miércoles, 1 de enero de 2020

AÑO NUEVO, GOBIERNO NUEVO...


Año nuevo, Gobierno nuevo...
Se va a iniciar un ciclo político con retorcidos antecedentes, un tiempo de sudor y lágrimas que solo ha servido para acentuar las diferencias y para amenazar el modelo de convivencia. Nunca antes se había mentido tanto ni se había incurrido en tamañas contradicciones, sin que pasara nada, sin que importara mucho la responsabilidad.
Año nuevo, Gobierno nuevo...
Algunos ya fraguaban el escenario de otras elecciones, allá por primavera. Echaron el resto, especialmente en redes sociales donde subieron y bajaron cuales caballos desbocados. Se comprende ahora no su disgusto sino su frustración. Pero nadie les dé por rendidos: el empecinamiento es su virtud, solo que ahora más cargada de bombo. Si se ahorrasen los insultos, mejor para todos.
Año nuevo, Gobierno nuevo...
Ya están las fechas de la investidura, ahí mismo, ya, en el remate de las celebraciones navideñas. Después de tantos meses en funciones, no hay tiempo que perder. Sobre todo, a la hora de explicar el coste de una alianza política sin precedentes. Más que nunca, pedagogía política con la que tratar de persuadir y ser persuadidos. Especialmente entre los socialistas. Y revisión de fomas en políticas de comunicación, porque ya hay quien ha patentado -y no sin razón- la opacidad. Es largo -y previsiblemente- tortuoso el camino para sostener esa alianza política heterogénea que va a ser atacada sin miramientos. Lo de menos serán las filtraciones para incomodar al socio; más graves serán las inconsecuencias y los desequilibrios, los radicalismos para desestabilizar, los sesgos inagotables, incluidas las comparaciones anacrónicas.
Año nuevo, Gobierno nuevo...
Que tendrá que atender escenarios económicos complicados. Ya la patronal ha adelantado su disgusto. Está en su derecho pero que se haga una idea de la insostenibilidad de algunas circunstancias para mejorar la competitividad y para producir por encima de ese 2 % inquietante, peor marca de los últimos cinco años. A ver cómo hacer frente a los vaivenes interesados del IBEX.
Es un tiempo de incertidumbre y de desafíos. Se requerirá oficio, tolerancia, destreza, eso: pedagogía política. Hay que ser conscientes de que se inicia un ciclo con atrezo nuevo, con tensiones políticas severas e irresolutas, con más protagonistas en la escena, con apremios y con una confusión incesante. Preparémonos para asistir a situaciones insólitas. Ojalá que resista la institucionalidad y que la pérdida de credibilidad, directamente proporcional al desafecto hacia la política, cuando menos, se frene.
Año nuevo, Gobierno nuevo...

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