentos por encima de la media en la Comunidad de Madrid (13,4 %), Baleares (+9,3 %) y Andalucía y Castilla-La Mancha (+7,3 %). Los precios de las habitaciones han subido un 8 % en el último año, hasta los 140,5 euros de media por noche. Los incrementos más pronunciados se dan en Madrid (+16,5 %), Castilla-La Mancha (+12,5 %), Canarias (+10,5 %) y Baleares (+9,9 %).

El economista Santiago Niño Becerra se manifestaba días pasados sobre el modelo de turismo en nuestro país en un popular programa televisivo de alcance nacional. Becerra no considera que en unos años el Producto Interior Bruto (PIB) relacionado con el turismo alcance el 17 % frente al 13 % actual sea algo del todo positivo. Aclaró el economista: “Hay que subdividirlo. Hoy, el 45 % del PIB de Baleares ya lo genera turismo; en Canarias, el 30 % y en Cataluña es el 12,2 %”.

Según una idea de Niño Becerra, el problema actual del turismo llega porque “sencillamente, no se ha afrontado”. Y pone como ejemplo la situación de la comunidad archipielágica de Baleares: “Que su PIB dependa del 13,4 % del turismo, que por cada millón de turistas que llega a las islas mediterráneas, aumenta o disminuye en mil cuatrocientos de euros”.

Esto significa, según dijo en el espacio televisivo, que los últimos sesenta años, apenas se ha planificado con rigor ninguna medida específicamente turística. Su versión incide en que esta masificación solo es posible reducirla renunciando a una parte del PIB. ¿Hasta qué punto se está dispuesto? Preguntado si una de las medidas para intentar afrontar el turismo de masas, podría consistir en la implementación de ecotasas o tasas turísticas, que siempre –al menos en Canarias- se han topado con el rechazo del sector hotelero, se cuestionó también si hay algún plan alternativo para recuperar esos millones que se podrían perder si se pone coto al turismo de masas o a entregar algo a cambio: «Diría que hace 30 años tal vez, hoy no».

Y remata con unas sabias palabras: el profesor Niño subraya que apostaría por limitar el número de visitantes que pueden acceder a un sitio de manera que, al reservar un viaje, también se debería reservar el acceso a determinadas playas o monumentos. En cualquier caso, advierte de que para conseguir mantener ese turismo 'de calidad' hay que «invertir en infraestructuras, en capital humano...» Asimismo, es rotundo cuando señala que «el rechazo al turismo es muy peligroso».

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