sábado, 26 de junio de 2021

LOLA REYES SE REINVENTA

 

Permitan que preguntemos si no es una osadía que, a cuarenta y ocho horas de esta presentación, Lola Reyes la hubiera encargado con la entrega del ejemplar de prueba y uno la haya aceptado. Un libro sobre la tejeduría contemporánea, materia en la que… en fin, no estamos muy impuestos que digamos. Apenas, el conocimiento y el funcionamiento expositivo del telar, su esencia, el funcionamiento, el cruce de los hilos verticales (lo que se llama urdimbre) con los hilos horizontales (lo que se denomina trama). Y poco más.

Pero ocurre que a personas como Lola no se las puede decir que no. Ese entusiasmo, esa actitud proactiva, esa capacidad emprendedora merecen ser correspondidas. Y si hay que desafiar a las adversidades o a los factores condicionantes, pues se hace. Punto.

Lola Reyes hubo de reinventarse. Apasionada del hecho cultural, trabajó lo indecible, junto a su esposo, para contar con un espacio creativo propio y dotar al popular barrio portuense La Ranilla de una opción para enriquecer y cualificar la oferta cultural del municipio. Allí, quién lo iba a decir, donde no hace muchos años, era impensable que existiera un núcleo cultural que irradiasen distintas manifestaciones de la creatividad.

La pandemia obró lo que ha obrado, parálisis y desazón, Reyes entendió que cruzada de brazos no avanzaba ni cultivaba eso de lo que ella puede presumir, positividad, y afrontó con el espíritu romántico de aprender, un nuevo camino. La esperaban los telares, sus alumnos, las opiniones de expertos, el telar maría, las hebras y los enganches, el e mpleo de las fibras naturales, un mundo por descubrir o por explorar en el que dio rienda a su gran capacidad creativa.

Fruto de esos afanes y de su propia iniciativa, es este libro, un manual práctico sobre esa modalidad de telar, peine rígido. Se trata de una edición, muy bien diseñada, muy manejable, muy gráfica, con la que la autora quiere ayudar a las personas que desean iniciarse en esta técnica artesanal de una forma amena y divertida, según sus propias palabras. Es una obra a la altura de las más vanguardistas tendencias en el ámbito de la digitalización, como lo prueban las inserciones de códigos QR, de modo que al lector le sea posible complementar sus conocimientos de forma audiovisual.

Lola Reyes se vale de su propia experiencia autodidacta y de la colaboración especial de Delia Escobar, ingeniera técnico-agrícola, especialista en agroecología y artesanía, para ensamblar el  hilo conductor con el Festival de Lana de Canarias cuya octava edición se celebra en estas fechas. Una primorosa idea, por cierto, que está en plena consolidación y será una de las principales convocatorias de esa pléyade de actividades y acontecimientos culturales que animan nuestros pueblos y nuestras ciudades a lo largo del año para que entendamos mejor la etnografía, las tradiciones y los afanes de artesanos para valerse por sí mismos y dignificar sus oficios.

El proceso lanar está contenido en una cadena que empieza con la cría de la oveja y sigue con el esquilado, el lavado de la lana, el carmenado o escarmentado (limpieza de las impurezas después de lavada y secada la lana), el cardado (peinarla y alinear las fibras que quedan preparadas para el posterior hilado, este hilado (que puede hacerse con huso o con rueca, el fieltrado (es un tipo de tela  no tejida) y el tejido con telar para la creación de piezas de tela. Aquí estableció Lola Reyes el nexo de unión entre su libro y el aludido Festival de Lana de Canarias.

Se trata, en suma, de tejer en un tipo de telar muy concreto que se denomina de esa manera, telar maría o de peine rígido, un mecanismo pequeño, portátil, pero muy potente que permite al tejedor dejar volar su imaginación y tejer infinidad de piezas, sin que las tareas impliquen pérdida del respeto a los telares antiguos y la vestimenta tradicional.

La inagotable Lola Reyes se esmera en un manual práctico en el que no solo describe los telares sino también los materiales y las técnicas más actuales en este tipo de tejeduría contemporánea. Era un libro que faltaba, que se necesitaba para lectores y personas que se quieran iniciar en la utilización del telar hasta sacar, como ha hecho la autora, el máximo rendimiento posible.

 

Hoy ve la luz, en un sitio tan emblemático, la Casa del Alfombrista, aquí en La Orotava, para ilustrar ese quehacer tan silencioso, tan paciente, tantas veces olvidado y que ahora hasta se une a esa conciencia por el cuidado del medio ambiente.

Enhorabuena, Lola, por tu trabajo, por tu reinvención, por tus descubrimientos y por hacer del emprendimiento autónomo una vía llena de matices y sugerencias que enriquece la identidad canaria.

Telar maría es, igualmente, otra prueba del amor por el trabajo bien hecho. Y, de paso, una invitación a la osadía que esperamos haber superado.

 

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