sábado, 25 de mayo de 2024

Cultura, leyenda, tradición y porvenir (I)

 

Poco mejor que el canto de Samuel Fumero -ya casi convertido en himno popular- para acercarnos al cometido de mantener esta fiesta de arte a cuyos promotores -y a la organización, en general- agradecemos la invitación que, ciertamente, sirve para aproximarnos, integrarnos y evocar aquel tiempo realejero que descansa, con huella indeleble, en el curso Preuniversitario 1969-70 del colegio San Agustín, dirigido entonces por Rafael Yanes Pérez.

El verso de Fumero, en efecto, nos recuerda y nos sugiere que en

“Mayo, colorea una cruz,

la pólvora que el noble pique iluminó,

baja el ganado a reencontrar a su patrón

baila el Realejo en romería, es tradición.

Una bulla recorre las calles

desde el mentidero

a la casa del parral,

las veredas tienen un destino,

todos los balcones se volvieron a mirar.

Piedra a piedra

crece una sorriba,

folía a folía,

se canta un amor.

Mano a mano crece este día

porque sus mimbres somos tú y yo.

Semillero, arcano y guarida,

el suelo que piso se abre como un corazón

al templar la sangre de esta orilla

en que sólo cabe el aire de la devoción.

Vísteme con la ropa encendida

donde mis abuelos acunaron el sudor,

espigas al pecho, enagua viva,

quiero agradecer al agua, al viento y al sol.

Mayo, colorea una cruz

la pólvora que el noble pique iluminó,

baja el ganado a reencontrar a su patrón,

baila el Realejo en romería, es tradición.

Éste es el baile del santo,

el que se bailaba antes,

las costumbres de los viejos

no deben de abandonarse”.

En esta hermosa isla, Tenerife, se alza augusto el municipio de Los Realejos, testigo de un quehacer tan fecundo como sus tierras y de una cultura que perdura en el tiempo como un tesoro invaluable. Ahí queda, para la historia, el legado de tantos hombres y mujeres que han contribuido a toda esa obra forjada al paso de los tiempos y que recibió un 6 de enero de 1955 el regalo de una fusión que unía a sus habitantes, a los de la zona alta y a los de abajo. Desde entonces, un solo escudo: en él está simbolizada la paz firmada por el conquistador Alonso Fernández de Lugo, representado por el Pendón de Castilla y los menceyes guanches, unidos en torno a la añepa adornada con palmas, firmada -decíamos-, según la tradición, el día del Apóstol Santiago y que simboliza la Cruz. Al otro lado, tres castillos con una somera explicación: el inferior representa a la Hacienda de Los Príncipes, que está protegida por los otros dos castillos, el de El Guindaste y La Fajana. La llave representa la apertura de la fortaleza.

Permítannos guiarles durante la tarde/noche de hoy en un viaje a través del tiempo y el espacio, mientras exploramos los recovecos de este lugar emblemático, honrando a aquellos que lo forjaron con su ingenio, valentía y pasión. Son, ya, más de quinientos años de trayectoria histórica y la tarea de realizar ese seguimiento, a pesar de la complejidad, resulta un reto apasionante.

Preguntémonos, para empezar, qué ocurrió en el mundo, tal día como hoy.  Hagamos, simplemente, una aproximación cronológica. ¿Cómo lo ha registrado la historia? Un 23 de mayo,

-En 1823, los Cien Mil Hijos de San Luis, expedición francesa encargada de restaurar el absolutismo de Fernando VII, entra sin resistencia en Madrid.

-En 1845, las Cortes españolas votan por una nueva Constitución.

-En 1951, China anexó formalmente el Tíbet.

-En 1981, asaltan la sucursal del Banco Central en Barcelona.

-En 1986, el escritor peruano Mario Vargas Llosa recibe el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.

-En 2012 se lleva a cabo la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Egipto, la primera pluralista de su historia.

-En 2012 la Gendarmería del Vaticano detiene al mayordomo del Papa Benedicto XVI, Paolo Gabriele (46), por supuestamente revelar documentos secretos (que aparecieron en el libro Su Santidad: Los Papeles Secretos de Benedicto XVI). Comienza el caso Vatileaks.

-En 2015, beatificación del arzobispo de San Salvador, Óscar Romero, obispo y mártir salvadoreño; celebrada en una misa en la capital salvadoreña, por el Cardenal Ángelo Amato, enviado del Papa Francisco.

-Fue el día de 1958 en que nacieron el astronauta Thomas Reiter; y las actrices Melissa McBride en 1965, y Kelly Monaco, en 1976.

Dejen recordar a los amantes del zodíaco que las personas nacidas entre el 21 de mayo al 20 de junio son de signo Géminis. El signo de Géminis es representado por los gemelos, lo que sugiere una dualidad en la personalidad de quienes nacen bajo este signo. Los geminianos son conocidos por ser personas curiosas, inteligentes, versátiles y comunicativas. También pueden ser cambiantes, impacientes y superficiales en algunas ocasiones. El planeta regente de Géminis es Mercurio, que influye en su habilidad para comunicarse, aprender y adaptarse a diferentes situaciones.

El relato, que quiere adentrarse en territorio de personajes, vivencias y fiestas, comienza recordando a uno de los hijos más ilustres de esta tierra, José de Viera y Clavijo, cuyo legado perdura como un faro de conocimiento y sabiduría. Este insigne historiador y naturalista, nacido en 1731, encontró en los paisajes de aquellos Realejos la musa que inspiraría su obra monumental, proyectando ese legado de infancia y juventud en las tierras del Valle de La Orotava, La Laguna y otros lugares en los que el polifacético ilustrado mostró su labor. Ahí queda su monumental obra, compuesta y reeditada, afortunadamente, por diversos autores como el recientemente desaparecido Nicolás González Lemus y el historiador hijo de este pueblo, Javier Lima Estévez.

Viera, uno de los cinco grandes científicos de la historia de Canarias, a los que el destacado prosista orotavense Juan del Castillo, en sus propias palabras, colocó en su tomo, ‘Retablo tinerfeño’, junto a Agustín de Bethencourt, Blas Cabrera, Juan Negrín y Antonio González, “de cara picuda -describe del Castillo-, con la sonrisa de su admirado Voltaire, mirada algo cínica, fue un petimetre escéptico. El historiador eclipsó su vertiente de científico. Aprovechó los viajes al extranjero para recibir cursos de física, química y otros. Obra magna es su Historia Natural de las Islas Canarias, escrita en Las Palmas de Gran Canaria, en 1799, en estilo ameno y superior al del botánico José Cavanilles, del que fue compañero de viaje. Contiene curiosas noticias sobre la geología, mineralogía y flora de las islas”.  Viera nos mostraría lo siguiente de este antaño lugar separado en Realejo Alto y Realejo Bajo, hoy municipio, en el contexto del siglo XVIII:

“Dista un corto paseo del otro. Es lugar también de buen temple, excelentes aguas, huertas, viñas, frutales y arboledas. Tiene muchas casas arruadas en calles. Su iglesia de tres naves es de las primeras parroquias de Tenerife. Está dedicada a Santiago y se erigió en el Sitio donde los conquistadores tenían su real. De aquí el nombre que tiene el pueblo. Sírvenla dos curas beneficiados provisión del rey y algunos sacerdotes.

Hay un convento de franciscanos recoletos como de veinte frailes y cinco ermitas. El vecindario es de 2.441 personas, de ellas algunas en los pagos de San Agustín, Cruz Santa, Rosas, El Mocán, etc. Ambos Realejos están dentro del referido Valle de Taoro”.

Con su pluma erudita y su mirada perspicaz, Viera y Clavijo nos legó un incalculable legado, desentrañando los misterios de la naturaleza y las historias que yacen entretejidas en las piedras de nuestra tierra.

El maestro y doctor en Ciencias de la Información, ex alcalde de este pueblo, Jesús Manuel Hernández García, hizo su particular homenaje a Viera, cantándole en sus inigualables décimas:

“Al mismo tiempo comienza

a redactar su obra cumbre,

aquella que le dio lumbre,

la más profunda y extensa.

En el tratado condensa

los hitos que nos marcaron

y que otros ya trataron

de forma más literaria,

pero un tanto imaginaria

en pasajes que narraron.

Con su historia de Canarias

Viera quiso deshacer

errores que al parecer

contenían obras varias.

Acciones imaginarias,

defectos, anacronismos,

se creían catecismos,

hasta que nuestro ilustrado

dejó el particular zanjado

con otros protagonismos”.

Pero no podemos hablar de Los Realejos sin mencionar a otro de sus hijos más destacados, el incomparable Antonio González González, cuyo nombre resuena en cada rincón del municipio. Nacido en 1917, en la calle El Sol -una de las protagonistas de la gran exhibición pirotécnica que tiene lugar cada año con motivo de la celebración de las Cruces y Fuegos de Mayo-, este hombre de ciencia y espíritu inquieto dedicó su vida a enriquecer el conocimiento y la educación de nuestra tierra.

González González nos legó una labor imperecedera, aportando importantes descubrimientos en el campo de la Química Biorgánica y abriendo nuevas líneas de investigación para otros científicos. Obtuvo, entre otros reconocimientos, el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 1986.

En el corazón de nuestro querido pueblo, encontramos también figuras que han dejado una huella imborrable en la historia y en el alma. Entre ellas, destaca la luminosa presencia del padre José Siverio Pérez, cuya dedicación y entrega sacerdotal sería un faro de esperanza y consuelo para nuestra comunidad, quedando como testimonio de esa vocación su labor al frente de la junta para la reconstrucción de la Parroquia Matriz de Nuestra Señora de la Concepción. Su compromiso por el sacerdocio y amor por las letras se trasladaría a una trayectoria profesional entre la radio y la prensa escrita, materializando un testimonio único de crónicas durante el Concilio Vaticano II que aún, pese a los esfuerzos realizados por el historiador Javier Lima, permanece desconocido para el gran público.

Pero no solo en los altares encontramos inspiración, también en la pluma de nuestros poetas, como el inigualable Gonzalo Siverio, cuyas palabras han tejido el alma misma de Los Realejos. Con su poesía, lograría captar la esencia de nuestra tierra, retratando con maestría la belleza de nuestros paisajes y la profundidad de nuestras emociones. Cada verso es un tributo a nuestra identidad, un canto a la belleza que nos rodea y un recordatorio de la importancia de preservar nuestras raíces.

Y cómo olvidar a Antonio Reyes, otro de nuestros ilustres poetas, cuya pluma ha sido testigo de los más profundos sentimientos que habitan en el corazón humano. Sus versos nos invitan a reflexionar sobre la vida, el amor, la naturaleza y la trascendencia, recordándonos que la poesía es el lenguaje del alma y que a través de ella podemos explorar los rincones más íntimos de nuestra existencia. En estos días de algarabía y bullicio, de bailes y aires típicos, queda también tiempo o margen para la reflexión y el silencio. Es entonces cuando brotan, casi en desespero amoroso, los versos de Reyes:

“En silencio me quejo y suspiro

pero a nadie le digo mi mal

y a solas mis penas reprimo

y me canso de tanto llorar.

Si te vas a gozar de otra dueña

goza, goza que seas feliz

anda y goza pero nunca olvides

al que te ama y muere por ti.

Tus promesas, ingrata, violaste

comprendías que loco te amaba

y hoy, en premio de tantas finezas,

me condenas a un cruel padecer.

Anda ingrata, pérfida, inconstante

que amor tierno no sabes pagar;

dime pues si es delito el amarte

para entonces poderte olvidar”.

Pero no son solo estos nombres los que llenan de orgullo a nuestra comunidad, sino también tantos otros personajes conocidos y anónimos que día a día contribuyen al enriquecimiento del pueblo con su trabajo, su dedicación, su talento y su generosidad. Desde los artesanos que mantienen viva la tradición alfarera, hasta los agricultores que cuidan de nuestras tierras con esmero y dedicación, cada uno aporta su granito de arena para hacer de Los Realejos un lugar único y especial.

Lo reflejaron Diego García Cabrera y Antonio González Santamaría, letra y música respectivamente, en aquel ‘Realejos norteño’, editado en 1977 por Los Huaracheros (inolvidables) para conmemorar su trigésimoquinto aniversario, años después versionado por el grupo realejero ‘Tigaray’, bajo la dirección y arreglos del entonces director Luis Manuel García, estrenado en 1987 hasta convertirse en uno de los emblemas del espacio televisivo ‘Tenderete’.

 

“¡Ay, mi Realejos norteño!

que el Teide gigante guarda,

un paraíso de ensueño

a la sombra de Tigaiga.

Tienes la savia del guanche,

la savia noble y bravía

y tienes como bandera

el corazón de folías.

¡Viva mi tierra canaria!,

tú, linda realejera,

tu drago que pinta el cielo

de color de primavera.

¡Viva mi tierra! si un día

quién estuviera lejos,

tu nombre será mi guía

¡que vivan Los Realejos!”.

Y es que no solo de historia vive Los Realejos, sino también de la magia de sus fiestas, que cada año nos unen en celebración y alegría y que nos traen ante un acto como el que se desarrolla en la tarde/noche de hoy. ¡Oh, las fiestas de mayo, tan entrañables y queridas por todos! Un mes que se inicia desde finales de abril, se proyecta a lo largo del presente mayo y alcanza las jornadas iniciales de junio.

De ellas y de esa proyección saben mucho también en la parranda El Chirato, nacida con la fuerza con que esta planta expande sus flores blancas en el camino y se aferra como los amores secos a la tradición, a la música que trae esas influencias que sustentan los aires típicos de nuestra tierra. Desde 2009, año de su agrupación formal, ha ido desgranando esos amores secos, sus diferentes estilos musicales, en programas televisivos y en actuaciones muy aplaudidas en diferentes escenarios peninsulares.

El Chirato no solamente ejecuta música sino que también intenta contribuir al nacimiento de nuevos talentos por medio de su Escuela de Cuerda Pulsada en su propio local en la Cruz Santa, en la que se imparten clases de laúd, bandurria, guitarra clásica y timple.  Con esta escuela gestionada íntegramente por componentes de la agrupación, tratan de crear vocaciones musicales entre los jóvenes y los no tan jóvenes, desarrollando un vivero que nutra tanto al propio colectivo como al resto de formaciones de la isla.

(continuará mañana)

1 comentario:

Antonio Tejera dijo...

EXCEPCIONAL, QUERIDO AMIGO. !FELICITACIONES MUCHAS! UN GRAN ABRAZO. ANTONIO.