Aunque parezca una simplificación
absurda, ¿qué será primero, los aviones o los vuelos? La noticia
es que las aerolíneas reciben ayudas millonarias a la espera de
reanudar las operaciones. El transporte aéreo representa en Europa
un 3,3 % del empleo y un 4,1 % del Producto Interior Bruto (PIB),
luego su importancia estratégica está más que probada. En plena
pandemia, los cálculos apuntan una reducción el presente año de
hasta nada menos que el 55 % en los ingresos de las compañías. Sin
aviones, no hay recuperación posible.
La Comisión Europea (CE), por
ejemplo, valoró que sin apoyos, la francesa Air France corría el
riesgo de la bancarrota, por lo que ya ha concedido una ayuda de
siete mil millones de euros que estriba en una garantía estatal para
los préstamos con el fin de proporcionar liquidez urgente a la
compañía y así afrontar las consecuencias de la pandemia. En
parecida línea, el estado alemán se dispone a aportar diez mil
millones de euros para salvar Lufthansa.
De ahí que los gobiernos estén
planteándose inyecciones de capital público y esfuerzos financieros
para superar las pérdidas y volver a operar. Así ha sucedido con
Francia y Alemania para reflotar Air France y Lufthansa que ya ha
presentado sus cuentas del primer trimestre. Por lo que a Iberia
respecta, ya saben que está integrada en un consorcio, IAG, junto a
British Airways, Vueling y Air Lingus, las estimaciones prevén unas
perdidas en este período superiores a los quinientos treinta y cinco
millones de euros.
Iberia y Vueling, precisamente,
suscribieron recientemente sendos contratos de financiación
sindicada con el Instituto de Crédito Oficial (ICO) por un importe
que, entre las dos, alcanza los mil diez millones de euros, esto es,
un máximo de setecientos cincuenta y doscientos sesenta millones de
euros, respectivamente.
En el lado opuesto, es decir, entre
los descontentos que estas medidas generan, figura la compañía
irlandesa Ryanair cuyos responsables entienden que tales ayudas la
obligarán a competir en desigualdad de condiciones.
En fin, que tal como expusimos en
videoconferencia reciente con expertos tinerfeños del sector
turístico, las ayudas estatales parecen indispensables para que la
actividad pueda reanudarse siquiera de forma gradual.
Día
52 de la alarma
Será
un día en que la sociedad debata, en medios y en redes, la posición
que los grupos parlamentarios fijarán mañana a propósito de la
prórroga del estado de alarma que el Gobierno solicitará al
Congreso. Algunas encuestas, de esas que hacen algunos medios para ir
pulsando el ambiente a partir de un sí, no o abstención, son
reveladoras: pareciera que los partidarios del sí no quieren
sobresaltos y prefieren expresar sus ganas de seguridad. Ganan por
abrumadoras mayorías. Algunos tendrán que revisar sus estrategias,
tal es así que a lo largo del día apenas reaccionan.
Porque
volvió la pinza. ¿Recuerdan aquel pacto entre José María Aznar y
Julio Anguita para arrinconar a Felipe González y al socialismo?
Pues ahora las vestimentas son similares. Con otros protagonistas,
claro. Que coincidan la ultraderecha y una parte, por la izquierda,
de los independentistas catalanes, es significativo. Qué casualidad:
en situaciones extremas, los extremos se tocan.
Otros,
a lo suyo, a colar bulos. Si el que circuló en la tarde del lunes,
un incendio en la Santa Iglesia Catedral de Las Palmas de Gran
Canaria, era reprobable no, lo siguiente, el de hoy es no menos
tremendista, bien es verdad que sin imágenes ni montajes. Es que el
Gobierno, sencillamente, no ha legalizado la coloquialmente conocida
como ‘okupación’, esto es, que los ‘okupas’, si se
empadronan con arreglo a una disposición legal, podrán acceder a
ventajas y ayudas para la atención a la COVID-19, es incierto. La
norma no ha cambiado, al menos en este apartado. Se ve que los
autores/odiadores les da igual. Con tal de sembrar la duda o la
confusión, vale todo.
Con
lo satisfactorio que es visualizar una producción como la que envían
desde la dirección del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias
(IEHC), con una canción de Barbra Streisand dedicada a Donald Trump,
bajo el título
Don’t lie to me (No me mienta).
Tan bien hecha, tan esmerada, Barbra en su mejor versión vocal, con
arreglos y efectos especiales que hacen pensar de inmediato en un
hit
universal. Eso sí es autenticidad. Para la historia de la pandemia,
después del sarcasmo del desinfectante. Pero no sabemos qué es
peor: si el bulo en sí mismo o que no rectifiquen quienes lo
propagan. Por eso, el de la multa a quienes lleven una bandera
español en el coche, ni mentarlo.
Es
un día veraniego. Hace calor. Las calles están más animadas, entre
mujeres que caminan con ropa deportiva, parejas que lentamente van
hacia sus puntos de destino, colas en el exterior de la farmacia y
obreros que hacen un descanso en las reformas que acometen en algunos
establecimientos para cuando las cosas se normalicen.
Es
el día de los datos del paro. Terribles. De los peores de la
historia. Sube en abril en casi doscientas ochenta y tres mil
personas, en tanto que la Seguridad Social pierde más de cuarenta y
nueve mil cotizantes. El número total de desempleados es superior a
los tres millones ochocientos treinta mil. Tremendo. Y eso que no se
han contabilizado los afectados por un Expediente de Regulación
Temporal de Empleo. La cifra de beneficiarios de prestaciones por
desempleo alcanzó los cinco millones ciento noventa y siete mil
cuatrocientas cincuenta y una personas, lo que supone un 136,5 % más
que en abril del pasado año y un nuevo récord histórico.
¿Entenderán algunos para lo que sirve del Estado de Bienestar?
Cuando
declina el día, se sabe que Pedro Sánchez logra una entente con
Inés Arrimadas con vistas al pleno de mañana. Si esto fuera una
partida de tenis, se diría que el presidente salvó el set
ball. Pero
es algo más, evidentemente. La noticia, se supone, habrá hecho
tambalear (políticamente) algunos cimientos.¿Ves Albert Rivera lo
que hubiera aceptado medio país y yo acaso fueras vicepresidente?
Por cierto, al cerrar el ordenador, leemos que Girauta, el dirigente
de Ciudadanos, se da de baja en el partido. Allá él, no es la
primera vez.
¿Habrá
acarreado una patrulla de la policía local aparcada en la
intersección de Nieves Ravelo con José de Arroyo con el cono de
señalética móvil que estaba ahí desde que se inició el
confinamiento? Ya no se ve. Lo que sí hace bien la patrulla es parar
a un joven que se lanza en monopatín a toda velocidad desde el cruce
con Cupido. El chico, como que se asusta, y abraza su monopatín
mientras escucha la reprimenda del agente. Le narramos el episodio en
directo a Paco Almagro
(elblogoferoz.com)
y replica que nos faltó la cámara, acaso la que él tiene de
soporte para un próximo proyecto audiovisual.
¡Salud
y suerte!
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