La
desaparición del diario El
Observador, de
Montevideo, es otra mala noticia que pone de relieve la preocupante
situación del panorama mediático en todo el mundo. Fundado en
octubre de 1991, tuvimos oportunidad de conocer su sede, en el curso
de un viaje relámpago a Uruguay y Argentina. Se editaba en formato
tabloide. Desde el año 2000, publicaba un sitio web que, según
Wikipedia,
no
se trataba de la versión del diario en la red sino de un portal
informativo con actualización constante y varios servicios. La misma
fuente indica que El
Observador celebró
su decimoquinto aniversario cambiando el periódico del sábado por
un diario arrevistado que diera al lector una mayor dosis de análisis
e interpretación de la información. Una consultora catalana, Cases
i Associats, modificó el diseño, la estructura del periódico,
incluso hasta el modo de cubrir la información.
El
diario uruguayo deja de imprimirse de lunes a viernes, pero seguirá
con una edición digital en modo papel, al estilo del Independent,
de
Londres. Los fines de semana publicará una sola edición en papel,
ampliada con los suplementos semanales Cafe
& Negocios y
Agropecuario.
Precisamente,
es en este último aspecto sobre el que queríamos llamar la atención
para acercarnos a dos hechos: la práctica desaparición de las
ediciones impresas y a los cambios que experimenta el modelo de
negocio en las empresas periodísticas. Aquellas que ya lo iniciaron
tienen un largo camino recorrido y cuentan con ventaja cuando otras
tienen que emprenderlo o lo están iniciando, acelerando el ritmo
como consecuencia de la pandemia.
“Una
sola idea: si hay periodismo, el soporte es lo de menos”, escribió
al director fundador de El
Observador, Ricardo
Peirano, al dirigirse a sus lectores valorando el cierre y la
continuidad, a la vez. “El signo de los tiempos actuales –escribe-
es el cambio permanente, la innovación. Los paradigmas sobre los
que trabajamos varían de juna forma vertiginosa. El mundo de los
medios de comunicación, por su conexión íntima con estos cambios,
siente ese vértigo en forma directa. En El
Observador lo
sabemos bien. Desde su fundación en 1991, hemos abanderado la
renovación contínua y abierto caminos nuevos con aires de rebeldía.
Así se ha hecho este diario, en la estela de los proyectos que dejan
huella, que cambian a los ciudadanos y sacuden la sociedad”.
La
sustantiva transformación digital de este periódico inspiran a
Peirano para nuevas grandes metas en una nueva era: “La
transformación y el espíritu innovador y rebelde son muestra de
nuestra resiliencia. Los tiempos extremos que vivimos nos llaman a
adelantar esa transformación para fin de este año, de una forma más
progresiva. Pero la estrategia es clara. El periodismo es el corazón
de lo que hacemos y la plataforma de distribución tiene que
responder a cómo ese periodismo llega a las personas, cómo ellas lo
prefieren y jerarquizan”, proclama.
Se
mantiene la cabecera. Y su prestigiosa trayectoria de casi tres
décadas no es baladí. Una seña de identidad del periodismo
uruguayo y de todo el continente. Nuevos tiempos, nuevos retos. Un
paso al frente. Decisivo. Tiene razón Peirano en su
leit motiv:
habiendo periodismo, el soporte es lo de menos.
La
última primera (portada) del veterano diario de Montevideo nunca se
imprimió. Existe solo en PDF. Quede para historia.
Día
66 de la alarma
Está
contento Damián Marrero Real con la acogida que está recibiendo su
libro, Crónicas
del aire (Ediciones
Mesturadas), el segundo de los que han sido presentados en pocos días
a través de la red. La
presentación de libros por esta vía empieza a abundar. en las redes
empieza a ser frecuente. Estaba prevista para el pasado mes de abril
pero, terminado el producto, editorial y autor de lanzaron y la
respuesta está siendo muy buena. No se descarta, si la situación
sanitaria lo permite, hacer un acto público.
“Crónicas
del aire” es el relato del proceso de enfermedad pulmonar que le
llevó al autor a un trasplante en el hospital “12 de octubre” de
Madrid. Es una narrativa desde el “límite de la existencia”. Sin
pretender ejemplificar nada ni mostrar ninguna guía, es solo un
ejercicio de escritura-terapia. Desde la perspectiva del
protagonista, los acontecimientos se desarrollan como si fueran la
trama de un guión que no controla. Es también un homenaje a la
Sanidad Pública, a las numerosas personas que acompañaron al
protagonista en su aventura y a las familias de los donantes que
permiten dar vida a otras personas.
Se
mueve el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz. Desde el área de
Empleo, Recursos Humanos y Desarrollo Democrático, está ultimando
la elaboración de un plan de medidas extraordinarias y urgentes en
el ámbito del empleo para afrontar la situación de crisis social y
económica derivada de la pandemia del COVID-19. El objetivo del plan
es contribuir a promover la recuperación de la actividad económica
local tan pronto como sea posible. Según fuentes del consistorio,
este
plan extraordinario de apoyo al empleo y la emprendeduría, enmarcado
a su vez en el Plan para la Recuperación de Puerto de la Cruz que la
administración local está impulsando con el fin de dar respuesta a
los sectores más afectados por la crisis, se encuentra en fase de
aportaciones del resto de áreas del Ayuntamiento. Posteriormente,
será facilitado a los grupos de la oposición para que contribuyan a
su definición. La concejala de Empleo, Recursos Humanos y Desarrollo
Democrático, María Jesús Hernández, señala que, “en la actual
situación, es una prioridad absoluta proteger y dar soporte al
tejido productivo y social con el fin de minimizar el impacto de la
crisis”. Para ello, subraya, “resulta necesaria la adopción de
medidas de carácter extraordinario y urgente desde la corporación
local en materias de emprendeduría, empleo y formación que
complementen las aprobadas por el Gobierno central y el Gobierno de
Canarias, así como las adoptadas a escala comunitaria”. En este
sentido, recalca que “las medidas que se están ultimando se
enfocarán de manera preferente a aquellas personas que hayan quedado
en situación de desempleo o presenten un mayor nivel de
vulnerabilidad económica”.
El
plan extraordinario de apoyo al empleo y la emprendeduría se
estructura en tres grandes bloques: el primero engloba medidas de
reactivación económica y de apoyo al emprendimiento; el segundo
incluye acciones de apoyo a la búsqueda de empleo y la cualificación
de personas desempleadas; y el tercero comprende proyectos concretos
de empleo y de formación en alternancia con el empleo.
Noticia
es que treinta y cinco de los ochenta y ocho municipios canarios
estén libres de COVID-19 en estos momentos. Ojalá se mantenga o se
mejore la tónica pues el próximo lunes, recordemos, la totalidad de
las islas se incorporan a la fase 2. Según datos de la consejería
de Sanidad, once localidades canarias han quedado por ahora libres
del virus. La consejería, por cierto, ha dado por superado el pico
de contagios. Hay que perseverar. De ahí que Sanidad anuncie que a
partir de mañana miércoles las mascarillas sean obligatorias para
mayores de seis años en espacios cerrados y vías públicas.
Las
repercusiones de la pandemia siguen siendo muy preocupantes. El
Gobierno autónomo, por ejemplo, prevé un desplome económico. Un 27
% de paro y una caída del 19 % en el Producto Interior Bruto.
Preparémonos todos en la lucha decisiva para remontar. Y si nos
concentramos en el sector turístico, un estudio de la consultora
Foqus
y la Universidad de Valencia, es no menos inquietante: dejará de
ingresar cincuenta y cuatro mil millones de euros y sesenta y siete
mil millones en el año. La pandemia destruirá, en todo el Estado,
novecientos mil puestos de trabajo, que se dice fácil.
La
incertidumbre política se despeja a última hora de la tarde. Pedro
Sánchez e Inés Arrimadas pactan que la prórroga, la quinta
prórroga que el presidente solicitará mañana al Congreso, sea de
quince días. La dirigente de Ciudadanos parece cada vez más
centrada. Los otros, a lo suyo.
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