Ya hay distintivo: ‘Alojamiento
seguro’. La patronal Hostelería de España puso en marcha el
proyecto denominado Hostelería
segura, al
que se ha unido la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos
Turísticos (CEHAT), que consiste en la confección de un sistema
integral que habrá de acreditar que alojamientos, bares y
restaurantes han completado una formación integral en el marco de
los protocolos del ministerio de Sanidad para evitar los posibles
contagios de las COVID-19. Ese será su distintivo, ‘Alojamiento
seguro’. En los tiempos que corren, será indispensable.
Pensemos
en que hay más de trescientos quince mil locales de hostelería en
nuestro país. Su funcionamiento interior, sus prestaciones, la
calidad de sus servicios deberán cumplir con parámetros de
seguridad. Luego será necesario completar una formación específica
para aplicar las medidas que sean exigidas para prevenir o reducir
los contagios. Entre
estas medidas, figuran las recogidas en las 'Directrices y
recomendaciones' elaboradas por Hostelería de España y CEHAT con
sus asociaciones territoriales, grandes cadenas hoteleras asociadas y
el Instituto Tecnológico Hotelero (ITH), en coordinación con el
Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE), a petición de
la Secretaría de Estado de Turismo, cuya guía fue publicada el
pasado 10 de mayo por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo,
tras su validación por parte de Sanidad.
La
nueva realidad –mejor expresión, nos parece, que la nueva
normalidad- pasa por recuperar la confianza de usuarios y
consumidores en todos los ámbitos. El sector servicios, en su
conjunto, no se iba a quedar atrás. Siempre se habló, especialmente
en el marco de la Unión Europea (UE), de las exigencias de clientes
y turistas. Ha llegado la hora de comprobar que las mismas tendrán
que ser correspondidas. No es para tomárselo a broma, se acabó el
estilo compadre si se quiere un uso público seguro.
Pero
no solo están obligados los propietarios, arrendatarios, promotores
y empleados de los establecimientos –a quienes, en todo caso, va
dirigido el citado sistema- sino que clientes y visitantes deben ser
conscientes de cómo habrán de comportarse, de lo que se les va a
pedir, de cuáles deben ser sus previsiones y sus respuestas.
‘Alojamiento
seguro’, pues, tiene que ser la señal transmisora de fiabilidad,
el fruto de una conciencia y de un trabajo que, además de exigente,
se orienta al beneficio colectivo. Los establecimientos que se
incorporen habrán de firmar una declaración
responsable de
compromiso con el cumplimiento de los requisitos de limpieza, salud e
higiene necesarios para una ‘hostelería segura’, que permita
aportar confianza a trabajadores y clientes durante su estancia en el
local.
Esta
iniciativa, además de ofrecer la acreditación de ‘Hostelería,
alojamiento, bar o restaurante seguro’, incluye un ‘pack’
integral de servicios y
productos
que
facilitan el cumplimiento de los requisitos en las sucesivas fases
de desecalada, la actualización constante de la normativa, un
seguimiento de los requisitos de establecimiento seguro y un
asesoramiento sobre diferentes aspectos que permitirán impulsar la
reactivación del negocio.
La
CEHAT ya ha adelantado que este sistema integral engloba un curso de
formación para responsables de empresa y trabajadores; un manual de
medidas para empresa y empleados; un distintivo acreditativo de
‘Hostelería segura’ que demuestre que la empresa ha recibido la
formación necesaria para adaptarse a la legislación; un listado de
comprobaciones sobre la propia empresas y el trabajador y la
señalética para las zonas de trabajo, de clientes y zonas comunes
así como actualización de normativa referida a la COVID-19.
Está
claro: hay que velar por alojamientos seguros. Un compromiso
importante de la nueva realidad.
Día
74 de la alarma
Lo
escribimos días pasados. Flaco favor hacen quienes abandonan
plásticos, mascarillas y guantes en cualquier rincón, en cualquier
lugar. Se ha repetido hasta la saciedad lo de evitar factores de
riesgo de contagio y… como si nada. Por eso es procedente que
responsables del Ayuntamiento del Puerto de la Cruz hayan tomado la
iniciativa para tratar de corregir estas actitudes. Pese a la
ejemplaridad mostrada por la gran mayoría de la población, que está
cumpliendo de forma responsable con las recomendaciones, el
consistorio alerta de que se está detectando un incremento de este
tipo de residuos en las inmediaciones de lugares como supermercados,
centros de salud y paradas de guagua, y advierte de que la situación
se agrava con la acción del viento, que en muchos casos esparce
estos elementos por el resto de la ciudad hasta hacerlos llegar a
zonas costeras. Se daña el entorno, se deteriora la imagen de la
ciudad y se genera una carga de trabajo adicional que podría
evitarse.
La
concejala de Bienestar Comunitario, Flora Perera, insiste en la
necesidad de deshacerse de forma adecuada de estos elementos
desechables y aprovecha para recordar la importancia de la separación
en origen de los residuos a efectos de su reutilización. Por eso,
insiste en que se debe depositar el
material de protección individual de un solo uso, como mascarillas y
guantes, en los contenedores de fracción resto (de color verde) para
contribuir
a mantener las medidas de seguridad contra la expansión de la
COVID-19 y proteger el medio ambiente. “No se debe relajar las
medidas”, señala.
Tertulia
en Cope Tenerife, con Jaime Hernández y Carlos Tarife, bajo la
moderación de Guillermo García Savedra que plantea con preocupación
el repunte de la emigración irregular y los problemas a la hora de
ser atendidos, incluso por carencia de espacios apropiados.
Coincidimos en la necesidad de una política de emigración por parte
de la Unión Europea (UE) cuando, en directo, aportamos la noticia:
España tendría acceso a ciento cuarenta mil cuatrocientos cuarenta
y seis millones de euros del fondo de recuperación propuesto por la
Comisión Europea para relanzar la economía tras la pandemia. Así,
España sería el segundo país más beneficiado de este fondo, por
detrás de Italia. En total el ejecutivo comunitario plantea a los
Estados miembros de la Unión un plan de reconstrucción de
setecientos cincuenta mil millones de euros que sería canalizado
sobre todo a través de subsidios.
Después,
despedida a Roger Montes de Oca Baeza en la Peña de Francia. Amigos
y compañeros, a algunos de los cuales no saludábamos desde antes de
la pandemia. Notable cumplimiento de las indicaciones sobre la
distancia física, en claro contraste con unas imágenes que vimos
luego en el Telediario relativas a un sepelio en Guía de Isora, tras
las que el Ayuntamiento sureño hubo de pedir perdón.
Por
la tarde, reunión de la directiva de la Asociación de la Prensa de
Tenerife. El trayecto hasta Santa Cruz nos parecía de otra época,
tantas fechas sin hacerlo. Tráfico fluido, por cierto. Como al
regreso, cuando el sol atraviesa los bancos de calima y deja una
puesta muy atractiva.
Reaparece
aquella voz de barítono invisible del edificio vecino, ¿la
recuerdan? Los ecos de la crisis en la Guardia Civil no se apagan.
Solo que muchos de aquellos que tildaron a los jefes destituido y
dimitido de colaboracionistas y entregados al Gobierno son los mismos
que ahora ponderan su actuación. Qué facilidad para pasar de un
lado a otro. Esta pandemia también trastorna y hace florecer las
contradicciones.
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