El hotel Tigaiga (Puerto de la Cruz, Tenerife) lo reúne todo (incluso las experiencias personales) para señalarlo como emblemático, un icono de la oferta turística y del destino en sí mismo. Localizado en el parque Taoro, un auténtico pulmón de la ciudad donde florece una vegetación tan frondosa y variada como a menudo descuidada y donde los entornos, por su tranquilidad, por resultar plácidos y sosegados a cualquier hora, el establecimiento reúne en el exterior todos los atractivos para disfrutar de una estancia gratificante, en tanto que dentro sobresale la atención y la amabilidad del personal. Una dual atracción, desde luego.
Allí cultivamos la amistad con Enrique Talg Wyss y familia. Y allí hicimos uno de los primeros trabajos televisivos cuando todavía se producía y emitía en blanco y negro. Allí pasaba largas temporadas y entrevistamos en una de ellas al arzobispo suizo Bruno B. Heim autor del actual blasón de la localidad portuense. Fue arzobispo titular de Xanthús (Turquía)y autor de varios obras sobre heráldica. Su mayor significación deriva de haber sido el realizador de los Escudos Pontificios de Pío IX, Pío X, Pío XI, Pío XII, Juan XXIII y Pablo VI, considerándose uno de los mejores especialistas en heráldica de Europa. La amistad entre Talg y Heim, ambos de nacionalidad suiza, favoreció el encargo del escudo del municipio cuando el hotelero, muy apreciado en el sector turístico, era concejal del Ayuntamiento. Y allí, en fin, fue cuando conocimos, en vísperas navideñas, a Gerard Schröder, quien meses después resultó elegido canciller federal alemán, cargo que ejerció entre 1998 y 2005. Ya hemos contado la anécdota: ahí fue donde nos preguntó, después de explicarle la censura que había seguido al mes de haber tomado posesión de la alcaldía:
-¿Y qué clase de ley es esa que no permite gobernar con casi el 40 % de los votos?
En fin, el Tigaiga, galardonado a escala internacional en muchas ocasiones, con un afamado restaurante y con unas instalaciones donde abundan las zonas verdes y ajardinadas y priman el cuidado y el esmero con que son tratadas, es ahora noticia porque ha aprovechado muy bien el tiempo de clausura motivado por la pandemia. Tal es así que sus propietarios, herederos de Talg, evalúa la capacidad de sus cinco hectáreas ajardinadas para convertirse en emisor cero de anhídrido carbónico o dióxido de carbono (CO2).
El establecimiento portuense, integrado en Ashotel, en efecto, lleva años calculando y reduciendo las emisiones que genera el desarrollo de su actividad turística para compensarlas. Es lo que acredita su compromiso por la sostenibilidad, concepto que, como otros relacionados con el medio ambiente, prácticamente no existía desde que el hotel, edificado entre plataneras, abrió sus puertas en 1959. Desde entonces, los Talg se han esmerado en eso que es la protección y la conservación de elementos de la Naturaleza que han convertido el establecimiento en una auténtica referencia de esos valores, acreedores de admiración de sus clientes y turoperadores.
Pues bien, según las conclusiones de un estudio técnico realizado por el ingeniero agrónomo Michael Frings, de la consultora internacional ‘Agriculture nd Landscape’, en colaboración con la Universidad Humboldt de Berlín, las zonas ajardinadas del Tigaiga tienen la capacidad de absorber la cantidad de ciento sesenta y cinco toneladas de CO2 anuales, evitando así que éstas finalmente lleguen a la atmósfera. Según un comunicado de Ashotel, se trata de un dato importante si se compara con los resultados de la huella de carbono que el hotel generó en 2020 y que alcanzó, según una metodología basada en el GHG Protocol, 101,40 toneladas. La propiedad del Tigaiga ha dado este nuevo paso en un contexto de reducción del anhídrido carbónico: antes había adquirido el 100 % de la energía eléctrica de origen renovable o la instalación de placas solares térmicas.
Gracias a estas medidas y a las significativas capacidades de sus extensos jardines, la organización Excelencia Turística de Tenerife (ETT) concluye que este hotel de cuatro estrellas es neutro en emisiones de carbono. Los Talg pueden seguir aplicando la misma filosofía en un espacio turístico que tiene más árboles que camas (230 sobre 166). Del total de árboles, 180 son palmeras, algunas de ellas ya con sesenta años de antigüedad. Las zonas verdes del Tigaiga triplican la superficie construida. Cuenta con una moderna compostadora de residuos orgánicos.
La tercera generación de esta familia gestiona actualmente tanto este establecimiento como el complejo Tigaiga Suites, de treinta y cuatro unidades, situado a pocos metros del hotel e incorporado a la empresa en 2017.
En fin, un ejemplo, un icono.
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