La luminosa mañana del festivo se tornó
oscura hasta aturdir los sentimientos y el intelecto. Sabíamos de su enfermedad
y de su internamiento hospitalario pero jamás sospechamos del fatal desenlace.
Las primeras torpes palabras que nos pidieron para una emisora de radio
acentuaron el impacto hasta el desconcierto. Dejamos de redactar la entrada que
en ese momento estábamos preparando, era imposible seguir, a sabiendas de esta
otra que nunca hubiéramos querido escribir.
Porque Gregorio Dorta Martín –a quienes
algunos afectuosamente llamábamos Parrado, en memoria de un periodista
deportivo discípulo de José María García en sus tiempos de la SER- reunía los
ingredientes de una personalidad tan heterogénea como entusiasta, plena de
inquietudes, entre ellas las comunicativas y las literarias. La suya, en
efecto, es una trayectoria que pasó por la gestión turístico-hotelera, desempeñada
en varios establecimientos de la localidad, pero, sobre todo, en varios medios
de comunicación en los que se abrió paso también de forma autónoma,
esforzándose en aprender y desarrollarse con ánimo decididamente emprendedor.
A Dorta le dimos la oportunidad de ir
cubriendo un espacio en los tiempos de Radio Popular de Tenerife, dirigida por
José Siverio Pérez, allá a finales de los años 70 y comienzos de los 80 del
pasado siglo. Se familiarizó pronto con la información deportiva, no en vano él
había practicado fútbol y baloncesto. Fue ampliando su radio de acción que
tenía su centro operativo en el núcleo de La Vera, donde era un asiduo
visitante del viejo campo que llevaba el nombre del malogrado presidente
Salvador Ledesma y de su versión neoconstruida pegada a la autovía del norte,
hasta que dio un salto en las coberturas, no solo territoriales, sino en las
propias disciplinas deportivas: pronto hizo crónicas de balonmano y waterpolo,
mientras seguía acumulando puntualmente los resultados de todas las categorías.
Forjó una estrecha amistad con destacados jugadores juveniles del Vera:
Gerardo, Susi, Tomás…, una especie de núcleo duro que se proyectó con genuino
espíritu deportivo.
No es broma lo de emprendedor: probó con otros dos compañeros, José Manuel
Martín y Pedro Ángel Gómez Barreto, una aventura editorial como fue aquella
publicación efímera titulada ‘Peñón Deportivo’. Luego vinieron otros productos
audiovisuales en los que, sin alardear, con sello propio, demostró que también
podía estar a la altura de las exigencias de la sociedad de nuestros días. Goyo
Dorta impulsó los cambios en el consumo de la información deportiva de la
vertiente norte de la isla. Y en ellos se notaba su afán por ampliar los
límites y los escenarios: hizo información en cadena, se esmeraba cuando habría
de informar sobre los representativos en fútbol y baloncesto o dar cuenta de
algunos acontecimientos deportivos de alcance. Era frecuente verle con sus
cámaras en citas deportivas, principalmente en los momentos previos o
posteriores para recoger impresiones que luego se podían seguir desde las redes
sociales en la que también se hizo un partícipe destacado.
Hasta que materializó uno de los grandes
sueños de su vida: publicar un libro. En silencio, se fue haciendo un lector
empedernido. Le apasionaban los episodios históricos, algunos de los cuales
dimensionó con generosidad, como el que relató en su último libro,
recientemente presentado en las orillas del muelle pesquero del Puerto de la
Cruz: ‘¿Quién mató al cartero?’, un crimen, no esclarecido, que investigó con
testimonios autorizados. Preparaba una próxima publicación dedicada a
Segismundo ‘Tito’ Del Pino Real, ídolo futbolístico local.
La noticia de su fallecimiento revistió
un gran impacto social hasta hacer que la luminosa mañana quedara
envuelta por la tristeza y la melancolía. Las honras fúnebres tendrán lugar al
mediodía de hoy jueves.
2 comentarios:
Siento mucho su pérdida. Llegué a ser entrevistado por él y le agradecí mucho su interés no sólo por lo deportivo sino, también, por el arte y la literatura. De manera que siempre le estaré profundamente agradecido. En aquel entonces y a petición suya, me ofrecí a facilitarle fotos del entorno del muelle para que escogiera alguna que le fuera bien para ilustrar su magnífica novela de ¿Quién mató ak cartero?.
DESCANSE EN PAZ
Buen homenaje a este gran personaje del Puerto de la Cruz, amigo de mi cuñado Lolo que también falleció hace unos años. Él se interesó por la publicación de mi libro e hizo promoción del mismo. Un abrazo a toda su familia y amigos. Gracias.
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