jueves, 7 de mayo de 2020

TODOS LOS DÍAS, UN PLÁTANO ¿RECUERDAN?


Plátano de Canarias, la marca, nuestro distintivo, el que aglutina a la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan), tenía la mejor intención: hizo una oferta de fruta gratuita para los niños más vulnerables, aquellos que tuvieran menos recursos durante el confinamiento, a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Si aceptaba, cerca de once mil quinientos niños comerían fruta fresca durante tres días a la semana, complementando las bandejas de comida rápida precocinada cuya provisión ya había sido contratada con dos importantes firmas especializadas.
Esa era la noticia para desayunar en la edición de ayer del diario El País. Pero no pudo ser. Desde el gabinete de la presidencia de la Comunidad, agradecieron la generosidad y conectaron a la gerencia de Asprocan con la de las citadas firmas que no aceptaron, según la información, porque debían recogerlos en Mercamadrid, el gran nudo de distribución en Vallecas. Mientras una no respondía, otra contestó que negociaba el reparto al 50 %, pero no alcanzaron un acuerdo. Estos niños madrileños, pues, se quedan sin plátanos, a diferencia de los de Andalucía, Extremadura y Castilla La Mancha que los han recibido mediante empresas de catering escolar que atienden programas de beca comedor. Sobra decir que la fruta fresca mejoraba considerablemente los valores nutritivos de los menús.
Son respetables las razones esgrimidas para no no haber materializado la donación –repitamos, la donación--, en el fondo un problema logístico que seguro tenía solución. Como respetables son los criterios e intereses empresariales. Pero que, en las circunstancias que concurren y teniendo en cuenta quiénes eran los beneficiarios, no haya sido viable una decisión tan sustanciosa, resulta difícil de digerir. Asprocan, según informó canariasahora.com, lleva repartidos más de un millón y medio de plátanos desde que estalló esta crisis tras la declaración del estado de alarma. Lo hace prácticamente en todas las comunidades autónomas con el objetivo de que puedan llegar a personas vulnerables, menores con beca de comedor. En Canarias, donde ha llegado a más de cinco mil familias, utiliza a Cruz Roja, pero en la Península se apoya en los cincuenta y dos bancos de alimentos o en empresas que se dedican a la restauración colectiva de comedores escolares o de residencias asistenciales de todo tipo. De hecho, en la información del citado digital se cita que en la misma Comunidad de Madrid, los plátanos donados por los productores isleños se están sirviendo sin problema en hospitales y residencias de mayores por el método rechazado por las dos firmas a las que resultó imposible asumir la inclusión y distribución de la fruta.
De esa forma, ha sido imposible rescatar aquel célebre eslógan de hace décadas, el primer mensaje de promoción de nuestra fruta por excelencia: “Todos los días, un plátano (Por lo menos)”. El episodio quedará en la intrahistoria de la pandemia. Lástima: acaso con un poco más de voluntad se hubiera solucionado felizmente.

Día 53 de la alarma

Temprano ante el televisor para seguir del debate en en el Congreso que habrá de aprobar la prórroga del estado de alarma solicitada por el Gobierno. Las noticias de la tarde-noche anterior, con el anuncio de Inés Arrimadas (Ciudadanos), de votar favorablemente, secundado por la misma decisión a cargo del Partido Nacionalista Vasco (PNV) y de los dos diputados de Coalición Canarias (CC), habían despejado el horizonte. Pero siempre hay que aguardar, no solo para conocer los ángulos argumentativos, sino para confirmar las posiciones. Y el resultado de la votación, claro. Se le ve seguro al presidente Sánchez. Y al portavoz del primer partido de la oposición (PP), Pablo Casado, bien documentado para su crítica, solo que, como otras veces, no aporta alternativas. El representante de la ultraderecha deja caer la censura, pero que la presenten los populares. Los catalanes independentistas, a lo suyo. La canariedad trata de justificar su sí al haber sido atendida su petición relativa a los expedientes de regulación temporal de empleo que, en realidad, ya había sido concertada previamente entre los dos ejecutivos.
Un alto al mediodía para intervenir en el análisis de Cope Tenerife, coordinado por Guillermo García Saavedra. Aflora el asunto de la parálisis funcional del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, recurrente en el discurso del portavoz municipal popular, Carlos Tarife. No da buen ejemplo el gobierno local capitalino cuando en otros ayuntamientos insulares se han celebrado incluso plenos telemáticos.
Bueno, hay que congratularse de que, al cabo de dos meses de crecimiento continuado, se haya vivido el martes el primer día sin contagios en las ocho islas del archipiélago. Pero no hay que relajarse, insisten desde instancias gubernamentales. Claro, viendo los registros del miércoles se entienden las cautelas: un fallecido, cuatro diagnosticados positivos y treinta y cinco altas. Hay que seguir en la brega.
No habrá Trofeo Teide de fútbol. Preparaban la quincuagésima edición pero, tal como están las cosas, no va a poder ser. Le correspondía la organización al Ayuntamiento y a la Unión Deportiva Orotava, uno de los clubes fundadores, junto a Puerto Cruz y Real Unión de Tenerife. Cincuenta años ya de aquellas inacabables reuniones en el hotel Marquesa, con sus propietarios, los hermanos Luis y Fernando Díaz, y los dirigentes Ventura Machado, Luis Guiance, Alberto Hernández Illada, Pedro Real… El empeño cristalizó. Solo que su evolución no se ha correspondido con las finalidades originales de sus promotores. Las bodas de oro, entonces, para 2021. El virus también se ha llevado por delante una apreciada competición futbolística que se mantuvo ininterrumpidamente desde su fundación.
Por seguir en el plano deportivo: falleció, a los 91 años, Miguel Ors, a quien recordamos en blanco y negro, cuando alternaba sus apariciones y transmisiones televisivas con los comentarios y reportajes en el extinto diario Pueblo. Ors, en aquellos años, destacó por su concisión.
La tarde soleada invita a pasear. Las mujeres, de todas las edades, lo hacen en ropa deportiva y se las ve desenvueltas. Los pájaros se desgañitan en los laureles de la plaza. Su último trino antes de retirarse a dormir. Los niños tienen espacio más que suficiente para divertirse con sus patinetes en las vías de los perímetros de la plaza. Los dejan atrás para recoger las chocolatinas que arrojan desde los balcones. ¡Santo cielo! Parecen los tiempos en que los niños portuenses pedían ¡’penny, penny’! (por penique) a los extranjeros que nos visitaban a principios de los años sesenta del pasado siglo. Ahora son otros tiempos. Desconocidos.
Cuarto menguante (Del Medio Ediciones) es el título del libro del portuense Enrique González Hernández cuya presentación, prevista para el Castillo San Felipe, hubo de ser aplazada ya imaginan por qué. Se hará ahora, el próximo 15 de mayo, a las siete de la tarde, vía digital. Con presencia de Emilia Vié y Manuel Pérez Cedrés. Será, pues, una presentación inédita en los ámbitos locales. Suerte.

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