En febrero de
1982, el portuense Vicente Yanes Rodríguez, que había emigrado a varios países,
escribió unos versos populares en los que glosaba la brillante trayectoria
deportiva del Club Deportivo Puerto Cruz, especialmente la del equipo
protagonista del ascenso a la que entonces era la máxima categoría del fútbol
regional. Yanes empleó la estrofa de la décima, tan común en los verseadores
que las improvisaban en reuniones amistosas echando “una perra de vino” como se
decía entonces. El equipo portuense deslumbraba, tal fue así que era conocido o
llamado como “el pequeño Real Madrid”, título de aquellos versos de Yanes que
hoy rescatamos. Decían así:
“Me embargó gran
emoción,
muy difícil de
expresar,
al ponerme a
contemplar
a nuestro estadio
‘El Peñón’.
Me palpitó el
corazón,
violento, dentro
de mi,
pues gran
nostalgia sentí,
recordando,
emocionado,
aquel Puerto Cruz
llamado
el pequeño Real
Madrid.
“Fue un gran
equipo que añora
la portuense
afición,
viendo fuera o en
El Peñón
este Puerto Cruz
de ahora,
porque en el
presente aflora
el recuerdo al
añorado
que en oro dejó
grabado,
de forma clara y
notoria.
su futbolística
historia
nuestro equipo
recordado.
“Con su juego
“ratonero”,
a todos pudo
asombrar
y en él llegó a
destacar
Tito, el célebre portero,
auténtico
cancerbero.
Actuando nos
ofrecía
su agilidad y
valentía,
rapidez y decisión
que al equipo de
El Peñón
daba fuerza y
garantía.
“Con su lateral
derecho,
Alberto Hernández Illada,
que siempre nos
demostraba
ser hombre de pelo
en pecho.
Es un comprobado
hecho
de que éste poseía
una especial
puntería
en las faltas a
distancia
y que, con suma
prestancia, su parcela defendía.
“Galindo
fue un gran central,
un defensa
extraordinario
incansable y
temerario,
muy difícil de
emular.
Para poder rebasar
a un zaguero como
él
solo lo lograba
aquel
que le encontró en
baja forma.
Galindo era la
horma
del adversario
plaantel.
“Defensa izquierdo
no había
más templado y más
brillante
como el pequeño
gigante
llamado Elfidio
García.
En el campo se
crecía
y con pequeña
estatura,
por raso o por
altura,
con tremendo
corazón
nunca perdía un
balón
arropado en su
bravura.
“La media, un
sólido muro,
era por su
contención
y en perfecta
conjunción,
formaron Berto
y Arturo,
los dos era muy
seguros.
Berto, muy batallador;
Arturo, el ordenador
que todo hacía
posible:
su pierna
izquierda, infalible,
brillaba con
esplendor.
“Pocos extremos
habrá,
nacidos o por
nacer,
que llegaran a
tener
la calidad de Germán.
Esto lo
confirmarán
miles, por estar
de acuerdo.
E igualmente, yo
recuerdo
el coraje de Vicente,
muy veloz, duro y
valiente,
todo un gran
extremo izquierdo.
“En aquella
delantera
brilló con muy propia luz
Soriano, en el Puerto Cruz,
por su gran fama
artillera.
Famosa figura era
el otro interior
que cito,
Del Pino, llamado Tito,
un jugador
colosal,
inteligente y
genial
jugando fino y
bonito.
“Muy discutido tal
vez
fuera el centro
delantero,
incansable y
artillero,
siempre titular,
Pagés.
Jugaba entre el
ocho y diez
con el nueve en su
dorsal,
Su constante
batallar
fue por muchos
aplaudido
pues el público
entendido
no solo va a
murmurar.
“Un antiguo
jugador
la época de oro
que brilló con
gran decoro
fue del club su
entrenador.
Un hombre que con
amor
dirigía con
firmeza
enseñando sin
pereza
los secretos del
balón.
¡Bien recuerda la
afición
al famoso Ramón
Mesa!
“Sería grato sin
dudar
que actualmente la
aficion
viera aquí, en
nuestro Peñón,
a un equipo
similar.
La emoción hace
temblar
la pluma con que
escribí
digna historia
referí
del gran conjunto
añorado
que, con razón,
fue llamado
¡el pequeño Real
Madrid!”.
En negrita, los
componentes de aquel conjunto inolvidable, siempre vestido de blanco. Aún viven
algunos de ellos. Claro que siguen generando respeto y admiración.
No hay comentarios:
Publicar un comentario