Las
expectativas giran ahora en torno a cómo superar el confinamiento,
cómo hacerlo con seguridad avanzando hacia la normalización y cómo
ir pulsando la reacción del personal después de las semanas de
encierro, una vez pise las calles nuevamente.
El
presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lo anunció en su última
comparecencia: pedirá al Congreso la tercera prórroga (es
probable que no sea la última), que se prolongará hasta el 9 de
mayo próximo. Se trata de ir levantando por fases el estado de
alarma en todo el territorio nacional, con distintas medidas en
etapas sucesivas y diversas intensidades.
Hay
que cumplir con seis determinaciones fijadas por la Organización
Mundial de la Salud (OMS), que sigue ocupándose de la pandemia pese
a que el presidente Donald Trump decidiera la semana pasada reducir
los recursos presupuestarios para atender sus cometidos (Trump no
escarmienta, por cierto. O todavía no ha entendido que, después de
la experiencia, el sanitario no es un gasto sino una inversión para
afrontar riesgos y probabilidades de que los hechos se repitan con
COVID-19 o con cualquier otro virus).
Bien.
Veamos los requisitos dictados por la OMS:
1.-
La transmisión debe estar controlada.
2.-
Se debe cumplir la capacidad para detectar, aplicar las pruebas,
aislar y tratar cada caso, así como rastrear sus contagios.
3.-Minimizar
el riesgo de brotes en entornos especiales, como centros de salud y
residencias de ancianos.
4.-
Implementar medidas preventivas en los lugares de trabajo, centros
educativos y otros lugares donde acudan o se concentren personas.
5.-
Gestionar el riesgo de importación, y
6.-
Educar e informar perfectamente a la población para que pueda
adaptarse a la nueva normalidad.
Todo
ello, antes del desconfinamiento, palabra que sonará, y mucho, a
partir de este momento. Si Sánchez habló de “comportamiento
ejemplar de los españoles, los ciudadanos occidentales que con más
rigor han cumplido las restricciones”, ahora hay que revalidarlo.
De manera que la población habría de seguir respondiendo de esa
forma tan destacada, pese a los centenares de casos en todo el país
que reflejan una infracción o un incumplimiento de las disposiciones
señaladas en su día. El propio presidente, por cierto, advirtió
que solo se avanzará en la desescalada si se prueba que se contiene
al virus. “Ante el menor riesgo, nos detendremos”, señaló.
Habrá
que utilizar, según dijo, unos ‘marcadores’ que permitirán
medir con rapidez la propagación de los contagios y la misma
capacidad de respuesta del sistema sanitario. Se trata de dos niveles
fundamentales para medir el estado de la pandemia. Los pediatras y
especialistas en psicología infantil consultados han estimado que la
utilización de estos instrumentos y el cumplimiento general de estas
medidas favorecerían el alivio del confinamiento de los menores a
partir del lunes 27 de abril. Los padres, pues, deben estar muy
atentos y hacer este esfuerzo beneficioso para todos, con tal de
“liberar” a los menores y avanzar en el proceso de desescalada.
La cuestión fue tratada en la reunión de ayer del presidente del
Gobierno con sus homólogos de las Comunidades Autónomas.
Objetivo,
pues, seguir conteniendo el virus. Luego, cumplir, con eficacia y sin
flexibilidad. Hay que seguir dando ejemplo. Si hay relajamientos,
malo. Nadie querrá recaídas.
Día
36 de la alarma
Hoy
es 19 de abril. Al reparar en la fecha, viene a la memoria lo
ocurrido tal día como entonces en 1979: Francisco Afonso Carrillo,
el inolvidable Paco, fue elegido alcalde del Puerto de la Cruz con
los doce votos mayoritarios obtenidos en las elecciones locales,
primeras de la democracia, el 3 de abril. Se iniciaba entonces una
carrera política brillante, truncada cinco años después, cuando ya
era gobernador, en el trágico incendio de La Gomera. Y arrancaba
también un período ilusionante en la historia de España, con una
ciudadanía expectante, deseosa de dar vida a la democracia y
participar en ella.
Enrique
Rey Pitti, vicepresidente segundo de la Asociación de la Prensa de
Tenerife, da los ¡buenos días! con un llamativo video de obras de
arte concatenadas de efectos visuales y con una versión de
Let it be,
una de las últimas grandes composiciones de Lennon y McCartney
cuando The Beatles aún andaban juntos.
El
día anterior habíamos escrito algo de unas imágenes de orcas
acercándose a la playa o al muelle de El Médano. Pues habrá que
desmentirlo: se trataba de un bulo, de otro más, de un montaje de
imágenes perfecto que llamó la atención de todos cuantos lo
visionaron. Tiempo de posibles… irreales.
No
debe estar muy bien la wifi porque no es posible intervenir en el
multilateral del mediodía dominical en el que varios portuenses
hablamos y analizamos lo que está ocurriendo y cómo será el
porvenir. Nos quedamos sin saber datos de la existencia de ocho mil
usuarios de servicios sociales en el Puerto y sin valiosas opiniones
sobre otros temas, lástima. Entonces, nos conformamos con leer un
mensaje que, en la revista
Nesweek
escribe el ex presidente Jimmy Carter a Donald Trump: “China no ha
malgastado ni un centavo por la guerra y es por eso que nos supera en
casi todas las áreas”. Y lo que es más sustantivo: “Estados
Unidos es la nación más guerrera en la historia del mundo porque
quiere imponer Estados que responden a nuestro Gobierno y los valores
estadounidenses en todo Occidente, controlar las empresas que
disponen de recursos energéticos en otros países”. Algún día se
conocerá lo que subyace en los orígenes de la pandemia.
Se
agota el pan y hay que esperar. En la cola se habla de un incendio en
un supermercado de La Vera en el que se produjeron algunas
explosiones que asustaron, naturalmente. No hubo peores
consecuencias.
La
tarde nos trae la polémica suscitada a raíz del lapsus cometido por
el general jefe de Estado Mayor de la Guardia Civil, José Manuel
Santiago, durante una comparecencia de prensa. Dijo el general que se
trabaja en dos direcciones en el marco de la lucha contra los bulos:
“Por un lado, evitar el estrés social que producen estos bulos; y
otro, minimizar el clima contrario a la gestión de crisis por parte
del Gobierno”. Repasando las imágenes, se nota claramente que el
general no quiso decir eso. Se columpió (según jerga periodística
de otros tiempos) y las reacciones no se hicieron esperar, entre
ellas, la puntualización del instituto:
“En
relación con las declaraciones realizadas por el general Santiago en
la mañana de este domingo la Guardia Civil aclara: La labor de
monitorización que realizan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
Estado, y en las que participa la Guardia Civil, está destinada
exclusivamente a detectar aquellos bulos y desinformaciones que
generan un gran nivel de estrés y alarma social, especialmente en
temas de salud. Se hace siempre con escrupuloso respeto al derecho a
la libertad de expresión y a la crítica. Se monitorizan los bulos
que pretenden generar alarma social, nunca la libertad de expresión.
La Guardia Civil es uno de los principales garantes de la libertad de
expresión”.
Aclarado.
Ya veremos si hay otras consecuencias. Y si sigue la tendencia de la
evolución, si la curva quedó atrás. Queremos ver la luz del túnel.
1 comentario:
Una cosa tengo yo clara, con respecto a esto, las medidas que este gobierno implementó, han cumplido su objetivo, por encima de los errores, que los han tenido, como practicamente, todos los gobierno europeos, una vez que se empezaron a tomar medidas, era cuentión de tiempo que los terribles números de fallecidos, disminuirían, el comportamiento de la gente, ha sido ejemplar, salvo muy contadas excepciones, ahoratoca, llegar a la meta, no debe haber "relajamiento" como tu bien dices, llegar a la meta, significa, cero victimas, economía en marcha y vuelta a la normalidad, si es que vamos a tener, normalidad, despues de esto....un abrazo Salvador.
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