miércoles, 21 de julio de 2021

TRIBUNALES Y JUECES

 

En la tarde del 14 de julio pasado, cuando ya se había dado a conocer la decisión del Tribunal Constitucional (TC) en el sentido de estimar parcialmente el recurso de inconstitucionalidad sobre la declaración del estado de alarma por parte del Gobierno presentado por la formación ultraderechista Vox, también trascendió que la Sección Segunda de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Ttribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC), en su sede de Santa Cruz de Tenerife, deniega el toque de queda argumentando que esta medida "no está debidamente justificada" y porque no se aprecia "ningún motivo en cuya virtud pueda defenderse que las conductas de riesgo resulten aún más peligrosas si se ejecutan en horario nocturno o las inocuas dejen de serlo porque el día dé paso a la noche".

Además de valorar ambas medidas, con las debidas cautelas y reservas, en la emisora Ycoden Daute Radio (FM. 91.4 y 92.8), dirigida por Narciso Ramos, estuvimos muy pendientes de las opiniones de la red social facebook, en la que los usuarios, en su mayor parte, expresaron su perplejidad por el contenido de las resoluciones de ambos tribunales.

Hacía muchísimo tiempo que no leíamos tantas discrepancias acumuladas. Se notaba el estupor por parte de quienes aparecían desconcertados con las decisiones. Recobró vigencia aquella frase del ranillero de los años sesenta cuando interrogado por el turista sin entender su idioma, solo acertaba a decir: “Mi no comprender”. En efecto, mientras las cifras de contagios y la presión en las unidades de cuidados intensivos de centros hospitalarios crecían, los usuarios se expresaban intentando superar los factores que entrañaban algunas contradicciones o incongruencias. Y todavía faltaban por conocer las determinaciones de los Tribunales Superiores de Catalunya, Valencia y Cantabria sobre el toque de queda entre las doce y media de la noche y las seis de la madrugada que, horas después, fluían en sentido contrario al de Canarias.

No es la primera vez que los tribunales de justicia se contradicen pero aquí seguro que se esperaba otra cosa. Siendo absolutamente respetables los criterios de los magistrados y el sentido de los votos registrados, es difícil sustraerse a la impresión de que estábamos ante resoluciones políticas y que algo –o mucho- no encajaba. El Constitucional, a la espera de conocer los términos de su resolución y evaluar con mejores fundamentos, había resuelto estimar parcialmente el recurso de la organización ultraderechista que, curiosamente, había votado a favor de la declaración del estado de alarma cuando se tramitó en el Congreso. “Mi no comprender”.

En cualquier caso, aquella tarde alguien debió trasladar a los miembros de los tribunales citados esta reacción de los usuarios de la red social mencionada, simplemente para hacerles ver que, como en otros casos de la vida, de la cotidianeidad, los magistrados son de carne y hueso y el fruto de su trabajo, a la hora de administrar justicia, es sometido al juicio crítico de los mortales. Deben ser conscientes de que también pueden ser objeto de controversia. Y de que son necesarias algunas explicaciones para poner en claro interpretaciones y las propias decisiones.

Ese alguien, si cumplió este cometido, ha hecho un favor a quienes administran justicia en ámbitos y en asuntos de gran trascendencia social, para que tomen el pulso de la calle, como se decía antes, y también a quienes han sido capaces de publicar una opinión o una apreciación, sin insultar y sin denostar. Cierto que la naturaleza de los hechos y las circunstancias son excepcionales, razones para pensar en la necesidad de uniformar doctrina, pese a que no sea el derecho una ciencia exacta, como se esgrime en situaciones como éstas.

Aquella tarde fue diferente para jueces, magistrados, responsables políticos y ciudadanía en general. Otro capítulo inédito en la historia de la pandemia que se sigue escribiendo, desde luego, con más de un sobresalto.



1 comentario:

Yattmur Towers dijo...

Lo que he leído es una prueba mas de que en éste país cada cual tiene un entendimiento de que es la Justicia, que son la leyes y como deben ser aplicadas.

Facebook no es precisamente el lugar adecuado para tomar muestras "en serio". El fanatismo es tal, que según quien publique, se comenta una cosa o la contraria; y no por tener conocimientos bastantes y suficientes para hacerlo, sino por el fanatismo, que ha calado gravemente en la sociedad.

Estamos en un Estado donde el fanatismo es la moneda abstracta de curso; un Estado carente de racionalidad y lógica, sentido común que diría un clásico. Si la opinión es de Juanito es una verdad inmutable para algunos pero si es de Pepito lo es para otros, aunque ninguna de las dos sea racional y lógica, lo sea una y otra no, o ambas sean lo mismo con distinta construcción sintáctica.

El partido VOX accedió, no hay duda, a validar el Estado de Alarma. A lo que no acceden VOX "y otros partidos" es a que una vez instaurado dicho estado y amparándose en éste, se aproveche el gobierno para decretar a diestra y siniestra en otros asuntos que nada tienen que ver con el fondo político y de buen gobierno del Estado, que deberían, siempre, ser tratados en el Congreso.

También es muy curioso el latiguillo de "partido ultraderechista" que la izquierda, dicen progresista, de este país utiliza continuamente; cuando el 50% del Programa Electoral de muchos partidos es en su estructura practicamente igual. Sin embargo, para aquellos partidos que tienen el derecho a proclamar que son marxistas-leninistas no se les tacha de ultraizquierdistas. Éste es un ejemplo claro del fanatismo, siempre irracional, del que hacen gala los partidos y los partidistas fanáticos, que impide que las energías y las buenas ideas que hay en todas las partes acaben despilfarradas, no aprovechadas, en beneficio de la ciudadanía. Y eso en Democracia debería tener sus consecuencias políticas inmediatas, pero como siempre digo, la democracia española, con minúscula, no es una auténtica Democracia. Porque votar por cualquier opción cada cuatro años o cuando corresponda solo es una pequeña parte de lo que algunos entendemos por tal.

Mientras en España no exista una verdadera separación de poderes no habrá Democracia. Se debe encontrar una solución adecuada a éste gravísimo problema, no es el único, para comenzar a dar pasos en el sentido correcto, muchos pasos. Los partidos políticos no deben gobernar el Estado, no es el sentido primigenio de ellos, y en éste país lo hacen desde la mayor obscuridad.

Debemos implantar un Sistema que le de toda la potestad a los ciudadanos y solo a ellos. Estamos en el siglo XXI, y hay mucha gente interesada en que no salgamos del periodo decimonónico, y por ello fanatizan, para recolectar el poder partidista y aplicarlo según les convenga a sus partidos.