Hoy,
3 de mayo, se conmemora el Día Mundial de la Libertad de Prensa.
¿Hay que insistir en su defensa? Pues sí. La Federación de
Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) lo hace esta vez, en
plena pandemia de la COVID-19, instando a las instituciones y a los
actores políticos (principalmente, los partidos), “a poner fin a
las obstrucciones y presiones que sufre esa libertad”. Al mismo
tiempo, promueve un compromiso para la defensa y protección del
periodismo, sobre todo teniendo en cuenta que, dadas las
circunstancias que concurren, la función de los informadores y
profesionales se ha convertido “en un bien público esencial para
garantizar el derecho de los ciudadanos a la información veraz que
reclama nuestra Constitución”.
Hechos
recientes prueban que hoy se necesita más libertad de prensa que
nunca. En efecto, se ha constatado un notorio incremento de las
restricciones al libre ejercicio del periodismo, concretadas en vetos
a medios y reporteros, ruedas de prensa limitadas, prohibición de
cubrir convocatorias de interés general, amenazas de cierres de
medios públicos o privados, ataques a periodistas e intentos
judiciales de vulnerar el derecho al secreto profesional.
También
es verdad que algunas quejas o críticas sobre las restricciones a la
libertad de prensa colisionan con opiniones que circulan impunemente
en redes, tertulias y programas. El empleo de expresiones
insultantes, injuriosas o descalificaciones –cuando no de falacias
y difamaciones-- serviría para acreditar lo contrario. No es que
salga gratis descalificar de forma insolente a cargos públicos y
representantes institucionales sino que ello constituye una auténtica
falta de respeto que significa un flagrante incumplimiento de
principios deontológicos.
La
FAPE, en efecto, admite que la libertad de prensa viene padeciendo la
ofensiva de la desinformación y de los bulos, incrementados con
motivo de la pandemia hasta niveles que, incluso, cuesta creer. La
organización es contundente en señala que “los promotores de la
desinformación y los que participan en esta estrategia persiguen
aumentar el miedo y la incertidumbre para minar nuestro sistema
democrático”.
Y
ese es el genuino riesgo, el verdadero peligro. Cuando todas esas
prácticas, cuando ese estilo se pone al servicio de causas espurias,
es el sistema lo que está en peligro, porque mina la convivencia y
porque termina degenerando, haciendo creer que todo se puede decir y
todo se puede hacer… porque no pasa nada. El rechazo hacia muchos
comportamientos políticos, la subcultura de amplios sectores
sociales y el caldo de cultivo que para los populismos y los
dogmatismos suponen el malestar y las carencias inmediatas, son
causas coadyuvantes a una sensible distorsión de la realidad y de
los comportamientos. Desgraciadamente, se ponen a prueba las
debilidades o las flaqueza de la democracia y hasta de las reglas
elementales de civismo.
Pero
pese a ello, se necesita más libertad de prensa que nunca. Hay que
perseverar –incluso haciendo un exhaustivo ejercicio de pedagogía--
en los compromisos básicos del oficio: la búsqueda de la verdad,
con independencia, rigor, honestidad y lealtad a los ciudadanos y a
los consumidores de la información.
Por
eso, la organización que agrupa a los periodistas españoles es
tajante a la hora de señalar que la respuesta “tiene que ser el
periodismo de calidad, es decir, el que difunde la información
veraz, verificada, contrastada con fuentes fiables, plural y
respetuosa del código deontológico que los ciudadanos demandan para
formar su propia opinión y tomar decisiones libremente”.
Y
es que una sociedad desinformada y manipulada será siempre una
sociedad sumisa.
Día
49 de la alarma
Sábado,
puente entre festivos. Solo por situarnos. A ver cómo discurre la
jornada, primera de un plan de desconfinamiento. Que las personas,
aquellas que optan por salir y pasear, cumplan con las indicaciones
que se han formulado. Se trata de recuperar el paisaje, la
naturaleza, la calle, volver a vivir –siquiera limitadamente- en
donde se solía. Nunca el reclamo del exterior fue tan visible.
Efectivamente,
antes de las nueve de la mañana hay parejas y grupos de personas que
coinciden en la plaza y se detienen para discutir qué ruta seguir.
Al fondo, en un banco, duerme una persona. Una hora después, ya
circulan hombres y mujeres con bolsas para traer la compra y el pan y
con saludos a cierta distancia. También forman cola en el exterior
de la farmacia.
El
Ayuntamiento prepara la conmemoración de la fundación de la ciudad
por vía digital. Incluso, la preparación de algunas cruces se hará
por ese modalidad. Pero habrá quien se atreva con la ornamentación
clásica y tradicional.
Pisar
las calles nuevamente –con permiso de Pablo- supone saludar a
algunos vecinos y hablar y preguntar y saber dónde se compra El
País. Nos
vemos casi todos los días, en los balcones y en los ventanales, nos
saludamos a distancia. Ahora, en este primer día de semiliberación,
lo hacemos más cerca, hablando de igual a igual.
Sixto
Escobar nos avisa al mediodía de que en la Televisión Autonómica
(RTVC) están emitiendo su programa dedicado al confinamiento de
todas estas semanas, cómo se ha vivido, cómo se ha sentido. Ahí
aparecemos para subrayar el silencio y el vacío de un lugar tan
emblemático como la plaza del Charco. Junto al busto de Paco Afonso,
pensamos en el futuro y animamos a los portuenses que, si fueron
capaces de superar adversidades en el futuro, ahora deben esmerarse
de modo que su quehacer creativo sea el sustento de la
reconstrucción.
Las
informaciones del mediodía coinciden en que la cosa se ha
desbordado. Algunas imágenes de surfistas en playas canarias son
reveladoras. Los paseos se han llenado de personas de todas las
edades y de toda condición. Es difícil, por no decir imposible,
cumplir con lo dispuesto en el nuevo contacto con el aire libre.
Antes,
el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hace una nueva
comparecencia. La primera de las periodistas que interviene en
directo hace ¡siete preguntas! Sánchez se alarga inevitablemente en
las respuestas. Y se justifica. Confirma que el próximo miércoles
solicitará una nueva prórroga del estado de alarma al Congreso de
los Diputados. Sánchez reafirma que no quiere polemizar, que su
preocupación es vencer al virus y apela a la unidad y a la
disciplina social para lograrlo.
Hay
repercusiones de los actos en la clausura del hospital de IFEMA, en
Madrid. Aparte de la investigación abierta, algunos responsables
institucionales han reconocido que aquello se les fue de control. Hay
quien dice que algunas escenas no debieron producirse. Pero ya no hay
remedio.
Y
es que el virus sigue llevándose vidas. Las cifras de los municipios
tinerfeños, facilitadas por la consejería de Sanidad del Gobierno
de Canarias, así lo indican. En la franja norte revelan que en los
dos últimos días, el número de nuevos casos de contagio es menor
(más cuatro) al de altas (más cinco), so bien se han producido dos
nuevos fallecimientos (uno en La Orotava y otro en el Puerto de la
Cruz). En las localidades norteñas, desde Tacoronte a Buenavista, se
totaliza trescientos cuarenta y cinco contagios, veinticinco
fallecidos y ciento doce altas médicas.
El
Ayuntamiento de San Juan de la Rambla conmemoró el Día del Libro
con una recopilación digital de lecturas de poemas de Mario
Benedetti. Participamos invitados amablemente por la alcaldesa,
Fidela Velázques, muy contenta, según cuenta, con la acogida y la
participación. La tenacidad de Fidela, desde luego, es
sobresaliente.
Para
acabar el día, les dejamos con un enlace de la grabación hecha por
nosotros mismos, con todos los condicionantes y deficiencias que se
puedan imaginar. Pinchar en:
https://drive.google.com/a/sanjuandelarambla.es/file/d/1UVpFoRqGR0pXFk6I797H5tjpQ-anr7Bd/view?usp=drive_web
Y
mañana, dos hitos: Día Internacional de la Libertad de Prensa; y
día de la fundación de la ciudad.
1 comentario:
dddddddeacuerdo
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