Este
domingo candelariero se nos ha llevado a María Luz Luis Illada, la
última republicana, como bien titula su glosa Bruno Juan Álvarez.
Tenía noventa y tres años y hasta el final de sus días la vimos
tal cual la conocimos, cuando era secretaria particular de Felipe
Machado González de Chaves, cometido también desarrollado con
Antonio Castro, Marcos Brito y Francisco Afonso, todos alcaldes del
Puerto de la Cruz, y con todos leal y respetuosa.
Allí
estaba, en el antedespacho de la alcaldía, controlándolo todo: las
visitas, las peticiones, el teléfono, el acceso para las firmas, los
álbumes de fotos, los recortes de prensa y hasta las invitaciones
para algún acto en el parque San Francisco.”El último disco de
Nacha Guevara”, nos pidió que le trajéramos antes de un viaje a
Caracas, mediados los setenta.
Porque
era así: sensible, culta, vanguardista...
Quienes
mejor la conocieron y trataron, describen sus cualidades. Toño Mesa,
por ejemplo. “Mary Luz no entendió nunca la vida sin avistar de
cerca la culura, el cine, el teatro, la música, los debates, las
fiestas y hasta los guachinches, donde pudiera no solo saborear los
gustos culinarios sino las conversas y el debate tanto social como
político de la vida cotidiana”. Felipe Hernández, también: “Su
familia estuvo siempre marcada por la tragedia de una incivil guerra
y posterior represión. Este condicionante les dio inicialmente la
cualidad de resistencia y con posterioridad ser eje y referencia a
muchos que sentían y amaban la democrática libertad”.
En
efecto, su alegría fue inenarrable cuando retornó la democracia y
pudo disfrutar todos aquellos momentos y personajes que las
circunstancias habían impedido.
Tía
del inolvidable Domingo Domínguez Luis, con quien compartimos el
curso Preuniversitario 1969-70 en el colegio San Agustín de Los
Realejos y algunos afanes editoriales, deportivos y políticos, a
los diez años de su ausencia, emprendió la idea publicar en un
tomo, artículos, poemas y textos manuscritos, publicados e inéditos.
La iniciativa cuajó en un libro titulado Desde
aquel árbol que se mueve Recordando a Domingo y su condición
humana. María
Luz firma la introducción: “...Siento que Domingo aún está entre
nosotros, que los que le conocieron y quisieron, la familia y los
amigos, siempre le recordarán”.
Claro
que sí, como a ella. Recordaremos su sutileza y su desenfado.Y sus
ganas de vivir y de compartir, que fueron para todos un gran
estimulante.
Hasta
siempre, amiga.
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